Capitulo 23

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Respira, sólo respira.

El corazón de Elizabeth latía con fuerza y sus oídos sonaban mientras luchaba por mantener una respiración lenta y constante, ella ya había tomado parte en el primer plato, un plato simple que le permitía comer sin manchar el velo, apresar que que lo usara una vez, ella quería que estuviese impecable, sin embargo ahora que Ivy colocó un delicioso estofado de venado ante ella.

-Padre Sanson, usted mencionó que era un viajero, ¿Es por trabajo o por placer? -Papa preguntó, con una curiosidad en su voz, mientras las manos enguantadas tocaban las manos de Elizabeth.
A ella se le encogía el estómago, el padre Sanson tomó un sorbo de su vino y habló.

-Soy un hombre de hábito, yo viajo para difundir la buena palabra de nuestro Señor y Salvador. -El padre Sanson informó mientras Joseph lo miraba, Elizabeth observó cómo Papa se acomodaba en su asiento.

-Hm, qué interesante. ¿Crees que ese trabajo te conviene? -Papa dijo, mirándolo, Elizabetj internamentele rogó que se callara.

-Mucho más de lo que cree, recientemente ha planteado un gran enigma para nosotros. -Añadió el padre Sanson, disfrutando mucho de su comida, Elizabeth rezó para que Papa no se diera cuenta de que no había comido.

Respira, dentro y fuera Elizabeth recordó mientras las cejas de Papa se fruncían.

-¿Cómo es eso? -Elizabeth le dio una patada suave a su bota que Papa no notó o quiso evitar, el padre Sanson se aclaró la garganta.

-Se ha convertido en el trabajo de mi vida para ayudar a erradicar el criterio de los pecadores que campan a sus anchas en esta tierra, y recientemente, me he encargado de combatir el trabajo de las brujas. -Dijo el Padre Sanson en un tono práctico, los ojos de papá se abrieron un poco cuando Elizabeth sintió una repentina oleada de náuseas.

-¿Brujas? ¿Crees que existen tales criaturas? -Preguntó Papa incredulo. Elizabeth se preguntó a qué estaba jugando, seguramente Papa sabía que había muchos en el Valle, pero más directamente, su esposa era lo que uno diría o lo que se consideraria una bruja.

-Ciertamente sí, de hecho, creo que puede haber uno entre nosotros en este momento. -Dijo el padre Sanson mientras el vaso de Sister Imperator resonaba contra la mesa, el aliento de Elizabeth quedó atrapado en su garganta.

-¿Es eso así? -Papa arremetió.

-Si, hace unas semanas, vimos un pueblo entero arrasado por cierta bruja, ella se fue al bosque y escapó como un fantasma en la noche, sin embargo, hemos rastreado cada movimiento y tenemos razones para creer que ella puede estar dentro de los confines de tu santuario. -Dijo el padre Sanson cuando los ojos de Joseph se posaron en Elizabeth, y se preguntó si él padre había sabido quién era ella todo el tiempo.

-Le aseguro, padre Sanson, que no hay ninguna bruja aquí. -Dijo Papa claramente, señalando la habitación con las manos.

-Entonces, ¿No protestarías por una búsqueda exhaustiva? -El padre Sanson respondió acaloradamente.

-Ciertamente no, siempre y cuando no interfiera con los deberes de mis súbditos. ¿Qué estás buscando en esta bruja que describiste? -Papa preguntó mientras Elizabeth se agarraba a la silla alta para apoyarse.

-Pelo obscuro, presumiblemente ojos oscuros, y piel pálida. -El padre Sanson se apagó por un momento y miró a Joseph.

-Su nombre es Elizabeth Bathory, que es responsable de al menos 20 muertes en nuestro pueblo. -Era como si el aire hubiera sido succionado de la habitación y por un momento todos se quedaron sentados, temerosos de perturbar la apretada atmósfera.

-Caballero, es más que bienvenido a buscar en mi valle, pero le aseguro que aquí no encontrará a nadie que lleve ese nombre. -Aseguró papá.

Fue entonces cuando Elizabeth comenzó a recordar cuándo los cazadores habían entrado por primera vez en su aldea, ella recordó la histeria y la violencia que siguió a su llegada, las mujeres que sufrieron a manos de viciosas mentiras y acusaciones.

Ardiendo en el deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora