El Doncel Dolido I🕯

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Shinki corría a más no poder, su corazón latía como un tambor a punto de reventar, le dolía seguir respirando pero sabía que no tenía otra opción más que correr.

Lloraba a más no poder debido al intenso dolor moral que sentía en su corazón, era peor que los dolores físicos. Sus perseguidores empezaban a alcanzarlo para mayor desesperación suya.

Debía escapar de ellos y sobre todo de él o estaría perdido. Sin embargo sus fuerzas lo traicionaron y cayó al suelo. Fue cuando lo alcanzaron y sujetaron para arrastrarlo hacia un auto negro ignorando sus gritos y forcejeos.

El auto arrancó y se alejó del lugar. Shinki lloraba desesperadamente pero sus captores no se inmutaban. Su vientre se endurecía, su bebé estaba angustiado. El pelinegro se acariciaba el vientre para calmar a su bebe quien lloraba como él.

Tenía un mes y medio, por tal razón no se le notaba aún. Shinki se desesperaba al ver que iban llevandolo a él.

-¡Dejenme en paz! ¡Es mi vida y es mi hijo!
- Uds dos les pertenecen a él - le respondió no de los guardias. Habían llegado.

Lo bajaron a la rastra y lo llevaron al interior de una mansión lujosa y extravagante. Shinki seguía forcejeando desesperadamente mientras lloraba a más no poder.

Entraron a la sala privada de él, su supuesto prometido. Allí lo dejaron y cerraron la puerta de vidrio sólido.

Shinki la golpeaba con sus manos mientras lloraba y gritaba. No soportaba un segundo más vivir así.

-¡Saquenme de aquí! ¡Por favor!
Pero nadie aparecía, su vientre le dolía cada vez más, el pelinegro se lo acariciaba en un inútil intento por proteger a su bebé.

Estar encerrado, aislado de todos y de todo era lo que más odiaba, lo asustaba. Pero saberse en el poder de ese maldito millonario lo enfurecía y asustaba.

Media hora después de haber sido encerrado en esa lujosa habitación donde tenía todo lo que el dinero puede comprar, menos su libertad.

Shinki lloraba y lloraba, no soportaba seguir allí. Su bebé también lloraba en su interior, estaba desesperado al igual que su papá doncel.

- Calmate Shinki o tendré que calmarte a la fuerza - la voz de su dueño resonó en el lugar alterandolo a más no poder - Nuestro bebé está sufriendo por tu maldita culpa.

Del otro lado de la puerta de cristal donde la sala se prolongaba, apareció Boruto Uzumaki mirándolo con sombría expresión. Shinki abrió sus ojos asustado y furioso mientras retrocedía dos pasos.

El rubio centró su celestina mirada en el vientre de su rebelde doncel quien respiraba entrecortado sin dejar de llorar.

- Sacame de aquí Boruto - dijo Shinki - Odio estar encerrado y lo sabes.
- Te la buscas Shinki, suele suceder últimamente.

Shikadai, el mejor amigo de Boruto, entraba en esos momentos llebandole objetos de torturas para usarlos en Shinki quien al verlos empezó a temblar.

- Colocale éste cinturón paralizante. Aprenderá la lección y no podrá volver a escapar - decía Shikadai con dureza.

-¡¿Estás loco Shikadai?! ¡Estoy embarazado! - rugió Shinki temblando y llorando- ¡Eso dañaría a mi bebé!
-Haberlo pensado antes Shinki - contestó Shikadai con dureza.

Shikadai era leal a Boruto, ambos eran amigos de años. Por lo tanto a él solo le importaba que su amigo dorado se encuentre bien.

-¡Maldito! - rugió Shinki
- Olvidalo Shikadai - expresó Boruto sin dejar de mirar a su doncel - Lo último que quiero es dañar a nuestro bebe.

- En ese caso colocale éste cinturón de castidad. No podrá irse muy lejos si desea volver a poder satisfaccer sus necesidades fisiológicas.

Aquello lo dijo con siniestro placer. Shikadai y Shinki solían ser amigos mientras él y Boruto eran una pareja feliz.

Pero cuando los problemas de pareja empezaron, Shikadai se colocó del lado de Boruto sin importarle nada más que su amistad con él.

- Eso si que suena interesante Shikadai - dijo Boruto para mayor desesperación de Shinki.

- No...no....por favor no...¿por qué me hacen ésto?
- Porque te la buscaste Shinki - dijo Boruto tranquilo.

- ¡No es cierto! ¡Maldito!
- Shinki, intentaste abandonarme.
- Me tienes encerrado la mayor parte del tiempo, no me permites respirar libremente.

- Intentas alejarme de tí y de nuestro bebe
- Porque dejaste de amarme Boruto.
- Tira esas porquerías Shikadai - dijo Boruto a su amigo - No me interesa torturarlo así.

Shinki cerró los ojos y respiró aliviado, empezaba a desear estar muerto si es que se veía obligado a tener que usar esas cosas.

Cuando los volvió a abrir vio que Shikadai se llevaba aquellos instrumentos de tortura con el ceño fruncido.

- Eres demasiado noble Boruto. Shinki no te merece amigo - diciendo aquello abandonó la sala.

¿Demasiado noble? ¿Boruto Uzumaki? Shinki no entendía nada ya que Boruto había dejado de ser alguien noble y romántico hacía más de dos semanas.

La última vez que el pelinegro recordaba que el rubio era romántico y noble con su persona fue cuando él le daba la excelente noticia. Iban a ser padres. Shinki estaba embarazado.

Pero luego de eso, de forma repentina Boruto cambio volviendose distante, duro y hasta cruel. Pero aquello fue empeorando, al punto de encerrarlo en esa horrenda sala sin poder hacer nada más que posar para él que desde el otro lado se ocupaba de su burocratico trabajo.

Cuando le permitía salir era para llevarlo arrastrándolo a la habitación, donde lo arrojaba con violencia a la cama encadenandolo allí, y luego quitándole las ropas para tener sexo salvaje y doloroso con su persona.

No importaba si él quería o no hacerlo, no importaba que tanto le dolieran sus embestidas.

Boruto había dejado de ser el tierno y romántico novio enamorado que solía ser. Y lo peor de todo era que Shinki ignoraba el motivo por el cual el rubio había cambiado así.

Con él también cambió Shikadai, quien había sido su gran amigo ayudándolo a entender a Boruto y a enamorarlo cada vez más, para volverse alguien cruel y duro al punto de disfrutar golpearlo cada tanto. Y Boruto nada decía.

Aquello se repetía demasiadas veces hasta que Shinki no soportó más y aprovechando la oportunidad que se le había presentado, escapó creyendo poder irse lo más lejos posible de Boruto. Pero fue inútil.

Shinki se acariciaba su vientre sintiendo intensos dolores. Se sentó en uno de los sillones e intentó calmarse. Sabía que Boruto había dejado de ser el chico del que él se enamoró.

Ahora era solo alguien cruel, como lo era Shikadai. Por eso no le sorprendía verlo allí parado de brazos cruzados mirándolo sin sentir nada mientras Shinki se retorcía de dolor. Su bebé tenía dolores también.

- Boruto....por favor...necesito de un doctor....me duele mucho.

- No me sorprende Shinki, luego de tu inutil intento por abandonarme.

- ¡Llama a un doctor Boruto!
-¿Por qué lo haría Shinki?
- Me duele

- Te la buscaste al escapar de mi
- Por favor Boruto, por favor te lo pido.

- No me importa Shinki, porcura no quejarte tanto y posa para mí. Tengo asuntos mas importantes que atender.

Shinki se acariciaba el vientre llorando en silencio, respiraba entrecortado. Extrañaba al antigüo Boruto, al que solo vivía para amarlo y se esforzaba haciendolo feliz.

Se había casado con ese hermoso rubio por amor. Ahora comprendía su gran error. Miraba a Boruto con dolor, el rubio estaba sumergido en su trabajo ignorando su intensa desesperación.

- Shinki obedece mis órdenes o el sexo de ésta noche te hará sangrar literalmente.

Shinki como le fue posible se colocó en poses sensuales para mayor fascinación de su dueño.

Boruto Y Shinki ~ BoruShin ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora