09. Perspectiva

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—...y entoces dijeron que sí me dan permiso, ¿puedes creerlo? — le dije a Nancy.

Estábamos en clase de química, pero como siempre, ambas habíamos terminado nuestra solución antes que los demás, por lo que tuvimos un rato de descanso, que aproveché para ponerla al día.

—Ellos nunca me parecieron tan opresores como tú dices. Me sorprendió que aprobaran a Eddie como tu novio, pero por lo demás...
—¿No te parecían tan...?¿Me has puesto atención en el tiempo que llevamos siendo amigas? — pregunté indignada y ella sonrió.
—Bueno, sí, es cierto, casi siempre lo han sido. Entonces eso significa que vas a pasar la noche con él... — levantó las cejas — ...así que... ¿qué piensas hacer?¿Van a...?
—Ya veremos. — me limité a decir acalorada.

Íbamos por un pasillo, camino a clase de biología, cuando nos lo encontramos doblando la esquina, así que caminó con nosotras. Pero tras avanzar unos metros vimos a Jennifer, la compañera de equipo de Nancy, y esta última se separó de nosotros con la excusa de que debía decirle algo a su compañera.

—Voy a ir de compras hoy, por algo de ropa oscura para el concierto. — le dije a Eddie.
—¿Puedo ir contigo? — preguntó, lo que me hizo sentir emocionada.
—¡Claro! — dije sin disimular. Él también sonrió radiante.

Entramos al aula y nos separamos hacia nuestros asientos después de acordar ir después de clases.

Fui al estacionamiento cuando salí de la última clase y me senté en una banca a leer. Pensé que Eddie tardaría en llegar porque quizá tendría algún cliente, pero llegó menos de cinco minutos después que yo, girando en su dedo índice el aro con las llaves del auto, lo que provocaba que estas tintinearan.

—Vámonos de compras. — dijo sonriendo.

Me levanté tras cerrar mi libro y caminé junto a él, aún había algunos chicos alrededor y sentí algunas miradas sobre nosotros, pero lo cierto es que no me importó esta vez.

Fuimos primero a mi casa. Me cambié los zapatos por sandalias cómodas y tomé dinero de mis ahorros. Luego fui al espejo y me di un ligero retoque.
Bajé corriendo a la sala, donde Eddie estaba sentado.
—Mis papás aún no llegan del trabajo, voy a dejar una nota. — le dije.

Tomé una libreta y me senté a su lado para escribir.
"Fui de compras, regreso cuando tenga que regresar." escribí sonriendo.

—¿Qué clase de nota es esa? — preguntó Eddie riendo.
—¿Qué? Fui muy explícita con los detalles.- dejé la libreta sobre la mesa de centro, luego vi a Eddie — ¿Nos vamos?
—En un segundo. — dijo y me vio de una forma que me hizo sentir muy nerviosa.

¡Dios!¡Va a hacerlo, es hora! — dijo la voz en mi cabeza.
Mi cuerpo se debilitó cuando tomó mi barbilla con sus dedos y lentamente acercó su rostro al mío, pero se detuvo un segundo.
—¿Está bien? — susurró. Yo asentí con la cabeza sin poder decir palabra alguna.

Entonces depositó un suave beso en mis labios, y qué bien besaba.

Recordé aquel día, aquel primer beso, cuando mi cuerpo se congeló en el escenario al sentir sus labios irrumpiendo entre los míos y lo supe; claro que había estado enamorada de él desde entonces. Estos años había intentado convencerme de que lo odiaba, pero lo cierto era que me gustó desde que lo oí recitar dramáticamente las palabras de Romeo Montesco.

Eddie Munson había tenido siempre un aura tan extraña. Te hacía odiarlo si no sabías entenderlo, y amarlo si sabías ver a través de su fachada, a mí me ocurrió lo segundo. Cada que se acercaba a mí en el taller de actuación me hacía sentir tan nerviosa y, cuando tomaba mi mano, decía sus líneas con esa voz y me veía con sus ojos brillantes, me sentía al borde del colapso.

Don't be cruel [Eddie Munson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora