꧁༒CAPÍTULO 37༒꧂ ☔𝒮𝓉𝒾𝓁𝓁 𝒲𝒾𝓉𝒽 𝒴ℴ𝓊 𝒯𝒶ℯ𝒽𝓎𝓊𝓃ℊ☔ 🐰 𝐤𝐎𝐎ᛕѶ 🐯

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☔𝒮𝓉𝒾𝓁𝓁 𝒲𝒾𝓉𝒽 𝒴ℴ𝓊 𝒯𝒶ℯ𝒽𝓎𝓊𝓃ℊ☔ 🐰 𝐤𝐎𝐎ᛕѶ 🐯

Jungkook  Los días eran lentos, como si las manecillas del reloj pesaran

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Jungkook 
 
Los días eran lentos, como si las manecillas del reloj pesaran. 
La angustia y la zozobra son el pan de cada día, en cada reunión, en cada decisión que los médicos toman.
 
La radioterapia con la máquina que trajeron de los Estados Unidos no funcionó. El tumor está cubierto por un tejido membranoso que dificulta el procedimiento.
 
Por un momento olvidamos la enfermedad y nuestra angustia; su tumor no fue el tema central.
En medio de la tempestad celebramos la vida.
 
Le dimos la bienvenida a mi pequeño sobrino, quien con su llegada nos regaló la alegría y felicidad en medio de la tragedia que invade nuestras vidas.
 
Su nacimiento fue en la misma clínica donde está recluido Taehyung.
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Namjoon trae a Hanna en una silla de ruedas, con el pequeño en brazos para presentárselo al tío Taehyung. 
 
Ese día también nos acompañan Jimin y Yoon-Gi. 
 
—Aquí te lo traigo —Namjoon lo pone en sus brazos.
 
Taehyung le acaricia el rostro al pequeño. — Lástima que no pueda verlo.
 
Jungkook se sienta a su lado. —Pronto recuperarás tu visión, mi amor.
 
—No sigan engañándome, sé que la radioterapia no  funcionó como esperamos.
Díganme a quien se parece.
 
Namjoon ríe: —A mí, bueno, tiene rasgos del tío Jungkook, pero se parece a su papá.
 
Hanna le toma la mano. —Te tenemos una sorpresa. 
 
—Díganme que tiene la cura para desaparecer este maldito tumor de mi cabeza.
 
—¡Por favor, mi amor!
 
—Deseo tener una varita mágica y desaparecerlo, pero la sorpresa es que decidimos nombrar al bebe como su tío político Taehyung.
 
Sonríe—¿¡En serio!? Eso es genial. Cuando muera van a recordarme todos los días.
 
—No digas esas cosas, no vas a morir; tendremos Taehyung por muchos años más.
 
—Cada día soy más consciente de que no hay opciones; la única es operar; es igual a morir. Únicamente hay una probabilidad del 25% que salga con vida de ese quirófano.
 
—Yo confío que vas a salir de esto, no pierdas la esperanza.
Mientras que esta exista, todo es posible.
 
—No hablemos más del tema. Estoy feliz que le pongas a mi sobrino Taehyung; es todo un honor que lleve ese hermoso nombre—ríe.
 
Jungkook 
 
Escucharlo hablar de esa manera dolía demasiado. Cada día se resigna a morir, pero haré lo que esté a mi alcance por mantenerlo a mi lado.
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cinco días después.
 
El cuerpo médico se reunió con sus familiares, incluyéndome. 
La última opción para salvar a Tae es operar, sobre todo porque el tumor en cualquier momento puede revetarse; su ojo izquierdo ha perdido la visión en un 90%.
 
No había mucho tiempo, tres días nos dieron para tomar una decisión, pero está en manos de Taehyung.
 
Esa noche me acosté a su lado; recostó la cabeza sobre mi pecho; el silencio entre los dos fue prolongado.
 
—¿Qué has decidido?
¿Te someterás a la operación?
 
—Si no lo hago moriré, si lo hago, por lo menos tengo una pequeña esperanza de sobrevivir, de acabar con esta agonía, pero si la operación falla me iré para siempre.
 
Si no me opero, puedo vivir unos días, unas semanas, o quizás unos meses más.
 
Es una decisión difícil; también es una carrera inesperada contra la muerte donde la llevó de perder.
Ahora; quiero saber tu decisión. 
 
—Deseo que vivas, que sanes, no quiero perderte.
El tumor es un callejón sin salida donde la única opción es trepar la pared sin saber que nos esperas al otro lado—Su voz se entrecorta—Tengo miedo, quiero que salgas bien de esto, me mantengo positivo ante todo, pero es tu decisión.
 
—Quiero operarme; si muero, por lo menos fue en medio del intento, pero si no tomo el riesgo y muero, teniendo un 25% de esperanza de sobrevivir. Quiero usar ese 25% de probabilidad; puede ser que sea un tipo suertudo y sobreviva.
 
—Vas a ser operado por el mejor equipo médico, por los mejores neurocirujanos. Es un riesgo, pero también hay cosas positivas: el tumor está encapsulado y la radioterapia ha evitado que se extienda.
No pierdo la esperanza; estoy positivo hasta el final.
 
Jungkook 
 
Después de aquella conversación se quedó dormido entre mis brazos. 
 
Me levanté de la cama, fui al baño como todas las noches. Después del final de la jornada necesito desahogarme.
 
Me senté en la taza del retrete con la cabeza entre las piernas, desahogando mi llanto, mis miedos, mi dolor y frustración, esos que tengo que contener durante el día. Tengo que ser fuerte, ser ese pilar donde pueda recostarse, sentirse seguro.
 
Si me derrumbó se derrumbará. Desde el día que volví su físico ha mejorado, al igual que su ánimo. 
Come todas las comidas e incluso repite: ese cuerpo cadavérico, las ojeras por la falta de sueño y el desánimo desaparecieron. 
Ojalá mi presencia también hubiese tenido el poder de desaparecer el tumor.
 
Cuando salí del baño, mi amigo Ho-seok estaba tirado en el pasillo. Tenía la cabeza entre las piernas. Sin mediar palabra alguna me senté a su lado, lo abracé. Tenía miedo de preguntar el motivo de su aflicción.
 
Ho-seok enjuga sus lágrimas. — Se está yendo.
Hoy no despertó en ningún momento, no pude tener una conversación con ella, ni siquiera pude escuchar sus quejidos a causa del dolor—llora. — Pensé estar preparado, pero confirmé que no.
 
—¿Qué puedo decir? Estoy en la misma posición; ni siquiera puedo darte una palabra de aliento si conoces mi rutina de todas las noches desde el día que nos encontramos.
 
—Es triste; creemos tenerlo todo, tener la felicidad abrazada, que vaya desvaneciéndose entre tus brazos. 
Guardo cada momento en mi memoria, cada recuerdo desde que Lucy llegó a mi vida. Para mí es perfecta, mi todo.
A su lado tuve la mejor felicidad.
 
A la semana que nos enteramos de que tenía cáncer, en uno de los exámenes venía la noticia de que estaba embarazada. Nos tocó renunciar a nuestro hijo cuando apenas nos enteramos de su existencia.
 
Pensamos que sería pasajero, el cáncer se iría, recuperaríamos nuestras vidas e incluso aquel hijo que perdimos, pero todos los días el panorama era peor que el anterior. Cada día que pasa voy quedándome con los brazos vacíos hasta que se desvanezca.
 
—Lucha, ahora lucha por ti. 
No soy quien para decir esto, ni siquiera estoy en la mejor posición para dar una palabra de aliento, pero lucha.
No será igual, e incluso si Taehyung sobrevive, nada será igual en nuestras vidas.
 
Soy débil; soy un montón de remiendos emocionales desde el primer día que Tae se fue.
Mis emociones se resumen en un gran roto sin arreglo, pero tengo que ser fuerte aunque me toque aparentar.
 
Tengo que hacer en días lo que quise hacer en meses, en años.
 
—¿A qué te refieres?
 
—Nunca aprendí a bailar.
Sé que no es el momento, tampoco estás de ánimos, pero el tiempo aunque sea un segundo es valioso y crucial en este momento.
¿Podrías enseñarme a bailar? Aunque sean un par de pasos básicos.
 
Ríe con nostalgia. —Hay una habitación desocupada al lado de la sala de espera.
Si quieres te doy algunas instrucciones.
 
Jungkook 
 
En medio de su dolor no se negó a mi petición. 
Fuimos a aquella habitación, pusimos música en el celular. Empezó a darme las primeras instrucciones.
 
Quiero tener un baile con Tae antes que entre a la sala de operaciones; quiero que sea algo hermoso, sin pisarle los pies como en aquella ocasión en el bar.
 
También, quiero hacer algo más antes que entre a esa sala, antes que el destino lo arrebate sin previo aviso de mi lado.
 
No sé cuantas horas duramos en esa habitación entre un baile y otro. Por un momento olvidamos nuestras penas. Reímos un poco de mi torpeza y lo ridículo que nos veíamos abrazados, simulando que es Taehyung.
 
—Espero no olvides lo aprendido.
 
—Te aseguro que no, eres bueno en lo que haces. Prometí ayudarte con tu academia y lo haré.
 
Baja la cabeza: —Prometo devolverte el último peso.
 
—Es lo de menos, amigo, lo hago de corazón, porque quiero verte bien.
 
Jungkook 
 
Empezó a sonar la alarma de emergencia. 
 
Salimos despavoridos, imaginamos lo peor.
 
La alerta azul provenía de la habitación de su esposa; los médicos entraban y salían ante su mirada impotente y llena de temor.
 
Ho-seok caminaba de un lado a otro con desespero. Miraba su reloj una y otra vez; eran las tres de la madrugada.
 
Diez minutos después, los médicos salieron de la habitación con los hombros descolgados, los gestos de frustración invadían sus rostros.
Uno de ellos lo tomó por los hombros; 
 
—Lo siento, hicimos lo posible. Lucy falleció.
 
No tuvo ninguna reacción ante lo dicho; quitó las manos del médico de sus hombros, entró a la habitación, fui tras él.
 
Se tiró sobre el cuerpo inerte de su esposa; soltó un desgarrador llanto combinado con alaridos.
 
No soporté ver aquella dolorosa imagen; empecé a imaginarme en su lugar, salí corriendo a la habitación de Taehyung, me acosté a su lado.
 
Lloraba silenciosamente. No podía sacar la imagen de Ho-seok aferrado al cuerpo de su esposa.
 
No quiero perderlo, no quiero que me toque el dolor de su ausencia.
 
Después de un tiempo volví a la habitación donde estaba Lucy, pero no había nadie.
 
En la mañana fui a la funeraria a brindarle un poco de compañía, Namjoon también estaba; los tres fuimos compañeros de escuela.
 
El día que me reencontré con él dijo que estaba preparado para decirle adiós. La dolorosa imagen dejaba claro que jamás vamos a estar preparados para despedir al ser amado.
 
Estaba aferrado al féretro de su esposa. Me abracé a él tratando de darle un poco de consuelo. 
 
No soportaba el lugar. Saber que mi Taehyung puede correr la misma suerte me llenaba de una inmensa tristeza y angustia.
 
Después de un tiempo regresé a la clínica. 
 
Tae estaba en compañía de su médico.
 
Kook le da un beso en la frente, le habla al médico —¿Está todo bien?
 
Le extiende unos papeles: —Es la autorización para operar, léanlo detalladamente y fírmenlos — Sale de la habitación.
 
—¿En dónde estabas?
 
—Fui hacer un par de cosas. 
Antes de firmar esos papeles, quiero pedirte algo.
 
—¿Qué? ¿No me digas que no quieres que vaya al quirófano?
 
—Es una decisión tomada, esa operación es nuestra cara o sello, pero antes —le toma la mano, la besa, saca un anillo de su chaqueta —quiero pedirte que seas mi esposo.
 
Quiero casarme contigo, mi hermoso Tae.
 
 

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