Capítulo 4 Cuenta Regresiva

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Narrador Omnisciente 

Flasback

Al oír los gritos semi bajos de su esposo, la mujer entró rápidamente encontrándose con su hija con la cabeza agachada mientras apretaba sus manos con fuerzas.

— ¿Que ocurrió aquí?, ¿Porqué lloras mi amor?— preguntó con preocupación mientras se acercaba a su hija.

—Malena, ya esta. Estoy arto.— le hace saber a su esposa

—De que hablas.— preguntó ella mirándolo sin comprender

—Que de tú hija, ¿no viste acaso como le grito a la hija de Daniel?— hablo exasperado hacia su mujer, quién miro atentamente a su hija, esperando a que hablara. La niña con desesperación grito lo siguiente.

—¡Eso es mentira!, ¡No fue apropósito mamá! ¡Ella me estaba molestado!.— le aclaro rápidamente mirando esperanda a que su mamá le creyera. Con lágrimas en los ojos miraba solo a su madre desde el pue de la cama, donde estaba sentada.

— ¡Cállate! .— le grito el nombre de negocios, mientras levanto su mano para proporcionarle una bofetada que fue rápidamente evitada ya que su esposa de interpuso mientras lo empujó  logrado que retrocediera dos simples paso.

La niña se había encogido en su lugar ante el pánico de ver que su papá la iba a golpear

— ¡Oye que diablo te pasa! , ¡No te atrevas a gritarle o si quiera ponerle ni un dedo encima Mario, te lo advierto! —  vocifera más que molesta, colocándose delante de la niña, dándole la cara hacia su esposo

Eso molesto mucho más al Italiano, quién apretando la mandíbula apunto a su esposa con reproche.

—¿Es enserió?, ¡No viste como me grito! ¡Tú hija no tiene respeto alguno! ,  ¡Hace parecer que no la sabes criar bien!— gritó nolesto apuntado a la niña

Lo que fue peor, ya que la mujer cabreada de él se acercó más a él lo volvió a empujar, alejandolo lo suficiente de la niña

—¿Mi Hija? También es tu hija Mario.— le recuerda con coraje— Tanto Tú como yo somos responsables de su educación y crianza.— golpeó el pecho del hombre con la punta de su dedo—  Aparte ya sabemos como es Valentina, siempre está molestando a Isabela. — le recuerda, ya tantas veces habían visto como la niña castaña se acercaba más aún cuándo la morena se alejara mucho más.

—Entonces que.— murmuró mirando solo a su esposa— ¿Vas a justificarla?, ¿Si la golpea que?, ¿También lo justificaras?— preguntó apuntando hacia la niña. Quién no había levantado la mirada ni un sólo instante mientras lloraba silenciosamente

—No. Eso no, porque conozco a mi hija, se que sería incapaz de golpear a alguien que sabe no puede defenderse.— expresó segura, mirando con atención hacia la niña.

—Tu hija es una aberración...— no acabo de decir cuando sintió como la mejilla le quemaba, ya que su esposa con tanta rabia le había proporcionado una bofetada con todas sus fuerzas.

La niña dolida ahogó su silencio llanto. Ella ya sabía que lo era. Pero dolía el triple que lo haya oido del quién era su padre. Más aún cuando sus padres discutían por su culpa. Eso la partía dos.

Volvió  su mirada a su hija al oír un apenas audible llanto.

— Vuelve a decirle así y te juró que te cocere la boca yo misma. — le adverte, mientras se acercó a su hija y notaba que su hija temblaba aún escogida en su lugar.—Mi amor... — se agacho frente a la niña para levantar suavemente la carita de la niña. Al ver como lágrimas caían una por una sintió como su corazón se rompía. Al intante sus ojos tambien se cristalizaron — No llores mi amor...— limpio con sus pulgares cada lagrima que caían de la niña silenciosamente. — Puedes salí a fuera, un instante. O mejor ve a jugar con tus amiguitos. — preguntó suavemente, la niña asintió ya que no tenía otra opción

Mi Gran Amor - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora