Dentro de su habitación, Elizabeth esperó pacientemente, hacía tiempo que se había quitado su elaborado vestido, Ivy la había ayudado a desvestirse, pero Elizabeth decidió quedarse con el corsé.
Tendría que irse mañana, no solo no quería perder el tiempo por la mañana, sino que también sentía que si no se mantenía, tendría que mantenerse físicamente unida, sobre su corsé había una bata transparente que había sacado del antiguo armario.
Nunca había tenido que dejar a alguien, todos siempre la habían dejado, desde que su padre desapareció en el bosque, hasta que su madre lo siguió pronto y Agatha murió recordó triste, nunca se le había dado la oportunidad de irse, sin embargo, ahí estaba ella convenciéndose de que cualquier cosa que él tuviera que decirle, ella lo ignoraría.
Su corazón quería que se quedara, pero su cabeza le recordaba los peligros que se avecinaban, Elizabeth salió de sus pensamientos cuando sonó un golpe en la puerta, "Adelante" llamó.
Ahí estaba Papa, y su mente retrocedió a la primera noche que él se había sentado con ella, apareció ahora con su traje informal habitual, ella se giró para mirarlo desde su lugar en el tocador.
-Te veías hermosa esta noche. -Comenzó bruscamente, cerrando la puerta y acercándose.
-Gracias, fue una celebración maravillose. -Remarcó Elizabeth, poniéndose de pie. -¿Nos sentamos? -Preguntó Elizabeth mientras los ojos de Papa bailaban sobre su cuerpo, su rostro se sintió caliente cuando el hundió las manos en los bolsillos.
-En realidad, quería mostrarte algo. -Respondió mientras Elizabeth lo observaba, se acercó a la pared del fondo junto a la chimenea, Elizabeth vio que presionaba la pared y esta se abría con un crujido.
Hizo un gesto con la mano y ella se acercó asombrada pero cautelosa.
Dentro había una pequeña habitación y otra puerta, Papa la abrió y la luz de la luna lo inundó.
-Ven, no te asustes pequeña. -Añadió cuando Elizabeth le dirigió una mirada preocupada, extendió su mano y ella la tomó, notando el cambio de temperatura mientras la conducía a través de la puerta.
Afuera, en un pequeño balcón, aparecieron tanto Elizabeth como Papa, y ellos podían ver toda la extensión del Valle desde la media luna, Elizabeth tiró de su bata más cerca de su cuerpo cuando un viento frío azotó a su lado, en la distancia pudo ver pequeñas luces flotantes justo en el borde del bosque, debajo de ella, en los escalones de la entrada, Dos Ghouls se aventuraron a salir, con velas gigantes en mano.
-¿Que son esos? -Preguntó Elizabeth, señalando las luces en la distancia. Papa señaló con su dedo índice para ver sus órdenes en acción.
-Esas son nuestras patrullas, decidí traer más dado que estabas tan preocupado de que te siguieran hasta aquí. -Papa explicó mientras Elizabeth volvía a llevarse la mano al pecho, ella lo miró.
-No tenías que hacer eso. -Comenzó suavemente.-Oh, pero lo hice por qué quiero que te sientas segura aquí. -Papa respondió rápidamente cuando Elizabeth negó con la cabeza.
-No es tan simple, Tobias. -Dijo, apoyándose en la barandilla, sus brazos se veían tan pálidos contra la tela negra, Elizabeth miró hacia el paseo marítimo, las cálidas luces del salón de baile proyectaban largas sombras en el suelo.
-Yo, tengo que irme. -Comenzó Elizabeth, armándose de valor.
-¿Y qué? ¿A dónde irás entonces? ¿Seguirás corriendo hasta que no puedas más?. -Dijo Papa enojado, Elizabeth se apartó de él, frunciendo el ceño, sabía que él tenía razón, pero ¿qué opción tenía?.
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Ardiendo en el deseo.
RandomLa hermana y el sobrino de Elizabeth son quemados por brujería, ahora Elizabeth es la siguiente. Solo hay un problema, Agatha era inocente, pero Elizabeth no lo es. Ahora, la única forma en que puede sobrevivir es correr. Huir de todo y hacia el v...