Capitulo25

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Las tres clases pase aguantando las lágrimas para no estallar. Mery no quería mirarme por que se sentía culpable por el comportamiento imbécil de su hermano grande. Pero la verdad es que ella no tenia ni mínima culpa. La pobre chica estaba igual de asustada que yo.
-¿Estas bien?- al final ella me pregunto.
-Si. Tu no tienen ninguna culpa.- le solté.
-es mi hermano, siempre voy a sentir culpa por sus actos.
-No deberías.
Las dos nos hemos callado hasta el final de la clase.
El timbre sonó. Cogí mis cosas y salí de la aula. Una mano me paro a la salida. Esperaba que fuese Jo, pero la mano era femenina. Entendí que era Sam. Me gire y ella me dio un abrazo muy fuerte. Me respondí abrazándola mas fuerte.
-Lo siento Noah.- dijo ella.
-Tu no tienes la culpa.
-No. Si que la tengo. Le conté a Chris eso de... Jo.
La aparte un poco y la mire, ella estaba apunto de llorar, así que acerque otra vez.
-Vamos Sam. Tranquila, olvidemoslo.
Las dos nos hemos dirigido al patio.
Con los ojos busque a Jo entre multitud. Lo encontré. Me acerque a el con una sonrisa, el al verme a mi, hizo lo mismo. Cuando estaba apunto de decirle hola, Claudia se puso en medio de nosotros, mirándome a mi.
-Quita. Vete de aquí. Jo ya sufrió bastante por tu culpa.
-Claudia, callate- le dije poniendo la cara de asesina.
-No. Eres una tonta inútil, por tu culpa la gente se amarga. Nadie no quiere estar co...- le iterrupmi dándole una bofetada con la mano abierta. Ella se me quedo mirando con la mano puesto en su mejilla que estaba ardiendo después del golpe. Me gire y me fui. Escuche como ella gritaba "Jo me duele mucho." pero no escuche la respuesta de Jo. Acabo de unos segundos, sentí su mano abrazando mis hombros.
-Eso no era mi intención.
El se rió.
-Si no se la darías tu, se la tendría que dar yo.- le sonreí.
Mi móvil vibro, era un mensaje de mi madre. Lo abrí y mire lo que me había escrito.
*Hola cariño. Hoy en la cena te tendré que contar una cosa muy importante, a lo mejor no te va a gustar mucho pero es lo que hay, lo siento mucho. Adiós y que tengas un buen día.*
Su mensaje me puso muy nervioso.

Salí del instituto con Sam, Mery y Jo. Me despedí de ellas y me fui con Jo.
Ya llegamos a mi casa, le entregue el casco y espere a que se girara para mirarme.
-¿Que pasa?- me pregunto al ver que estaba esperándolo.
-Bueno, no quiero estar sola en casa después de la muerte de Pablo, me da un poco de miedo estar sola.
En su rostro apareció una sonrisa grande llena de alegría.
-No me pidas dos veces.
Paso su brazo en mis hombros y fuimos a mi casa.

Prepare patatas fritas con hamburguesas. Le encanto la comida.
-¿Donde aprendiste a cocinar tan bien?
-Sola. Como mi madre pasaba la mayor parte en trabajo u Pablo... Pues nunca preparaba nada, así que aprendí a cocinar yo solita.
-Pues esta muy bueno. ¿Hay postre?- pregunto con inocencia, era tan tierno e inocente como un niño pequeño.
-Claro. Fresas con nata. ¿Te gusta?
-Me encanta.- le sonreí y fui a la cocina para coger las fresas con nata.
-¿Vamos a fuera?- pregunto el.
-Claro, pero esta vez sin que nadie acabe en piscina, ¿vale?
-Sosa.
Pase de el enseñándole mi dedo del medio.
Salimos a fuera y nos sentamos las camillas al lado de la piscina. Empezábamos a reírnos de cosas muy estúpidas, pero no me importaba, mientras que estaba con el... Todo era diferente.
-¿Ya has acabado?- me pregunto dejando el plato sobre el césped.
-Si. ¿Porque?
-Por eso.
Me cogió de la cintura y me levanto sobre su hombro. Solté un grito por sorpresa.
-Aguanta el aire.
-¡Mierda! ¡Jo no!- le grite, pero era ta demasiado tarde. El salto en la piscina conmigo en brazos. Debajo del agua el me soltó y me aparte un poco de el. Abrí los ojos y lo mire, el me estaba mirando, le lance una sonrisa y salí a la superficie. Después salio el.
-Jo te dije que nada de piscina.
-Oh venga. Hace calor. Y yo quiero jugar.

Pasamos una hora nadando, jugando. Me gusta nadar con el. Salimos del agua y nos dirigimos hasta mi habitación.
-Voy a ducharme yo primero.- dijo el metiéndose en mi cuarto de baño.
Fui a la habitación de mi madre y abrí un cajón, vi unos pantalones del Pablo. Decidí no coger calzoncillos por que la ultima vez Jo me dijo que le iban pequeños.
Llegue a mi habitación y me puse a mirar la ropa que me pondría después del baño. Cogí una camiseta grande, que me llegaba hasta las rodillas. Unas bragas negras y un sujetador negro.
Jo salio de la ducha otra vez con mi toballa de mariposas azules sobre su cintura.
-¿Que me pongo?- me pregunto.
-Pues así estas muy bien.- le dije sin pensar. Me sonroje por lo dicho. Tenia pensar antes de decir. El se acerco mas a mi y me miro con cara seductora.
-Así que así estoy bien ¿eh? ¿O Prefieres que me quite la toballa?- pregunto el cogiendome de la cintura.
-Noo... ¡Su puta madre!- grite al ver la barriga de Jo. Estaba un gran moratón en medio de su cuerpo, lo toque y Jo hizo una mueca de dolor, así que aparte rápido la mano.
-Hijo de puta. Dios, ¿como pudo hacerte eso?- dije- Imbécil.- me lance sobre el abrazándole. El hizo lo mismo.
-No pasa nada, casi no me duele.
El se movió mas hacia a mi. El suave movimiento para delante, hizo caer a la toballa al suelo dejando ver su miembro. Me aparte de Jo de un salto y me tape los ojos.
-¿Nunca has visto una?- dijo Jo cogiendo la toballa mientras que soltaba carcajadas.
-No.
-¿Espera, eres virgen?
-Pues claro.- dijo aun con ojos tapados.
Sentí como el se acercaba hacia a mi. Se inclinó hacia mi oído.
-¿Me la regalas?- susurro el a mi oído, mientras que me daba unos suaves besos en el cuello.

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