-¿Qué vamos a hacer con el cardenal? -Preguntó Elizabeth mientras se acercaban al valle.
La tarde de verano caía sobre ellos y su único respiro era una brisa ocasional, Helena los siguió en su caballo, mientras Papa y Elizabeth cabalgaban sobre el lomo de Pilot.
-Todavía no estoy seguro, aunque se arrepentido y ayudo, eso no quita lo que trato de hacer y no sé el alcance de sus caminos, sin embargo tu seguridad es mi prioridad ahora. -Papa aseguró, acercándola Elizabeth asintió.
-Dicho esto, te dejaré en la iglesia. Ivy nos estará esperando, y la seguirás a través de los túneles de regreso al descanso de los inmortales, Papa explicó en voz baja, Elizabeth volvió a mirar a Helena.
-No te preocupes, la tendré allí también, solo necesito tiempo para hablar con él y exigir algunas respuestas, no descansaré hasta que tú y nuestro hijo estén a salvo. -Prometió, besando su frente.
Los árboles comenzaron a escasear y pronto las luces de él descanso de los inmortales arrojaron un pequeño resplandor sobre el bosque, continuaron lentamente por el campo, que separaba la iglesia y su cementerio.
El descanso de los inmortales, estaba inquietantemente silencioso mientras Papa desmontaba su caballo y se acercaba a la estatua de su hermano mayor.
Tocó la base 4 veces y apareció un botón, presionándolo con una mano enguantada, el frente se deslizó hacia abajo, revelando escaleras que descendían a la Tierra.
-Debo irme mi amor. -Dijo, ayudando a Elizabeth a bajar suavemente del caballo, el le dio un beso apasionado mientras Helena se desmontaba de su caballo y Elizabeth ignoraba el sentimiento agridulce que se encendió dentro de ella, y tomó la mano de Elizabeth y desaparecieron en la oscuridad.
Papa suspiró profundamente y presionó el botón hacia abajo, la puerta crujio de regreso a su posición.
Abajo en la tumba, Helena hurgaba con la cartera que colgaba de su cadera, Elizabeth fue a encenderse la mano.
-Por favor, guarda tus fuerzas. -Helena insistió con preocupación.
-¿Dónde está ese maldito copia? -Dijo , sonó una huelga y la habitación se alumbró por el fuego, permanecieron en silencio, escuchando cualquier señal de vida.
-Aquí, sígueme. -Instruyó Helena, tomando la mano de Elizabeth y llevándola más adentro de la Tierra, pasó un momento y luego llegaron a una puerta, Helena alcanzó la perilla y cuando no giró, la empujó con fuerza.
La puerta se abrió y reveló la habitación en la que Elizabeth había descubierto por primera vez hacía tanto tiempo, el niño que llevaba dentro pateo, cuando la puerta se abrió, un grito de sorpresa llenó sus oídos, Ivy se puso de pie agarrándose el pecho.
-Por los dioses, ¿¡Estás tratando de matarme!? -Dijo Ivy, escandalizada sus ojos se encontraron con los de Helena
-¿Que demonios estas haciendo aquí? -Preguntó, con un acento pesado en sus palabras venenosas, Elizabeth salió de detrás de ella y cualquier odio se fue y los ojos de Ivy se abrieron con sorpresa.
-¿¡Elizabeth!? -Gritó, corriendo hacia ella, Ivy se estrelló contra Elizabeth, ignorando por completo su estómago y cerrando sus brazos alrededor de ella, Elizabeth percibió su familiar olor a leña y sonrió.
-Te he extrañado también. -Elizabeth aseguró, apretando su brazo suavemente, Ivy la soltó y fue a por la vela
-Ven, vamos a llevarte de regreso al descanso de los inmigrantes.
Los túneles eran oyos conectados que se extendían por todo el valle, diferentes pasillos se veían desde el principal, sus destinos tragados por la oscuridad, se movieron rápidamente, Helena tomó la mano de Elizabeth para ayudarla a seguir el ritmo.
-¿Cuál es el propósito de esto? -Preguntó Elizabeth, señalando el techo en forma de bóveda sobre ella que estaba pavimentado con piedras. Sus pasos resonaron en dúo.
-Estos se construyeron cuando el padre Nihil era solo un niño, y su padre fundó el valle y quería una forma de que la Élite viajara, o escapara, sin ser detectados, durante un tiempo, este fue el valle. -Ivy explicó, señalando a su alrededor.
-¿Estaban bajo tierra? -Preguntó Helena, con incertidumbre en su voz. Ívy asintió.
-Pues sí, todas las revoluciones comienzan bajo tierra, eso fue cuando la caza de brujas era una epidemia, y a medida que los colonos se dispersaban, solo quedaban los pocos que no eran aceptados, así que comenzaron su propia colonia. -Elizabeth escuchó atentamente el relato de Ivy, con preguntas ardientes.
Comenzaron a reducir la velocidad cuando llegaron a una escalera de piedra a su derecha, más adelante el túnel se extendía hacia la oscuridad.
Ivy buscó a tientas las llaves en su cadera y comenzó a subir las escaleras.
-Lo hicimos. -Dijo, más para sí misma que para ellas, las cejas de Elizabeth se fruncieron.
-Espera, si esto es el descanso de los inmortales, ¿a dónde va eso? -Preguntó ella, su dedo índice extendido hacia la oscuridad.
Ivy la miró mientras subía las escaleras y se acercaba a una puerta de madera.
-No sé, nunca he tenido que ir de esa manera. -Elizabeth miró hacia la oscuridad, curiosa por saber a dónde conducía el túnel, antes de que pudiera actuar por impulso, la empujaron hacia adelante y hacia arriba.
Entraron en una habitación grande y cálida, la cocina de el descanso de los inmortales, era tan grandiosa como Elizabeth siempre había imaginado, aunque era rústico, una gran chimenea tenía una olla, el olor flotaba por la habitación, los mostradores se alineaban a los lados y una larga mesa se extendía a lo largo de la habitación.
Los ojos de Elizabeth flotaron hacia las personas allí, incapaz de controlar la sonrisa cuando sus ojos se encontraron con los de Beth.
-¡Elizabeth! -Gritó Beth, tropezando hacia atrás del banco y corriendo hacia ella, ella fue a agarrarla por la espalda pero se detuvo en seco para contemplar su cuerpo.
-¿¡Esto cuando pasó!? -Ella exigió, colocando suavemente su mano sobre el vientre de Elizabeth.
-¡Oh, definitivamente es un niño! -Beth lloró cuando Adara y Lucí se unieron a ella, Evelyn se sentó junto a la chimenea, con la mirada baja.
-¡Estamos tan contentas de que estés viva! -Lucí chilló emocionada.
-Has regresado, y ahora el valle está completo nuevamente. -Beth suspiró, pero se erizó.
-¿Cómo regresaste aquí? -Dijo ella, mirando a Helena.
-Beth, está bien ella ya ha cambiado, me ha ayudado a superar todo este calvario. -Elizabeth explicó, su mano en el hombro de Beth.
De repente, Elizabeth sintió que una ola de dolor la invadía y se estremeció, inclinándose hacia Beth, cuyo rostro inmediatamente se tensó con preocupación.
-¿Qué ocurre? -Preguntó Beth, ayudandola a sentarse en el catre, el dolor comenzó a disminuir cuando Elizabeth suspiró.
-Estoy bien, simplemente exageré, supongo. -Las chicas la observaron ansiosamente mientras Elizabeth se enderezaba.
-No he probado el buen estofado que preparas en mucho tiempo, tráeme un tazón, por favor.
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Ardiendo en el deseo.
RastgeleLa hermana y el sobrino de Elizabeth son quemados por brujería, ahora Elizabeth es la siguiente. Solo hay un problema, Agatha era inocente, pero Elizabeth no lo es. Ahora, la única forma en que puede sobrevivir es correr. Huir de todo y hacia el v...