31. Mal sueño

703 66 32
                                    

Lamento si se disgustaron con el comportamiento de Eddie en el capítulo anterior, pero recuerden que es un fanfic; yo he venido moldeando su personalidad desde el principio, y desde entonces lo presenté como alguien a quien le gusta la rudeza. Por favor confíen en mí, esta historia la tengo más planeada que mi futuro.


Y lean este capítulo con calma. No se enojen, gracias por leer.
Chau, feliz tarde. Cualquier reclamo en los comentarios. No me odien.

●●●

Eddie fue a dejarme a mi casa, pero se estacionó al inicio de la calle, para no llamar la atención de mamá y papá.
—Nos vemos mañana.— le dije y me acerqué para darle un par de besos suaves, entonces me rodeó con sus brazos y me apretó fuerte.
—¿Es muy tarde para huir de vuelta a Illinois?— preguntó con voz suave.
—Jamás será tarde. Solo pídemelo y lo haremos.— respondí.
—No lo dices en serio, ¿o sí?
—¿Quieres que huyamos?— pregunté viéndolo a los ojos.
—Somos jóvenes y estúpidos, no creo que nos vaya bien si huimos hoy.— dijo sonriendo con tristeza.
—Entonces en algunos años, cuando no seamos ni uno ni lo otro.— le dije.

Asintió y atrajo mi cara a la suya para darme un beso en la frente.
—Perdón por ser un estúpido, por dudar de ti y por... por si te hice sentir que necesitabas tener sexo conmigo para perdonarte.
—Supe con certeza que te olvidaste de todo cuando te golpeé y te vi sonreír y verme con tus ojotes radiantes, te conozco.— le dije riendo.
—Mis ojos jamás mienten. Ellos siempre te serán honestos.— susurró.

Un rato después bajé del auto y fui directo a casa de los Davis, pero entonces me di cuenta de que el auto de mis papás no estaba, lo que significaba que habían salido. Clayton me abrió la puerta y me vio confundido.
—¿Por qué llegas a esta hora?— preguntó cuando entré.
—Lo lamento, estaba con Eddie y olvidé por completo que tenía un empleo.
—Entonces ¿ya se reconciliaron?— preguntó sorprendido.
—Sí, solo tuve que hablar con él,  y cuando eso no funcionó le demostré mi amor con un golpe. Y así lo entendió.— dije sonriendo y Clayton soltó una risita.
—Pues... ni voy a preguntar nada. Bien por ustedes.— dijo asintiendo.

En eso las gemelas llegaron corriendo y me abrazaron.
—¿Por qué vienes tan tarde?¿Dónde andabas?— preguntó Melissa.
—Estaba muy ocupada, lo lamento.— dije sonriendo.
—Fuimos a buscarte a tu casa y tus padres dijeron que no sabían dónde estabas.— dijo Margaret y la sonrisa desapareció de mi rostro. Vi a Clayton, que se puso furioso.
—Saben que no tienen permitido salir solas, y menos ir a otra casa. ¿A qué hora se fueron?— preguntó.
—Hace rato, salimos por atrás. Pero nada nos pasó.— dijo Melissa.

Clayton me vio con cara de "Lo lamento", y luego reprendió a las gemelas. Mientras, yo me asomé por la ventana, el auto de mis padres aún no estaba.

~

Cuando llegó mi hora de salida Clayton me acompañó hasta la calle.
—¿Vas a tener más problemas por eso?— preguntó.
—Sí, es casi seguro.— dije en voz baja— Pero ahora sé enfrentarlos, así que voy a estar bien.

Nos despedimos y crucé la calle. Cuando entré a la casa escuché la voz de mamá en la cocina. Subí a mi habitación, y un rato después bajé para cenar algo. Ellos estaban ahí comiendo, pero entré sin decir una palabra.
En la estufa estaban un par de ollas, una con spaghetti y la otra con la salsa especial que papá preparaba.
Me serví un plato y salí camino a mi habitación, sorprendida porque no oí reclamo alguno.

Don't be cruel [Eddie Munson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora