15. Landslide

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Me arreglé y me hice un maquillaje simple y bonito, mientras sonaba Love is a battlefield de Pat Benatar en mi estéreo.

—...Créeme, créeme. No puedo decirte por qué, pero estoy atrapada en tu amor y encadenada a tu lado. Somos jóvenes, de tristeza en tristeza permanecemos, sin promesas ni exigencias. El amor es un campo de batalla... — canté con emoción.

Luego bajé a desayunar y tuve una charla amena con mis papás, que se sonreían entre ellos por momentos. Yo sabía bien porqué.

—Así que... ¿están comprometidos o algo así? — indagó después mamá señalando mi anillo.
—Quiero dos nietos. — dijo papá, levantando la vista del periódico.
—Muy graciosos. Además, no pienso tener hijos antes de los treinta, primero tengo que disfrutar la vida.

Llegamos a la preparatoria y vi a Dustin, que estaba llegando. Me bajé del auto y lo saludé con la mano mientras caminaba hacia él.
—¡Nos saludas al querido Eddie, nena! — gritó papá y me congelé cuando vi que Dustin los quedó viendo con el ceño fruncido y luego a mí.
—¡¿Eddie qué?! — preguntó asustado.
—Nada. ¿Qué... qué tal estás? — hablé nerviosa.

Charlamos mientras caminábamos por los pasillos, donde luego nos encontramos a Mike, Eddie y Gareth.
Este último hizo una tosecita y le dio un codazo a Eddie, quien me vio y sonrió.
—Así que... ¿nos vemos todos el sábado? — preguntó abrazando a Mike, quien lo vio confundido.
—¿Qué? No hay campaña. — dijo este.
—¿Vas a organizar una reunión amistosa y no piensas invitarnos? — preguntó Eddie fingiendo indignación.

Mike me vio serio y entendí lo que quería decirme con esa mirada, así que encogí los hombros en señal de que no me importaba si los invitaba también.
—De acuerdo, está bien. — dijo entre aliviado y sorprendido — Vamos a comer, ver una película y tal vez jugar a algo.
—¿Amargada Roonie va a jugar también? Que reunión tan interesante. — dijo Eddie sonriendo. Lo vi incrédula.

Nos separamos y cada quién se fue por su lado. Fui a mi casillero, donde Eddie volvió a aparecer.
—¿En serio piensas seguir llamándome Amargada Roonie? — pregunté seria.
—Tú me llamaste imbecil el otro día. Y a propósito, olvidé darte la penitencia. ¿Qué será, qué será? — preguntó viendo al techo y luego me vio a los ojos sonriente.
—¿Qué?
–El sábado debes darme un beso frente a los chicos.
—No.
—Entonces debes dejar que yo te dé uno. Sabes que debes cumplir las penitencias sin negarte, y te estoy dando dos opciones, elige una.
—¿Puedo golpearte después? — pregunté.
—No, y tampoco fingir que no te gustó. — dijo sonriendo.

Me reí mientras terminaba de guardar los libros.
—La opción dos, en definitiva.
—Bien. — sonrió radiante — ¿Hacemos algo hoy?
—Voy a salir con Nancy, tenemos mucho de qué hablar.
—¿Van a hablar sobre mí?
—Obviamente que sí. — dije sonriendo — Pero descuida, jamás doy los detalles sucios.
—Pfff, esos son los mejores. — dijo rodando los ojos.

~

—Déjame verlo. — dijo Nancy sonriendo y tomó mi mano para ver el anillo — ¡Pero mira nada más! Van en serio.
—Y creo que voy a tener que contárselo a los chicos el sábado. — dije, a lo que me vio confundida — Es que con Eddie tenemos una especie de acuerdo en el que si "ofendemos" al otro, nos toca cumplir una penitencia; entonces Eddie me dio una por llamarlo imbecil frente a Mike. Debo dejar que me bese frente a todos en una reunión que vamos a tener aquí el sábado.

Nancy me vio sorprendida y luego se echó a reír.
—Y ¿dices que va a ser aquí? Por dios, entonces voy a estar en esa reunión, por nada del mundo me lo voy a perder. Ya quiero ver la cara de los chicos... y la tuya, por supuesto.
—Gracias por tu apoyo. — dije sarcástica.

Don't be cruel [Eddie Munson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora