Capitulo 13

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-Me iré pronto. -Comentó Elizabeth perezosamente desde su silla.

Papa había estado inusualmente callado esa noche, lo que llevó a Elizabeth a cambiar la conversación a una que normalmente evitaba, ella había considerado preguntar sobre el rumor que acababa de escuchar horas antes, pero lo rehuyó por temor a que él no hablara en absoluto, Papa estaba apoyado en su puño, mirando distraídamente el fuego, el la miró y la tomó notando que sus párpados se volvían más pesados ​​con cada momento que pasaba.

-¿Te tienes que ir? -Preguntó en voz baja, Elizabeth suspiró asintiendo.

-Debo hacerlo, es la única manera de mantenerlos a todos a salvo. -Recordó Elizabeth arrepentida, Papa se burló.

-Siempre usas esa excusa. -Murmuró, sacudiendo la cabeza.

-¿Qué? -Preguntó Elizabeth, sorprendida por su acusación.

-¿Por qué no crees que estás a salvo aquí?. -Papa replicó, encontrándose con los ojos de Elizabeth se incorporó de su posición de descanso, el libro que había estado leyendo en voz alta cayó al suelo.

-No es que no crea que estoy a salvo, sé que cada día que estoy aquí, estoy poniendo el valle en peligro. -Eplicó con tristeza.

-Tenemos protección, El Aleksi nos ha mantenido a salvo todos estos años, estos cazadores de brujas no son los primeros en llegar y no serán los últimos. -Papa dijo, moviendose.

-No lo haré, no me arriesgaré y no los arriesgare. -Elizabeth reafirmó.

Papá entrecerró los ojos.

-¿Por qué no confías en mí? -Preguntó, enojado.

-Yo-yo quiero. -Elizabeth tartamudeó, su cara cada vez más roja.

Papa rió sombríamente.

-No confias en mi Eli, simplemente no lo haces y puedo sentirlo ¿Qué puedo hacer para que confíes en mí?. -Apostó, juntando las manos y observándola.

-Puedes confiar en mí primero. -Dijo Elizabeth de de golpe en voz baja, las palabras solo brotaban de su boca antes de que pudiera detenerlas.

Papá se puso tenso al saber exactamente a qué se refería, recordó la noche en que ella le había suplicado y también la forma en que se había ido inmediatamente cuando él se negó, sacudió la cabeza.

-No puedo hacer eso. -Fue el turno de Elizabeth de burlarse.

-Tampoco pudiste dejar el valle, pero me salvaste. -Dijo intencionadamente, Papa permaneció en silencio por un momento, Elizabeth se deslizó de la silla, llegando a su rodilla y arrodillándose.

-Por favor, muéstrame, deseo saber quién eres. -Ella pidió.

-Ya sabes quién soy, Eli. -Le confió, tomando su barbilla en su mano enguantada, ella solo sacudió su cabeza.

-Quiero saber todo sobre ti, no siempre fuiste asi..-Dijo Elizabeth, señalando su maquillaje y su traje.

-Tobias, por favor. -Rogó Elizabeth, su corazón saltó ante el sonido de su suave voz bailando sobre su nombre.

-Me iré pronto, por favor confía en mí con esto. -Elizabeth suplicó, colocando sus manos sobre su rodilla, Ella lo observó mientras él volvía a mirar el fuego, reflexionó sobre las palabras en su cabeza, odiando lo reales que sonaban en el dolor de su voz, pronto la perdería, ella solo desaparecería como un fantasma y él se quedaría para recoger los pedazos, volvería a caer en el agujero de pesadilla del que ella lo había rescatado, se odiaba a sí mismo porque cada sentimiento que sentía entraba en conflicto con la vida para la que había sido elegido, se odiaba a sí mismo porque no quería nada más que mostrarle quién era en realidad, suspirando tomó su decisión.

Ardiendo en el deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora