La decisión.

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"Elizabeth escúchame, nunca bajo ninguna circunstancia, debes entrar al bosque".

La voz de su madre sonaba clara en su mente mientras el pecho de Elizabeth subía y bajaba con cada respiración acelerada.

El borde del bosque se iluminó con un suave resplandor mientras el pueblo detrás de ella ardía, Elizabeth luchó por controlar su respiración mientras empujaba su cuerpo contra el granero que la ocultaba.

La lógica le dijo que corriera.

Pronto los aldeanos despertarían, y el caos sonaría y ella sería la primera a la que recurrirían para recibir un castigo.
Su corazón sin embargo, latía algo diferente, y el bosque que se alzaba ante ella contenía secretos y criaturas que le habían robado a su padre hacía tantos años, ¿Sería ella la siguiente?.

Ninguna de las opciones prometía la seguridad de Elizabeth, ni cordura a medida que crecían las llamas, estando en el cielo oscurecido, Elizabeth supo que debía tomar una decisión.

Los gritos finalmente estallaron y Elizabeth saltó, obligándose a concentrarse en el tema en cuestión, ¿El bosque o la carretera? Elizabeth se preguntó a sí misma.

¿Encontró otra forma de escapar? ¿O se aventuró en el bosque, sin duda su madre entendería su desobediencia, donde quiera que estuviera ahora.

"¡Agua agua!" ordenó una voz rígida. El humo comenzó a nublar el granero y a Elizabeth, envolviéndola y enmascarando su escape, y si finalmente se dió cuenta que elegía el bosque.

Dio un paso adelante, el viento del que había estado protegida le agitó la falda alrededor de las piernas.

-"Lo más aterrador en este bosque soy yo". -Elizabeth dijo con fuerza, las puntas de sus botas apenas rozaban la maleza.

Mientras más gritos subían al cielo de la tarde, Elizabeth supo que sus opciones eran escasas, con la última decisión en el aire entre se preguntó a sí misma.

¿Encuentró otra forma de escapar? ¿O me aventuró en el bosque, sin duda su madre entendería su desobediencia, donde quiera que estuviera ahora, se repitió nuevamente.

Con la última decisión suspendida en el aire entre ella y los árboles, comenzó a correr.

Ardiendo en el deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora