Elizabeth había estado mirando el techo sobre su cama durante la última hora, Su mano descansó suavemente sobre su estómago, su mente se aceleraba mientras recordaba los eventos de su día, el reloj de su repisa dio las dos de la mañana, Elizabeth se dio la vuelta, dejando escapar un suspiro de exasperación mientras luchaba por tener sueño, quería dormir con Papa pero el estaba muy ocupado entre las cosas de la iglesia y el valle.
Cerró los ojos, fingiendo dormir con la esperanza de que llegara, sus ojos se abrieron cuando un golpe suave sonó en su ventana, un rayo de pánico la atravesó mientras se sentaba a escuchar de nuevo.
(Sonido de golpes en la puerta)
Ella saltó, agarrando el candelabro y bajando sus cobijas, se acercó a la ventana, el miedo estaba haciendo que su estómago se retorciera, más allá de la pesada cortina, la luna llena brillaba sobre el valle.
(El mismo sonido)
Venía de la otra ventana, Elizabeth se acercó arrastrando los pies y dejó escapar un grito cuando sus ojos se encontraron con otros dos en el otro lado, la ventana se abrió al otro lado y la figura saltó a su habitación, su mano volaba sobre su boca.
-Elizabeth soy yo. -Casi había dejado caer el candelabro, que ahora agarraba como un arma, contra la voz demasiado familiar, ella se movió violentamente contra él, las velas casi encendieron las pesadas cortinas.
-Te voy a soltar, pero por favor no grites. -La voz suplicó mientras Elizabeth asentía, la mano la soltó y dio un paso atrás, soltando el candelabro.
-¿Cómo me encontraste? -Ella disparó, dando otro paso tentativo hacia atrás.
A la luz de las velas, los ojos de Joseph brillaron, no lo había visto desde que Agatha había muerto, se veía mayor ahora, con las manos y el rostro manchados por el viaje, se quitó la bufanda y el sombrero, revelando su salvaje cabello oscuro, sus ojos estaban hundidos, sus ojos inyectados en sangre la alertaron de su estado actual.
-Tomó algo de tiempo. -Comenzó, señalando el fuego en la chimenea. -Elizabeth asintió, se acercó ella siguió, cautelosa de cada uno de sus movimientos, observó mientras se aclaraba la garganta y se acercó al fuego.
-¿Y qué estás haciendo aquí? -Preguntó, forzando su voz a sonar mucho más autoritaria de lo que era, Joseph apretó los labios, mirando el fuego.
-He venido a advertirte. -Dijo lentamente, levantando las palmas de las manos como si estuviera calmando el fuego.
-¿Acerca de? -Elizabeth sintió como si ya lo supiera, pero quería escucharlo confirmarlo.
-Los Cazadores, te están buscando. -Dijo con dureza, Elizabeth negó con la cabeza.
-No me encontrarán. -Respondió ella rápidamente. Se burló.
-Lo hice yo y no pasará mucho tiempo antes de que ellos también lo hagan. -Joseph insistió , moviéndose hacia ella nuevamente, Elizabeth inmediatamente retrocedió mientras él se burlaba.
-¿Todavía no confías en mí? -Dijo con incredulidad, entrecerrando los ojos.
-Como te atreves a preguntar eso, si eres la razón por la que Agatha está muerta, ella confio en ti y ¡Tú la mataste a ella ya tu hijo!. -Dijo enojada, colocando el candelabro en la mesa auxiliar y cruzando los brazos para protegerse del frío.
-¿Crees que no lo sé? -Preguntó, frunciendo el ceño y levantando las manos con desesperación.
-Sé que lo haces, aunque no te importa un carajo, tomaste todo lo bueno que me quedaba. -Acusó Elizabeth, señalándolo.
-La extraño tanto como tú, desearía todos los días que hubieras sido tú en lugar de ella. -Joseph gritó, con un tono obscuro, Elizabeth solo se burló.
-Si ojalá hubiera sido yo. -Asintió ella, apoyándose en el respaldo de la silla Joseph suspiró y se pasó una mano por la cara.
-Mira Elizabeth, no vine aquí para discutir. -Dijo Joseph, mirando hacia el fuego.
-Bueno, considera que tu mensaje fue entregado. -Dijo Elizabeth, señalando la ventana, Joseph no se movió, y mantuvo sus ojos en ella.
Elizabeth movió los hombros y por primera vez se acercó a él, era hora de que él diera un paso atrás mientras ella lo miraba.
-Escúchame, Joseph Vagness, vas a caminar hacia esa ventana, bajaras y regresarás por donde viniste, y nunca a poner un pie en este Valle, y si lo haces, te mataré. -Elizabeth amenazó sombríamente, con los puños a los costados.
-¿Me matarás? -Joseph se burló, levantando las cejas, Elizabeth levantó el puño y convocó el fuego, su puño se encendió y Joseph saltó hacia atrás apoyándose en la pared.
-Largate ahora. -Elizabeth dijo con los dientes apretados cuando su puño se extinguió, Joseph se movió rápidamente hacia la ventana, mirándola mientras su mano descansaba en el cristal.
-Ahora realmente desearía que hubieras sido tú la que Murrieta. -Dijo mientras Elizabeth lo miraba, suspiró y agachó la cabeza.
-¡Vete ya! -Sacudió la cabeza y desapareció de la vista, una ola de confianza inundó a Elizabeth mientras corría hacia la ventana. Incluso en la brillante luz de la luna llena, ya no podía verlo.
Estaba orgullosa de sí misma, había defendido el Valle y su futuro, pero mientras se maravillaba de sus manos, no pudo evitar preguntarse si la advertencia de Joseph había sido cierta.
¿Estaban los Cazadores realmente todavía buscándola? Siempre había mantenido ese pensamiento en su mente, incluso cuando era más feliz aquí y sin embargo, la idea de que buscaran no era lo que asustaba a Elizabeth.
Lo que más la asustaba era lo que harían si la encontraban y lo más importante, lo que le harían al Valle.
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Ardiendo en el deseo.
RandomLa hermana y el sobrino de Elizabeth son quemados por brujería, ahora Elizabeth es la siguiente. Solo hay un problema, Agatha era inocente, pero Elizabeth no lo es. Ahora, la única forma en que puede sobrevivir es correr. Huir de todo y hacia el v...