Boruto Y Shinki ~ BoruShin ~

Prisión Mental I 🏛️

Había caído en la peor de las trampas y ahora no tenía escapatoria. El enemigo no tuvo piedad a la hora de encerrarlo en esa oscura prisión. Su objetivo era destruir al Kasekage de la aldea de la arena moralmente. Y qué mejor forma de lograrlo si no a través de su hijo Shinki.

Por eso se impuso capturarlo, le llevó tiempo y esfuerzo pero lo logró. Hasta el más poderoso shinobi tenía su punto débil. Y el de Shinki era su corazón, que se encontraba en las manos del hijo del Hokage de Konoha.

Cuando Shinki descubrió que el llamado de Boruto era falso, ya no tenía nada que hacer. Demasiado tarde para dar marcha atrás. Había caído en la trampa de aquel enemigo que se propuso destruir sus vidas. La tierra se abrió bajo sus pies y Shinki cayó irremediablemente a la oscuridad de aquel templo abandonado.

Utilizó su arena de hierro para hacer aparecer sus alas negras y de esa forma amortiguar la caída. Estaba en el subterráneo de las ruinas de un antigüo templo. La oscuridad reinaba por doquier.

Pero al instante unas antorchas se fueron encendiendo dando paso a la luz , recién Shinki pudo ver dónde se encontraba. Era una trampa ya que armas hechas de chakra oscuro lo apuntaban.

Las crueles carcajadas del enemigo resonaron en el lugar, al tiempo que el pelinegro sentía cómo todo su cuerpo era paralizado debido a una peculiar técnica que el mismo enemigo utilizó al dibujar el círculo en el suelo donde Shinki ahora se encontraba.

— Ya no tienes escapatoria Shinki, al fin me perteneces muchacho.
— ¡¿Qué es lo que quieres?! ¡¿Por qué me haces esto?!

— Sabes qué quiero. Ver a tu padre agonizar del dolor moral, verlo caer en las garras de la desolación por siempre y finalmente suicidarse.

— No lo lograrás, mi padre jamás haría algo así. Él es muy fuerte.
— Gaara Sabaku es fuerte si, pero también es padre. Y ningún padre soportaría la pérdida de un hijo.

Shinki recién iba comprendiendo el macabro plan de ese enfermo enemigo. Y la verdad comenzó a desesperarse.

— ¡Él nunca creerá que estoy muerto! ¡Nunca!
— Pero si no podrá verte nunca más ¿Qué otra alternativa tendrá?

— ¡Sin cadáver no hay muerte!
— Lo habrá, mi poderoso genjutsu le hará ver tu cadáver y no solo a él.

— ¡Nunca creerá eso! ¡Mi padre me buscará! ¡No lo verás sucumbir ante la tristeza!
— Creo que tienes a tu padre en un gigantesco pedestal Shinki. Creeme, Gaara no es tan poderoso ni mucho menos perfecto. Ahora bien deberías preocuparte por tí y no por tu padre muchacho.

Shinki sintió las múltiples descargas en todo su cuerpo, sin poder utilizar su arena de hierro como escudo debido a que estaba paralizado. Lanzó espeluznantes alaridos de intensos dolores hasta casi perder la conciencia.

Momentos después los ataques cesaron y Shinki caía al suelo sin fuerza alguna, al tiempo que las armas se desvanecían en el aire. El enemigo recién apareció acercandosele, para sujetarlo entre sus brazos y llevárselo a otro sitio.

Shinki era conciente de que iban descendiendo cada vez más, hasta llegar a un cuarto de máquinas. El enemigo lo colocó en una especie de cápsula transparente. Lo acomodó para que no sienta molestias físicas que lo induzcan a despertar.

Luego sujetó sus cienes con un objeto metálico. Shinki aún permanecía despierto.
— ¿Qué me estás haciendo por dios?

— Preparándote para encerrarte en la peor de las prisiones mentales. Ahora veremos qué tan fuerte eres. Que sigas cuerdo dependerá de tu fuerza mental. Aunque eso prolongará tu dolor. No lograrás escapar por tí mismo Shinki.

—¿Qué?
— Alguien tendrá que desconectar la máquina para que recién puedas despertar nuevamente. Pero eso suponiendo que alguien, aparte de mí, sepa que te encuentras aquí.
— ¿Cómo dices?
— Para todos tu estás muerto.

El enemigo cerró la cápsula y Shinki perdió la conciencia cayendo en un profundo y doloroso sueño del cual le resultaría imposible despertar.

Boruto, padre....ayúdenme.

El enemigo en cuestión encendió la máquina y la programó para encerrar la mente de Shinki bloqueando así la única posible salida de esa prisión desde adentro. Al concluir su labor se fue del lugar y del templo en ruinas.

Su primera parte del plan estaba en marcha. Ahora tenía que dar inicio la segunda parte de su macabro plan.