-¡Madre! ¡Padre! -Elizabeth gritó, corriendo hacia adelante. -Les he extrañado mucho, Ojalá pudieran ver como he vivido hasta ahora.
-Lo hemos visto hija, y estamos orgullosos.-Dijo su mamá sonriendo.
-Ahora tienes un esposo y ahora un hijo y te convertiste en una sacerdotisa, pero ahora eres libre y nostros también, ven con nosotros por fin descansaremos ahora que se hizo justicia. -Dijo suavemente.-¿Elizabeth? -Papa gritó, desmontando a Pilot y corriendo por los escalones de piedra de la iglesia, empujó las puertas y sus golpes resonaron por todo el santuario vacío, en la parte delantera derecha del santuario, Helena estaba de pie con la puerta abierta.
-¡Papa! ¡Ella está aquí! -Helena lo llamó con seriedad, Papa saltó por el pasillo y a su lado, donde ella se presionó contra la pared, Helena mantuvo su puesto, asegurándose de que no se produjera ninguna entrada no autorizada.
Papa bajó la escalera oscura y atravesó la prisión de piedra, siguió saltando por el pasillo hasta que llegó a la sala de la tumba, todas las chicas saltaron y compartieron un grito ahogado colectivo cuando apareció.
-Papa. -Hermana Amelia respiró, el bebé en sus brazos arrullandolo.
-¿Dónde está Elizabeth? -Preguntó rápidamente, su cabello caía sobre sus ojos.
-Papa, ha pasado algo.
-¿¡Dónde diablos está ella!? -Papa retumbó, su voz resonando contra las paredes de piedra, la hermana Amelia se hizo a un lado para revelar el cuerpo sin vida de Elizabeth.
La conmoción recorrió a Papa cuando su cuerpo se puso tenso.
-¿Elizabeth? -Susurró, con el pecho adolorido.
-Papa, por favor. -La hermana Amelia se sobresaltó, acercándose a él con Cirice en brazos.
-¡Aleja esa cosa de mí! -Papa dijo enojado pasándose una mano por el pelo.
-Pero, Papa.
-¡SAL! -Gritó cuando los gritos angustiados de Cirice llenaron la habitación, la hermana Amelia hizo un gesto a las niñas para que se fueran y entregó a Cirice a Beth, se acercó a la puerta y esperó
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-Lo siento madre, padre y Agatha, por supuesto tambien tu Henry pero yo quiero regresar, ellos me han tratado de lo mejor después de sufrir tanto tiempo tengo una nueva vida y como dices ahora tengo un esposo y un hijo que cuidar, y un valle que gobernar yo quiero seguir ahi.-Como lo veo esta bien es tu derecho, te extrañaremos y algún dia nos volveremos a ver todos juntos. -Dijo Agatha sonriendo mientras todos la abrazaban para luego irse hacía una luz muy brillante.
Elizabeth por su lado camino hacía una puerta obscura, la abrió y camino por ahi.
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Papa se acercó a Elizabeth lentamente, acercando sus labios en los de ella, Papa cayó de rodillas a su lado, las lágrimas corrían por sus mejillas.
-¿Elizabeth? -Susurró, su voz.
-¿¡Elizabeth!? -Gimió, su voz resonando en las paredes de piedra, los sollozos rastrillaron su cuerpo mientras caía sobre ella. -No no no. -Dijo suavemente, levantándose y acariciando su rostro. -Eli, por favor, vuelve a mí. ¡Vuelve! -Te deseó. -La tomaba entre sus brazos. -¡Regresa! ¡Te lo ordeno! -Gritó con fuerza. -Por favor, no me dejes. -Terminó en un gemido mientras inhalaba el dulce y familiar aroma de su cabello, y le depositó otro beso en sus labios fríos, Elizabeth termino despertando, Papa no se dio cuenta al momento, el seguia abrazandola mientras sollozaba.-Tobías.... -Dijo Elizabeth, susurrando.
-Elizabeth, ¡Estas viva!. -Dijo Papa sonriendo mientras nuevamente la abrazaba, el la solto un momento y salió a avisarles a las mujeres que estaban afuera, todas entraron aun con lagrimas en los ojos, Beth se acerco a ella para colocarle al bebé a un lado, al instante el bebé dejo de llorar.
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Ardiendo en el deseo.
LosoweLa hermana y el sobrino de Elizabeth son quemados por brujería, ahora Elizabeth es la siguiente. Solo hay un problema, Agatha era inocente, pero Elizabeth no lo es. Ahora, la única forma en que puede sobrevivir es correr. Huir de todo y hacia el v...