La suave brisa nocturna era fría, y era acompañada de un aroma metálico, producto de la sangre que empapaba la camiseta de un peliverde.
Sus ojos desprendían una sustancia escarlata, la cual bajaba lentamente por sus mejillas hasta caer al suelo...
cada paso que daba era más lento que el otro, hasta el punto de detenerse por completo...
No sabía lo que hacía, ni el por que lo hacía, no tenía la sensación de nada, su piel no era capaz de percibir las condiciones de su entorno, y su visión se nublaba constantemente por manchas de un tinte oscuro.
Era lo mas cercano a llorar... cortes profundos en sus ojos, que derramaban finas líneas de sangre... una herida que no estaba dispuesto a sanar, no hasta que estas le brindaran alguna sensación de alivio al dolor punzante en su corazón.
" El dragón no fue capaz de conservar su tesoro".
Una pequeña parte de la historia que le contaba su madre cuando era pequeño, y unos de los pocos recuerdos que aún conserva de ella... Su mente deteriorada fue capaz de encontrar el significado del final de aquel cuento infantil.
Ser la criatura mas fuerte no te asegura tenerlo todo, ni seguir conservando lo que ya tienes...
Palabras que rondaron por su mente por un par de segundos, hasta que sus pasos se reanudaron, caminando de regreso a casa, mientras dejaba que las heridas en su cuerpo se cerraran poco a poco, hasta eliminar las marcas de su existencia.
La sensación que quería sentir aún no era obtenida, pero, se aseguraría de llenar aquel vacío con lo que fuese necesario.
Sacó las llaves para abrir la puerta, pero se detuvo antes de incrustarla en la cerradura.
Desvió ligeramente su mirada, para observar la presencia de un auto que cruzaba lentamente frente a su casa, el cual avanzó más rápido una ves que hubo contacto visual con el peliverde.
La puerta jamás se abrió, y la presencia de Izuku pareció desvanecerse, dejando el lugar en sumido en un profundo silencio...
Time skip.
Las horas pasaban con lentitud, trayendo consigo unos débiles rayos de luz, los cuales invadían por completo una habitación.
Fuyumi abrió ligeramente sus ojos, mientras se acurrucaba en la tibia superficie bajó de ella, la cual poco a poco se comenzaba a mover, envolviéndola en un abrasó, y atrayéndola más, dándole un suave beso en la frente.
Fuyumi: *sonriendo* buenos días Izuku.
Izuku: buenos días.
Sus labios se volvieron a juntar en un cálido beso, el cual duró lo suficiente como para calmar la necesidad de cariño en fuyumi. La sensación fría de sus labios, mezclados con lo dulce de sus caricias, un momento agradable que solo pudo ser interrumpido la necesidad de oxígeno.
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..Solo soy un juguete..
AcakIzuku midoriya, estudiante de 1º año en la UA, no destaca en lo absoluto, y tampoco intenta sobresalir por el simple echo de que no quiere, ¿por que?, desde su primer año simplemente a sido el objeto de las mujeres, un simple muñeco, marioneta, jugu...