El Doncel Dolido V🕯

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Shinki tenía ya siete meses de embarazo, su vientre abultado le daba un encanto especial. Yodo lo atendía continuamente asegurandose que el bebe se encuentre bien.

Pero en ese séptimo mes descubrió algo especial. No era uno sino dos bebés. Shinki esperaba gemelos, ambos varones.

Shinki no lo podía creer, eso era demasiado para él y su humilde sueldo de abogado en la fisicalía donde trabajaba. Yodo le aconsejaba reír y sentirse feliz para ayudar a sus hermosos bebes.

El pelinegro intentaba seguir con su vida pero la sombra de Boruto no lo dejaba en paz. Incluso estaba en su mismo corazón. Esa noche, salía de la oficina del fiscal tras un arduo día laboral y solo anhelaba llegar a casa y descansar.

Pero un auto negro se detuvo justo detrás de él, la puerta se abrió y sin que Shinki se diese cuenta alguien salió del interior del auto, se dirigio hacia el pelinegro y lo sujetó con fuerza.

Shinki quiso gritar pero una mano le tapó la boca y fue arrastrado al interior del auto. Otro sujeto agarró su portafolio y lo llevó al auto donde se subieron todos para perderse en la noche momentos después.

En el interior de la limousina recién Boruto soltó a Shinki quien respiraba entrecortado sintiendose desesperado.

- Tranquilizate Shinki, soy yo
-¿Boruto? - el pelinegro no daba crédito a lo que veía - ¿Qué demonios quieres?

Boruto lo besó con intensidad pero Shinki se hizo soltar repitiendo la pregunta, sin embargo el rubio volvió a besarlo y en ésta ocasión Shinki le respondió con otro más carnal.

Amaba a ese rubio tanto que le dolía su gran terquedad. Pero se obligó a sí mismo a alejarse de esa belleza rubia. Después de todo había escapado de él por hacer de su vida un infierno.

- Dejame Boruto
- Tu vientre está muy abultado ya, es hermoso.
- Son dos
- ¿Dos?
- Son gemelos

- Mis bebes - Boruto besó su vientre sintiendo cómo los bebés se acercaban a él.

- Lamentablemente se alegran de tenerte aquí.
- Son míos, ellos saben que no les haría daño.
- ¿A dónde me llevas?
- A casa ¿a dónde más?

Shinki no quería volver, no sabiendo que esa belleza rubia seguía así de terco.

- Mi padre se ocupó de Sarada, ya no volverá a molestar nunca más.
- ¿En serio?

- Por supuesto - luego Boruto colocó un anillo de oro en el dedo anular derecho de Shinki - Casate conmigo Shinki.

El pelinegro miró aquello anonadado sin saber qué decir. Instintivamente le colocó el otro anillo de oro en el dedo anular derecho de Boruto.

-Te amo Shinki, y ésta vez voy a demostrartelo.
- ¿En serio? ¿Cómo? ¿Secuestrandome?

- No, amandote
- ¿Qué te hace pensar que te sigo amando Boruto?
- ¿Me amas Shinki?

Como respuesta Shinki empezó a llorar, el rubio lo abrazó con ternura intensa.

- Nunca dejé de amarte Boruto, nunca. Pero hiciste de mi vida un infierno.

- Lo sé y lo siento tanto mi amor.
- Soy muy sensible Boruto
- Viviré solo para amarte si me das una oportunidad.

Ambos llegaron a una sala de casamientos por civil. Allí estaban Sasuke, Naruto, Shikadai y Yodo quienes serían sus testigos de boda.

- Casate conmigo ahora, asistente del fiscal - dijo Boruto.
Shinki sonrió mientras asentía con la cabeza.

- Solo si cumples tu promesa de vivir solo para amarme.
- Es una promesa.
- Entonces acepto.

La boda se desarrolló en calma. Shinki seguía dolido con Shikadai, aunque éste y su amiga Yodo eran parejas desde hacía unos días. Shinki solo quería que ella fuese feliz.

Cuando estuvieron legalmente casados, Shinki y Boruto pudieron sentir paz al fin. Sasuke abrazó a Shinki y le dijo:

- Debes tenerle paciencia. Boruto es igual a su padre. Ambos son posesivos y celosos.
- Gracias Sasuke, tendré en cuenta tu consejo.

Shinki al fin regresó a casa sin miedo. Esa mansión dejaba de ser una prisión infernal para volver a ser su nido de amor.

Meses después los bebes nacieron. Ambos eran igualitos a Boruto. Shinki estaba bien pero miy dolorido por la cesaria. Pasó en el hospital un mes debido a que se le complicó la operción.

Cuando estuvo sano al completo, salía de ese sitio que estaba enloqueciendolo. Amaba su familia, amaba ocuparse de sus bebés pero amaba también su trabajo.

Ahora era Shinki Uzumaki, miembro de la aristocracia, por lo tanto había sido asendido. Boruto era el nuevo fiscal y Shinki su asistente. Shikadai fue nombrado juez luego de casarse con Yodo.

Todo empezaba a ocupar el lugar que le correspondía. Naruto y Sasuke eran unos abuelos babosamente sexys e Itachi un tío espactacular que disfrutaba de sus sobrinos gemelos. Una familia feliz.

Boruto y Shinki se fueron de luna de miel tres meses después del nacimiento de los bebés. Naruto, Sasuke e Itachi se ocuparían de los bebés más que felices.

Boruto deseaba tener a Shinki solo para él y para nadie más. La luna de miel sería el mejor de los momentos. Dos intensos meses juntos sin nadie que los interrumpas.

FIN

Boruto Y Shinki ~ BoruShin ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora