☔Jeon Jungkook Un bohemio, artistas y escritor de 28 años
☔Kim Taehyung un complejo diseñador de interiores de 26 años, mejor amigo de Hanna hermana de Jungkook
☔A pesar de la estrecha amistad entre ellos, Jungkook y Taehyung nunca habían coincid...
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Jungkook
El espacio estaba vestido de oscuridad. Una pequeña luz se colaba por la rendija del ventanal. A pesar de la tiniebla, el lugar me es conocido.
Empecé a palpar a mi costado; estaba a mi lado, no podía verlo, pero sí sentirlo.
Recorrí su cuerpo; lo jalé abrazándolo al mío; me aferré en sus suaves labios, al tiempo acariciaba su largo cabello. El aroma de su aliento era fresco; su cuerpo cálido.
Su presencia me trasmite una inmensa paz. Es el aliciente de mis males, quien apacigua mis demonios.
Tumbó su cabeza en mi pecho; entre susurros dijo:
No quiero verte así, no eres esto. Quiero que vuelvas a retomar las riendas de tu vida, que vuelvas a ser tú.
Te necesito bien para poder estar tranquilo.
Entre el susurro de sus palabras empecé a quedarme dormido.
La luz brillante se coló por el ventanal. Desperté lentamente, palpé mi costado, pero ya no estaba. . . .
Yu-Gyeom entra a la habitación con una bandeja. — Por fin despertaste. Llevas casi tres días durmiendo.
Kook pone las manos en su cabeza—¿Cómo llegue aquí?
—Fui a recogerte ¿En qué pensabas? ¿Convertirte en un indigente?
—Quiero olvidar lo que he vivido, estoy muriendo en vida, no tengo deseos de nada. Jamás imaginé que se siente de este modo. No tiene sentido regresar si mi hermoso Tae no está.
—Date un baño, come, estás demacrado, delgado. Necesito que tengamos una conversación.
—¿Sobre qué?
Jungkook
Mi cuerpo se sentía debilitado. Me metí en la bañera. A mi cabeza llegaron aquellos días que viví con Taehyung en este apartamento.
Nuestros baños por las noches, lfinalizamos haciendo el amor.
Me puse a llorar como un niño pequeño; en mi vida todo es desolación. Tengo miedo de preguntar qué saben de ti, si apareciste, si aún sigues ausente.
Yude Gyeom volvió a la habitación; lo veía inquieto, como queriendo y no decir algo. Sé que está relacionado a Taehyung.
Estaba esperando que terminara de darle bocados a la comida. Se sentó a mi lado con la mirada clavada en el piso.
—Sé que tienes algo que decir, no le des vuelta al asunto. ¿Se trata de Tae?
—A los dos meses que desapareciste, apareció. Se levanta de la cama camina de un lado a otro. — Vas a odiarme por lo que voy a contar, pero tengo que decirlo. Sé que hice mal, estoy arrepentido.
Jungkook se levanta airoso. — ¿Qué le hiciste? ¿Qué tienes que ver con el hecho que se haya ido?
Yu-Gyeom empezó a divagar, mi paciencia a colmarse. Me le fui encima; lo tomé por el cuello. Con su actitud estaba dándome a entender que le dijo o hizo algo.
—Habla, ¿Qué pasa?
—Estás lastimándome, suéltame.
Lo tira al piso, se va encima —habla infeliz.
—Taehyung está enfermo. ¡Tiene un tumor maligno en la cabeza!
Jungkook
Mi cuerpo se paralizó, mi pulso se aceleró.
Yu-Gyeom se levantó rápidamente, caminó a la salida de la habitación.
Mi mente se fue; no entendía lo que hablaba.
—Quería decirte, pero hizo que jurara que no diría nada; cuando me contó lo de su enfermedad me sentí mal por ocultártelo.
Jungkook llora con impotencia: —Eres un maldito infeliz. Aun así te haces llamar mi amigo. ¿Cómo pudiste ocultarme algo tan delicado? Como tuviste el corazón de verme destrozado, acabado, aun así lo callaste.
Eres el peor ser humano que he conocido, ¿Por qué no lo dijiste? ¿Pensaste que me quedaría contigo? Taehyung tenía razón al decir que eres falso, hipócrita…
—No fue mi intensión, le prometí que no diría nada; juro que no quería hacerlo. Sé que hice mal; cuando quise hacerlo te fuiste.
Jungkook
Hanna llamó a Yu-Gyeom.
En realidad soy desconsiderado; está embarazada, y angustiándola.
Empezó a contarme lo que estaba sucediendo con Taehyung; no dejaba de llorar; era increíble lo que escuchaba.
Mi hermoso Tae está en una clínica recibiendo radioterapia; el tumor es casi imposible de operar.
Empecé a sentirme angustiado. Yu-Gyeom había recogido las cosas en mi apartamento, tomó algo de ropa y regresé a mi país.
Fueron las ocho horas de viaje más largas que he hecho en toda mi vida; ni siquiera llegué a casa, fui directamente a la clínica.
Sentí miedo, como en esos días cuando mi madre estaba enferma. Cada vez que ingresaba a la clínica me destrozaban, temía que no volviera a casa; así sucedió.
Sentí el mismo miedo de no ver nunca más a Taehyung.
Temía verlo sin cabello, ese que amo cuando cae sobre sus ojos. Temía ver la muerte pintada en su cara. Ya viví la experiencia, es escalofriante.
Subí al ascensor; antes de hundir el botón del piso donde se encuentra, me tumbé en el suelo; rompí en llanto.
Era una mentira, imaginé todo; creía que se había ido con otra persona, que se había aburrido de mí; muchas cosas pasaron por mi cabeza, pero jamás imaginé que estuviera debatiéndose entre la vida y la muerte.
Ahora que sé la verdad, hubiese preferido las dos primeras opciones.
Cuando llegué al piso, Hanna me esperaba, ya hace con siete meses de embarazo…
Cuando me vio puso sus manos en el rostro; no podía creer lo que veía; que el despojo de ser humano que el camina hacia ella es su hermano, ese que vio por última vez, el día de su boda, ese que estaba feliz, radiante y vivaz al lado del hombre que ama.
Se tiró en mis brazos, rompió en un desgarrador pero silencioso llanto, hice lo mismo.
Me arrodillé abrazado a su vientre; estuve así por un tiempo, desahogando la tristeza.
Me susurró que no llore; Taehyung escuchará; su médico estaba con él.
—¿Por qué te destruiste de esta manera? Estás irreconocible. Me duele verte en ese estado. Por lo menos Tae no te verá.
Llora— ¿Es cierto que no puede ver?
Baja la cabeza —Perdió el 78% de su visión, no han servido las radioterapias, el tumor cada día hace presión en su cerebro, ha ocasionado que su visión sea menos clara. Cualquier procedimiento es un riesgo.
La abraza —Tengo miedo, hermana, no quiero perderlo.
Jungkook
El médico salió de la habitación. Hanna le dijo que soy la pareja de Taehyung.
Me dio los menores…
Cada cosa que decía sobre su estado de salud me devastaba. Lo someterán a la última sesión de radioterapia, con lo último en tecnología. Su familia mandó a traer un equipo de los Estados Unidos.
Si no funciona, la última opción es operarlo.
Hanna le toma la mano. —¿Estás preparado para verlo?
Jungkook
No, no estaba listo, no estaba preparado para soportar la imagen.
Abrí la puerta con temor; mi hermana estaba detrás; frené el paso, antes de asomar la cabeza cerré los ojos.
Los abrí lentamente. Estaba acostado de lado; casi no se veía en la cama; la delgadez de su cuerpo era extrema; el cabello estaba ausente en su cabeza, mordía su labio inferior.
Me desplomé en el piso, acallando el llanto con las manos; de repente habló.
—¿Eres tú, Hanna?
Llora y tartamudea : —S‐si estoy aquí.
—¿Has hablado con Yu-Gyeom? ¿Ya encontró a Kook? — Se sienta en la cama, estira las manos.
Hanna las toma; para unirlas con las de su hermano.
Llora—Aquí estoy, mi hermoso Tae. —Su voz tiembla al apreciar el demacrado cuerpo y ojos fijos. —¿Por qué me hiciste esto? Se arrodilla aferrándose al esquelético cuerpo de su novio—¿Por qué mi amor? Pensé que me amabas
Taehyung está perplejo, no sabe qué decir; llora: —No quería que pasaras esta tormenta; es suficiente que la viva. Mira en lo que me he convertido.
—¿Crees que me importa? No te das cuenta que sin ti estoy muriendo; estoy acabando conmigo sin saber de ti. Mira por lo que estás pasando. ¿Acaso es justo?
—Tenía miedo de morir, no volver a sentirte —le acaricia el cabello — No volver a escuchar tu voz, no puedo verte. Mi visión se a resumido en siluetas oscuras.
—Estaba muriendo en vida.
—Igual, no puedes hacer nada por mí. La ciencia y la medicina son las únicas que pueden salvarme.
—¿Y el amor? ¿Las personas que te aman, no cuentan?
—Cuentan mucho; caí en mi error con el pasar de los días; me arrepentí que no estuvieras aquí. Cuando deseé tu presencia te habías ido. Fui estúpido, pido perdón por hacerte sufrir, es lo que estaba evitando, pero provoqué lo contrario.
—Soy quien está muriendo. Si Yu-Gyeom no me encuentra, ahora mismo estuviera muerto.
Te amo. Para estos momentos son las personas que amamos. En las peores tormentas es cuando debemos aferrarnos a ellas, nuestra pareja, nuestro pilar, ese que hará hasta lo imposible por sostenerte.
Jamás me hubiese ido de tu lado, en ninguna de las circunstancias.
Las dificultades también hacen parte del amor. Los momentos difíciles son la prueba de fuego en una relación. —Lo aferra a su cuerpo. —Prometo que voy a sacarte de esta cama; volverás a ver. Prométete que no te darás por vencido.
Aquí estoy para ser tú pilar donde puedas sostenerte en los días malos. Estoy para hacerte feliz, secar tus lágrimas.
Estoy en el lugar de donde no debiste desplazarme.
