☔Jeon Jungkook Un bohemio, artistas y escritor de 28 años
☔Kim Taehyung un complejo diseñador de interiores de 26 años, mejor amigo de Hanna hermana de Jungkook
☔A pesar de la estrecha amistad entre ellos, Jungkook y Taehyung nunca habían coincid...
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Jungkook
Dicen que el amor verdadero se da una vez en nuestra vida, al igual que el amor a primera vista.
Dicen que el verdadero amor es aquel que te pone a pensarlo todo el tiempo, no puedes sacarlo de tu cabeza un instante.
Por primera vez en mis veintiocho años de vida estoy experimentando el sentimiento que ocasiona el primer amor.
No puedo dejar de pensarte, Kim Taehyung, mi alma está en desespero por verte, quiero volver a vivir la hermosa experiencia de tenerte cerca, quiero encontrarte una vez más. . . .
Dos meses después
Jueves 26 de febrero del 2015 Hora: 4: 00 Pm
Mi avión acababa de aterrizar, iba corriendo como un loco por los pasillos del aeropuerto.
Tengo que rescatarte a las 5 Pm.
El tráfico no ayuda
Le habla al taxista — Señor, podría ir más rápido, tengo prisa
Miré el reloj, eran las 4: 20. Me restan cuarenta minutos para rescatarte del laberinto. . . . Mientras tanto, Taehyung
Salí de mi oficina disparada como una bala.
Era las 4:20. Parecía un adolescente, iba emocionando, la adrenalina corría por mis venas, la ansiedad me está matando.
— ¡Maldita sea! — Exclame mientras golpeaba el volante del auto. Hay un tráfico que no tiene fin, creo que no saldré de este embotellamiento, por lo visto me toca pagar la cena.
Quiero que nuestro segundo encuentro sea especial. . . .
Jungkook
Estaba desesperado, el tráfico era una locura, me restaban 25 minutos para llegar a mi encuentro con Taehyung.
Si ser puntual es un defecto, considero que es mi mayor imperfección. No quería quedar mal. Deseo que relate una historia mientras su hermosa voz me guiaba a él.
Estaba a seis calles de mi casa, así que le dije al señor del taxi que lleve las maletas a la dirección, salí corriendo.
Estaba tan desesperado por llegar a tiempo, que tome el riesgo de perder el equipaje.
Iba como un loco torpe, corriendo por las calles, como ladrón que acaba de cometer una fechoría, corrí sin parar, corrí hasta sentir que dolía mi estómago, corrí tan rápido, que sentí que le faltaba aire a mis pulmones.
Quedaban exactamente diez minutos para nuestro encuentro Seguí corriendo, llegar a casa, no dejé de correr, por fin llegué.
Estaba agitado, ni siquiera podía hablar. Apenas pise el laberinto me desplomé, tratando de recuperar el aliento, tenía los ojos puestos en el reloj. Dejé pasar un minuto, quedaban restando siete para encontrarlo.
