Boruto Y Shinki ~ BoruShin ~

Junto A Tí 💘

Esa tarde Boruto había ido al club de tenis donde tenía un partido que jugar junto a su querido amigo Mitsuki.

Ambos se divirtieron en grande dando todo de sí mismos en el partido sin importarles los espectadores ni nadie más que ellos mismos.

El ganador fue Boruto pero por poco ya que Mitsuki era un tenista brillante. Tras acabar ambos amigos se acercaron y se saludaron. Los vitores de las chicas se hicieron sentir por todo el club.

Pero ambos chicos las ignoraron a todas, debido a que detestaban a las regaladas como las que iban al club. Además a Boruto no le gustaban las chicas y Mitsuki tenía novia ya.

Fueron a las duchas. Cuando salieron se despidieron ya que Sarada esperaba a su amado Mitsuki.

Ambos se fueron juntos, pero Boruto se quedó en el club a beber algo ya que no le apetecía volver a casa. No soportaba ver la tristeza de su papá doncel luego de la muerte de su padre Neji.

Hacía un año de su muerte pero su papá no lograba sobreponerse a ello. Y Boruto ya estaba harto de ser su soporte.

Suspiró profundo mientras bebía el jugo que había pedido con su mente impregnada en los felices momentos en los que pasó junto a sus padres. Era consciente de las multiples miradas femeninas de todas las edades, sintiendose molesto en verdad.

Pero el sonido de una botella de vidrio rompiendose al caer al suelo lo devolvió al presente. Un hombre golpeó a un joven doncel que parecía tener la misma edad que Boruto.

El joven doncel lloraba en silencio, era evidente el terror que sentía hacia ese hombre quien le gritaba como un monstruo.

— ¡Maldito anormal! ¡Tan inútil como siempre!
— Lo lamento...yo...
—¡Cállate!

El doncel cerró los ojos temblando de miedo. Su negra cabellera contrastaba con su blanca y pálida piel.

Boruto no soportó ver aquello y le pareció hipocritas todos los que allí se encontraban ya que no se movieron para ayudar a ese pobre doncel.

Cuando el hombre lo volvió a golpear, el rubio no soportó más y decidió intervenir. El hombre quiso golpear al pelinegro por tercera vez pero Boruto le sujetó la mano impidiendoselo.

Aquello cautivó la atención no solo de ambos, sino de todos los allí presente.

— Pero ¿qué demonios?
— Aléjate de él, maldito malnacido — tras decir aquello, el rubio lo arrojó al suelo despectivamente

—¿Qué demonios crees que haces entrometido niño bonito? — dijo el hombre que bien podría ser su padre.

— Alejese de este doncel
— Oh vaya — el hombre se colocò de pié sonriendo con crueldad intensa — Pero si es él quien me sigue a todas partes y no al revés. Shinki me pertenece al cien por ciento.

— ¿Shinki? ¿Así te llamas tú? — le preguntó Boruto a lo que el pelinegro asintió con la cabeza con intenso terror — Descuida, vendrás conmigo.

Pero el hombre lanzó intensas carcajadas como una hiena salvaje.
— Muy gracioso niño bonito, pero este doncel es mío. Vamonos de aquí Shinki. Ya me aburrí.

El pelinegro cerró sus ojos con intenso dolor pero al abrirlos se veían vacíos. Boruto se perdió en esos verdes ojos tan hermosos como su dueño y supo que no dejaría que ese asqueroso sujeto siga dañandolo.

El rubio lo sujetó de la muñeca derecha deteniendolo. Pero Shinki lo miró con terror.
— Shinki ya oiste mi órden — dijo el hombre.
— No vayas Shinki, ven conmigo. Te ayudaré.
— No puedo