꧁༒CAPÍTULO 32༒꧂ ☔𝒮𝓉𝒾𝓁𝓁 𝒲𝒾𝓉𝒽 𝒴ℴ𝓊 𝒯𝒶ℯ𝒽𝓎𝓊𝓃ℊ☔ 🐰 𝐤𝐎𝐎ᛕѶ 🐯

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☔𝒮𝓉𝒾𝓁𝓁 𝒲𝒾𝓉𝒽 𝒴ℴ𝓊 𝒯𝒶ℯ𝒽𝓎𝓊𝓃ℊ☔
🐰 𝐤𝐎𝐎ᛕѶ 🐯

Jungkook  Después de aquel delicioso almuerzo mi hermoso Tae se marchó

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Jungkook 
 
Después de aquel delicioso almuerzo mi hermoso Tae se marchó. Yu-Gyeom y yo volvimos al trabajo. 
 
Esa comida cambió mi ánimo; volví a sentirme bien, reconfortado.
 
Jungkook mira a Yu-Gyeom. — ¿Te pasa algo? 
 
—Nada, todo bien
 
—No has dicho nada, te ves pensativo. ¿Acaso Taehyung dijo algo? Lo vi amable contigo.
 
—No es nada, no tiene que ver con tu novio.
 
Jungkook 
 
Después de la jornada llegué a casa. Los últimos días de trabajo han sido duros.
 
Tae estaba metido en la cocina preparando la cena.
 
Kook lo abraza por la espalda; le da un beso en el cuello. —Qué rico huele.
 
Ríe — ¿Cómo estuvo el resto del día?
 
Jungkook le da media vuelta, lo besa: —Excelente. Ame que me  llevaras de comer; te he pensado todo el día, mi amor.
 
Sonríe—Entonces ve asearse para cenar—Lo besa—Voy a poner la mesa.
 
Jungkook 
 
Cuando salí del baño, mi bebe estaba sentado a la mesa; le daba sorbos a una copa de vino. No sé si eran ideas mías, pero se veía más hermoso de lo normal. Amo cuando su cabello cae sobre los ojos, cuando su euforia está en calma.
 
Se veía pasible y tranquilo, con una cálida sonrisa en los labios.
 
Después de cenar fuimos al pequeño balcón. Se sentó en mis piernas, aferramos nuestros labios en un apasionado beso, metí la mano por debajo del suerte y deslicé los dedos en medio de su espina dorsal…
 
Tae le limpia los labios, para quitar el labial que dejo en ellos. — Nunca voy a olvidar cuando nos conocimos; fue uno de mis mejores días.
 
—He vivido muchos momentos hermosos contigo, pero el primero también es mi favorito. Lo mejor que le ha pasado a mi vida eres tú.
Nunca he amado como te amo.
 
Amo todo en ti, hasta tus defectos y mal carácter, tu sinceridad, tu mal genio.
No puedo vivir sin ti.
 
Jungkook 
 
Aquella noche hablamos de todo un poco, después fuimos a la habitación.
 
Se puso una hermosa pijama en seda color púrpura, perfumó su cuerpo, se veía hermoso, más de lo es.
 
Se posó en mi regazo. Rodeó los brazos en mi cuello; sus besos eran lentos, llenos de sentimientos. Nuestras respiraciones fueron agitandose; quité la parte de arriba de su pijama, hice un pequeño recorrido por su vientre, bajé a su entrepierna.
 
Estábamos en medio de la excitación, eso creía.
De repente, rompió en llanto, me pidió que lo abrazara; su lloro fue prolongado.
Acaricié su cabello haciéndole las siguientes preguntas:
 
¿Qué te pasa? 
¿Qué tiene? 
¿Qué te aflige? Eran las palabras que le susurraba al oído, pero no respondió.
 
Lo abracé; al pasar de las horas se quedó dormido.
 
Cuando desperté no estaba a mi lado; había mucho ruido en la cocina.
 
Me levanté. Estaba poniendo la mesa. Había un florero en medio con margaritas; me sonrió indicando la silla.
 
Lo envolví entre mis brazos; le susurré al oído si se sentía mejor.
 
No quise tocar ningún tema negativo para no dañar el hermoso ambiente que había en el desayuno.
 
Me compartía bocado de comida y viceversa. 
Después de desayunar me pido que nos bañáramos juntos; en esta ocasión hicimos el amor.
 
No habló casi. Estaba concentrado en hacerme sentir bien. Quizás estaba tratando de reivindicarse por los días malos que vivimos, preferí dejarlo.
 
Después de aquel baño me ayudó a seleccionar la ropa, e incluso me acomodó la camisa y cepilló mi cabello; luego se aferró a mí susurrándo al oído lo mucho que me ama, que soy lo mejor que le ha pasado, el regalo que le devolvió la fe en el amor.
 
Que lo perdonará por comportarse como un niño pretencioso. 
Le di un beso; le dije que eh incluso amo a ese niño pequeño, malcriado y pretencioso que habita en su ser.
 
Cuando estaba a punto de salir de casa volvió abrazarme, diciendo que me echará de menos.
 
Cuando salí a la calle, estaba asomado en el pequeño balcón, con el cuerpo recostado en el barandal. Me lanzó un beso; gritó que me ama.
 
Esa mañana llegué feliz al museo. Yu-Gyeom aún no estaba. Antes de ponerme a trabajar tomé un trozo de lienzo para dibujar el rostro de mi hermoso Tae.
 
Yu-Gyeom entró a la sala; se mantuvo detrás de mí observando mientras pintaba; un tiempo después irrumpió el silencio.
 
—¿Lo amas demasiado?
 
—Hoy lo amo más que ayer, no sabes lo bien que se ha portado. Al parecer quiere reivindicarse.
 
—Me alegra. Quizás ahora empiezo a entender las cosas.
 
—¿A entender que?
 
—Que no amaras a nadie como amas a Taehyung.
He sido testigo de tus amores e incluso fui uno, pero jamás, ni siquiera en otra persona he visto ese amor devocional que sientes por él.
No puedo hablar de Taehyung, no lo conozco lo suficientemente.
 
—Se dice que amamos bien y somos bien amados una vez en la vida. El amor que siento por Tae es ese, el amor que se vive una vez, ese que no podemos encontrar en otras personas.
.
.
.
.
 
Jungkook 
 
A medio día noté a Yu-Gyeom incómodo, como tratando de decir algo. 
No dejaba de mirar la pantalla del celular; de repente sonó, se apartó para contestar, algo muy raro en él.
 
—Perdón, necesito salir, no sé cuanto tiempo demore.
 
—No te preocupes, ya casi término mi parte; me encargo de la tuya.
 
—Está bien, nos vemos después.
 
Jungkook 
 
Al parecer, las personas más cercanas tienen una actitud rara, hablando de Taehyung y Yu-Gyeom.
 
El uno amaneció actuando de la manera más hermosa, amable y atenta.
 
Y el otro con nerviosismo, como si fuese o estuviera a punto de cometer un crimen. 
 
Cuando regresó, la actitud de Yu-Gyeom fue aún más extraña. Ni siquiera me miraba a los ojos. Esquivaba mis preguntas. A veces me quedaba viendo; podía percibir su mirada.
 
Al terminar la jornada le envié un mensaje a mi bebé, pero no respondió. Lo llamé, pero no contestó.
Su celular estaba apagado. Quería invitarlo a cenar.
 
Sin darme cuenta Yu-Gyeom se había marchado.
Estuvo muy raro, sobre todo después de su salida.
 
Tome mi pedazo de lienzo con la pintura de mi hermoso Tae. Antes de ir a casa le compre un hermoso ramo de flores variadas.
 
Cuando llegue al apartamento, todo estaba oscuro, volvía a llamarlo, pero no había respuesta, entonces llamé a Seok-Jin, quizás estaba en su apartamento, ya que este queda en el mismo edificio.
 
—¿Tae se encuentra contigo? 
 
《¡Hola Kook! No, ni siquiera estoy en mi apartamento; me vine de viaje con unos amigos.》
 
—Estoy llamando, pero no responde. ¡Gracias! Cuelga — ¿En dónde estás metido, bebe?
 
Al ver que no llegaba me metí a la ducha. Todo se sentía silencioso, como en los días que no está. Ya me acostumbré a sus reclamos, a sus pataletas, a lo ruidoso que es, a lo extrovertido y chistoso cuando está de buen humor.
 
Todo es perfecto e imperfecto, en una persona, incluso en nuestras vidas. 
 
De un momento a otro pasamos de estar bien a estar sumidos en la mierda total. Es lo que estaba a punto de pasar.
 
Estaba inocente, metido en la bañera, a la espera de mi novio, sin saber que nunca volverá.
.
.
.
 
Epílogo 
 
Yu-Gyeom llega al parlamento de Taehyung y Jungkook.
 
—Pensé que no vendrías.
 
—Créeme, estuve a punto de no hacerlo.
 
—¿Por qué? Acaso te estoy obligando a cometer un crimen.
Únicamente quiero ser amable e invitarte a almorzar.
 
—Es lo raro. De todas las personas, me invitas a mí.
 
Le señala la silla. —Mmm… no te extrañes tanto. Anda, siéntate, el almuerzo está listo.
 
Va y viene de la mesa a la cocina; le sirve de comer; está extrañado con su actitud.
 
Tae se sienta; le da la primera cuchara al plato. En cambio, Yu-Gyeom está paralizado, con los ojos clavados en éste: —Anda, come con confianza, no voy a envenenarte; si así lo quisiera lo hago desde un principio.
 
—¿Qué pretendes con este comportamiento?
 
—Nada, come, anda, no me mires así y come.— Cambia su plato con el de Yu-Gyeom —Ves, no voy a envenenarte.
¡Ahora come!
 
—¿Por qué haces esto? 
¿Cuál es tu intensión?
 
—Sí, hay una intensión y te conviene mucho.
 
—¿De qué se trata? 
 
—Quiero que me respondas con sinceridad. Sé la respuesta aunque lo niegues.
 
—¿Qué?
 
—¿Qué tanto te gusta mi novio? ¿Sigues enamorado de él?
 
Yu-Gyeom baja la cabeza—¿Por qué preguntas eso?
 
—Respónde, sé que te gusta, que estás enamorado, pero quiero escucharlo de tu boca. 
Dilo Yu-Gyeom, ¿te gusta Kook? ¿Qué sientes por él? Contéstame, no voy a matarte si dices que te gusta. 
Sé perfectamente lo que sientes, pero quiero escucharlo de tu boca. ¡¡Anda, no te quedes callado!!
 
Golpea la mesa. —Sí, sí me gusta, estoy enamorado de él. ¿¡Contento!?
 
Taehyung aprieta en puño con impotencia —Ves lo fácil que es reconocer lo que sentimos.
Imagino que tu deseo es que desaparezca, que me vaya, que te deje el camino libre.
 
—No voy a negarlo, a veces lo deseo.
 
—Voy a cumplirlo, voy a dejarte el camino libre.
Voy a dejar a Kook.
 
—¿No entiendo? 
 
—No voy a dar explicaciones, pero si voy a ponerte una condición, espero que cumplas.
 
—¿Qué condición?
 
—Por nada del mundo dejes que me busque. Saca a flote tus dotes, tus comentarios mal intencionados y lúcete. Convéncelo de que lo abandoné, que no quiero saber de él. Para que no me busques, encárgate que se olvide de mí.
 
—¿Por qué me pides eso?
 
—Porque no pienso regresar más. Es el último día en el que hago parte de su vida y viceversa.
 
—Acepto tu condición, he incluso, no le diré a Kook que tuvimos esta conversación, si me dices la razón por la cual te irás.
 
—Está bien, pero primero júrame que no le vas a decir nada.
 
—Juro que nunca diré lo que hemos hablado.
 
—Me esforcé mucho preparando este almuerzo, así que come.

Después te daré postre.
 
 
 

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