Boruto Y Shinki ~ BoruShin ~

Un Amor Prohibido II 🌹

Dos años habían pasado desde que Boruto y Shinki habían superado juntos el secuestro por parte de Shura. Sus vidas en Konoha y Suna transcurrían con relativa normalidad, aunque siempre mantenían un ojo vigilante, sabiendo que las sombras del pasado podían reaparecer en cualquier momento.

Una noche, durante una visita de Shinki a Konoha, Boruto decidió llevarlo a su lugar favorito en el bosque, donde compartieron tantos recuerdos y promesas. Mientras se relajaban, sin sospechar nada, un desconocido los observaba desde la oscuridad, aguardando el momento perfecto para actuar.

Shura, quien había pasado los últimos dos años perfeccionando su técnica y planeando su venganza, finalmente encontró su oportunidad. A la mañana siguiente, mientras Boruto paseaba solo por el mercado de Konoha, Shura lo atacó con una droga especial que había desarrollado, diseñada para borrar recuerdos específicos.

Boruto se desplomó en el suelo, inconsciente, y Shura lo arrastró a un callejón oscuro. Con un ritual minucioso y preciso, Shura implantó la droga en el sistema de Boruto, asegurándose de que los recuerdos de Shinki se desvanecieran por completo. Satisfecho, lo dejó allí, sabiendo que al despertar, Boruto no recordaría nada de su amor por Shinki.

Shura, luego, se dirigió a la casa de huéspedes donde Shinki se alojaba. Aprovechando la confusión generada por la ausencia de Boruto, Shura secuestró a Shinki mientras dormía, utilizando técnicas de sigilo y transporte rápido para llevarlo a su escondite secreto: una mansión lujosa escondida en las montañas, desconocida por todos.

Cuando Shinki despertó, se encontró en una habitación lujosamente decorada, pero con un ambiente opresivo. Las paredes estaban llenas de espejos, y las ventanas estaban selladas con gruesas cortinas de terciopelo. Intentó moverse, pero descubrió que sus manos y pies estaban encadenados a la cama.

—Buenos días, mi querido Shinki —dijo Shura, entrando en la habitación con una sonrisa siniestra — Bienvenido a tu nuevo hogar.

Shinki sintió una oleada de pánico, luchando contra sus ataduras.

—¡¿Qué has hecho con Boruto?! —gritó Shinki, su voz llena de furia y miedo.

—No te preocupes por él —respondió Shura con una risa fría — Ahora, solo tienes que preocuparte por mí.

Shura comenzó su tortura psicológica de inmediato, utilizando una combinación de manipulación emocional y aislamiento para quebrar la voluntad de Shinki.

Día tras día, noche tras noche, Shura jugaba con la mente de Shinki, hablando de cómo Boruto lo había olvidado, mostrando imágenes manipuladas y falsos recuerdos para hacerle creer que su amor nunca había existido.

Shinki, atrapado en esa prisión dorada, se sentía cada vez más desesperado. Recordaba los momentos felices con Boruto, pero cada vez que intentaba aferrarse a esos recuerdos, Shura los distorsionaba, sembrando dudas y desesperación en su mente.

—Él nunca te amó realmente, Shinki —susurraba Shura, mientras acariciaba el rostro de Shinki con una mano gélida—. Todo fue una ilusión. Solo yo puedo amarte de verdad.

Shinki luchaba por mantener su cordura, recordando el amor y la determinación de Boruto. Pero la constante presión psicológica de Shura comenzaba a hacer mella. Sus noches se llenaban de pesadillas, y sus días de un doloroso anhelo por algo que temía que nunca volvería.

El tiempo en aquella habitación se convirtió en un tormento interminable. Shinki sentía que cada día perdía un poco más de sí mismo. A pesar de su fortaleza mental y emocional, la soledad y el constante acoso de Shura eran casi insoportables.

Las horas se desvanecían, los días se confundían, y la esperanza comenzaba a desvanecerse como un sueño lejano.

Mientras tanto, en Konoha, Boruto vivía su vida ajeno al amor que una vez compartió con Shinki. Sus amigos y familiares notaban algo extraño en él, una ausencia inexplicable en su mirada. Naruto y Gaara, preocupados por la repentina desaparición de Shinki, comenzaron a investigar, sin saber que Boruto era la clave para encontrarlo.

En una noche especialmente oscura y tormentosa, Shinki, debilitado pero no derrotado, encontró un atisbo de fuerza dentro de sí. En medio de la desesperación, recordó las palabras de Boruto, su promesa de luchar siempre por aquellos que amaba. Con un grito de pura determinación, rompió una de sus ataduras, dispuesto a escapar o morir intentándolo.

La batalla dentro de la mansión fue brutal. Shinki, utilizando todo lo que le quedaba de energía y habilidad, y se enfrentó a Shura. A pesar de su debilidad, su amor por Boruto y su deseo de libertad le dieron la fuerza para superar a su captor. En un último esfuerzo desesperado, Shinki logró incapacitar a Shura y escapar de la mansión.

Herido y exhausto, Shinki se abrió paso a través de las montañas hasta llegar a un pequeño pueblo. Desde allí, envió un mensaje a Konoha, rogando por ayuda.

Cuando Boruto recibió la noticia, algo en su interior se movió, una sensación de urgencia y familiaridad que no podía explicar. Sin pensarlo dos veces, se unió a la misión de rescate, liderada por Naruto y Gaara.

El reencuentro fue agridulce. Boruto, aún sin recordar completamente su amor por Shinki, sintió una conexión profunda al ver el estado en que se encontraba. Shinki, debilitado pero vivo, se aferró a Boruto con lágrimas en los ojos.

—Prometiste que siempre lucharías por mí —susurró Shinki, con la voz quebrada — Y yo nunca dejé de creer en ti.

Boruto, conmovido, sintió una oleada de emociones inexplicables. Aunque no recordaba, su corazón respondía.

—Y nunca dejaré de hacerlo, Shinki. Juntos superaremos esto, como siempre.

Con el apoyo de sus amigos y familiares, Boruto y Shinki comenzaron un largo camino hacia la recuperación. Mientras Boruto luchaba por recuperar sus recuerdos, Shinki encontró consuelo en el amor y la determinación que Boruto mostraba, incluso sin recordar su pasado.

El regreso de Shura había sido un golpe devastador, pero también una prueba de que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo. Juntos, Boruto y Shinki enfrentaron el futuro, sabiendo que, aunque el camino fuera difícil, su amor y su valentía los guiarían a través de cualquier oscuridad.

FIN