-Me iré pronto. -Comentó Elizabeth perezosamente desde su silla.
Papa había estado inusualmente callado esa noche, lo que llevó a Elizabeth a cambiar la conversación a una que normalmente evitaba, ella había considerado preguntar sobre el rumor que acababa de escuchar horas antes, pero lo rehuyó por temor a que él no hablara en absoluto, Papa estaba apoyado en su puño, mirando distraídamente el fuego, el la miró y la tomó notando que sus párpados se volvían más pesados con cada momento que pasaba.
-¿Te tienes que ir? -Preguntó en voz baja, Elizabeth suspiró asintiendo.
-Debo hacerlo, es la única manera de mantenerlos a todos a salvo. -Recordó Elizabeth arrepentida, Papa se burló.
-Siempre usas esa excusa. -Murmuró, sacudiendo la cabeza.
-¿Qué? -Preguntó Elizabeth, sorprendida por su acusación.
-¿Por qué no crees que estás a salvo aquí?. -Papa replicó, encontrándose con los ojos de Elizabeth se incorporó de su posición de descanso, el libro que había estado leyendo en voz alta cayó al suelo.
-No es que no crea que estoy a salvo, sé que cada día que estoy aquí, estoy poniendo el valle en peligro. -Eplicó con tristeza.
-Tenemos protección, El Aleksi nos ha mantenido a salvo todos estos años, estos cazadores de brujas no son los primeros en llegar y no serán los últimos. -Papa dijo, moviendose.
-No lo haré, no me arriesgaré y no los arriesgare. -Elizabeth reafirmó.
Papá entrecerró los ojos.
-¿Por qué no confías en mí? -Preguntó, enojado.
-Yo-yo quiero. -Elizabeth tartamudeó, su cara cada vez más roja.
Papa rió sombríamente.
-No confias en mi Eli, simplemente no lo haces y puedo sentirlo ¿Qué puedo hacer para que confíes en mí?. -Apostó, juntando las manos y observándola.
-Puedes confiar en mí primero. -Dijo Elizabeth de de golpe en voz baja, las palabras solo brotaban de su boca antes de que pudiera detenerlas.
Papá se puso tenso al saber exactamente a qué se refería, recordó la noche en que ella le había suplicado y también la forma en que se había ido inmediatamente cuando él se negó, sacudió la cabeza.
-No puedo hacer eso. -Fue el turno de Elizabeth de burlarse.
-Tampoco pudiste dejar el valle, pero me salvaste. -Dijo intencionadamente, Papa permaneció en silencio por un momento, Elizabeth se deslizó de la silla, llegando a su rodilla y arrodillándose.
-Por favor, muéstrame, deseo saber quién eres. -Ella pidió.
-Ya sabes quién soy, Eli. -Le confió, tomando su barbilla en su mano enguantada, ella solo sacudió su cabeza.
-Quiero saber todo sobre ti, no siempre fuiste asi..-Dijo Elizabeth, señalando su maquillaje y su traje.
-Tobias, por favor. -Rogó Elizabeth, su corazón saltó ante el sonido de su suave voz bailando sobre su nombre.
-Me iré pronto, por favor confía en mí con esto. -Elizabeth suplicó, colocando sus manos sobre su rodilla, Ella lo observó mientras él volvía a mirar el fuego, reflexionó sobre las palabras en su cabeza, odiando lo reales que sonaban en el dolor de su voz, pronto la perdería, ella solo desaparecería como un fantasma y él se quedaría para recoger los pedazos, volvería a caer en el agujero de pesadilla del que ella lo había rescatado, se odiaba a sí mismo porque cada sentimiento que sentía entraba en conflicto con la vida para la que había sido elegido, se odiaba a sí mismo porque no quería nada más que mostrarle quién era en realidad, suspirando tomó su decisión.
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Ardiendo en el deseo.
RandomLa hermana y el sobrino de Elizabeth son quemados por brujería, ahora Elizabeth es la siguiente. Solo hay un problema, Agatha era inocente, pero Elizabeth no lo es. Ahora, la única forma en que puede sobrevivir es correr. Huir de todo y hacia el v...