08. Ofrenda de paz

1.2K 115 27
                                    

Desperté sintiéndome muy nerviosa y confundida. El día de ayer había sido tan extraño, que no estaba segura de si fue real o solamente un sueño.
Puse mucho empeño en mi imagen y bajé satisfecha tras verme por última vez en el espejo.

—Mira, va en serio. — le dijo papá a mamá sonriendo cuando me vio.
—¿Quieren ser más normales? Me arreglé para ver al chico que me gusta, que es un metalero tatuado. — chasqueé los dedos un par de veces.
—Sí, y se ve que es muuuuy rudo. – dijo mamá con sarcasmo y luego se echó a reír — Debieron verse dormidos juntos ayer, es la imagen más cursi que he visto en la vida.
—Secundo esa opinión. — dijo papá riendo también.

Sentí que me sonrojaba y eso solo hizo que aumentaran las bromas.

Bajé del auto frente a la preparatoria y, cuando entré, me encontré a Mike cerca de los casilleros.
—¿Qué tal, Michael? — pregunté sonriendo.
—Bien, ¿y tú?
—¿Ya no estás molesto conmigo?— pregunté abrazando su cintura mientras caminábamos.
—No me molestaría si tú y Nancy no fueran tan fastidiosas. — comentó serio.
—Sí, ella y yo somos las fastidiosas. — dije con sarcasmo, lo que hizo que me viera aún más serio.

Me reí y lo abracé más fuerte.
—Volvamos a ser amigos, ¿sí? Tú, yo, Dustin, Lucas, pizza y algunos juegos de mesa. ¿Qué dices?
—No sé, ya eres muy vieja. — dijo; luego sonrió — Pero puede ser.

Llegamos juntos a los casilleros, a donde Munson estaba llegando también por otro pasillo. Cuando nos vio, sonrió y Mike fue hacia él. Yo me dirigí a mi casillero y los escuché hablando de su campaña, luego Mike se fue y Munson se acercó a mí.
—Buenos días, Roonie. — dijo y apoyó la espalda en los casilleros, como siempre hacía.
—Buenos días, Munson. — dije sonriendo.
—¿Qué te dijeron tus papás ayer? — preguntó en voz baja.
—Al parecer, nosotros tomando la siesta es lo más cursi que han visto en la vida. Tu imagen está arruinada. — reí, mientras él sonreía avergonzado —  Y además, al parecer ya tengo libertad de tomar mis propias decisiones, incluyendo con quién quiero salir. — concluí y cerré mi casillero para verlo.
—Sería una pena que desperdiciaras esa libertad saliendo con alguien decente y aburrido. — dijo con una media sonrisa.
—Sería una verdadera pena. — asentí.

El timbre de inicio de clases sonó y él se separó de los casilleros.
—Nos vemos luego. —dijo y se acercó para abrazarme.

Lo abracé y entonces, de pronto sentí todas las miradas de los demás estudiantes sobre nosotros y, por un impulso, me separé rápidamente de Munson, quien me vio sorprendido al principio y luego con algo de tristeza. Asintió viéndome a los ojos.
—Lo siento, ¿te avergüenzo?
—No. — le dije asustada. Él sonrió con amargura.
—Aprende a mentir. — dijo y se fue.

Estaba sentada con Nancy en la cafetería. Mi comida estaba intacta, salvo por los lugares en los que había jugueteado con el tenedor.
—¿Vas a decirme qué sucede o tengo que adivinar? — preguntó.

Empecé a contarle todo lo que había sucedido ayer y cuando terminé, me veía asombrada.
—Pero eso es excelente, van muy bien. Son como Romeo y Julieta, pero con la aprobación de los Capuleto. — dijo sonriendo — No entiendo, ¿qué es lo que te molesta?

Le conté lo que había sucedido hoy por la mañana y entonces me vio con seriedad y suspiró.
—Escucha, a mí me sucedió algo parecido, dos veces. Cuando salía con Steve me sentía apenada porque los demás se burlaban de nosotros. Yo no era el tipo de chica con la que Steve solía relacionarse, y tenía miedo de que me tacharan como tal.
Luego, cuando empecé a salir con Jonathan, él se sintió apenado porque todos creían que yo era mucho para él.
Lo que intento decir es... que si pones como prioridad lo que los demás piensen y digan de ti, nunca vas a ser feliz, porque te critican hagas lo que hagas. ¿Te gusta Eddie? Sal con él, al diablo los demás.
—Nancy Wheeler, eres una sabia mujer. — dije con honestidad.
—Por supuesto. — dijo sonriendo.

Don't be cruel [Eddie Munson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora