Capítulo 5

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-¿Todos han sido contabilizados? -El padre Sanson preguntó a la mesa que tenía delante, los ancianos de la aldea ocupaban una de las pocas estructuras que no consumió en el fuego, el aire estaba con niebla y todavía apestaba a humo pútrido.

-¿Todos han sido contabilizados? -El padre Sanson preguntó a la mesa que tenía delante, los ancianos de la aldea ocupaban una de las pocas estructuras que no consumió en el fuego, el aire estaba con niebla y todavía apestaba a humo pútrido

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Todos menos nuestros difuntos: Linus, Jacqueline, Henrietta y Jonathan, falta uno...Elizabeth, un joven informó, con sus manos aún manchadas por la ceniza.

-Gracias Joseph. -El padre Sanson asintió al reconocerlo y miró alrededor de la habitación.

-Su aldea ha sufrido una gran pérdida y aun faltan miembros, se queman casas pero esto es un verdadero testimonio de que la iglesia ha permanecido intacta. -Sanson dijo, poniendo su mano en la columna de a aún lado.

-Sin embargo, no debemos perder de vista la verdadera evidencia aquí, esta es obra del diablo y se infiltró en este lugar, actuó como uno entre ustedes y esperó el momento adecuado como lo hizo la serpiente con Eva. -Los ancianos, asintieron y murmuraron en acuerdo, Joseph permaneció en silencio.

-Ese nombre que mencionaste, Elizabeth. -Empezó el padre Sanson, mirando a Joseph, sus ojos oscuros se clavaron en Joseph mientras hablaba.

-Elizabeth Bathory, aún no lo he confirmado, pero parece que el incendio pudo haber comenzado en su casa -Joseph informó rígidamente.

-Ella es la hermana de la bruja. -Intervino el líder Mateo con ímpetu.
-Nunca me gustó esa familia, siempre fueron tan extraños. -Añadio burlándose.

-Ahí lo tienes, debe ser encontrada e interrogada inmediatamente , los ancianos asintieron vigorosamente en acuerdo.

-¿Y si ella no está en los alrededores? -Preguntó Joseph.

-Entonces la cazaremos, la oscuridad nunca puede escapar de la luz, y todas las brujas responderán ante nuestro Señor.

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Agatha sonrió colocando la corona de flores silvestres suavemente sobre la cabeza de Elizabeth

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Agatha sonrió colocando la corona de flores silvestres suavemente sobre la cabeza de Elizabeth.

-¡Ahora ambas seremos princesas! -Declaró Agatha, levantando a su hermana y comenzaron un baile sencillo, riéndose bajo el cálido sol primaveral.

Ardiendo en el deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora