Boruto Y Shinki ~ BoruShin ~

Reflejos Del Corazón ❤️

El viento susurraba suavemente entre los árboles del Bosque de los Suspiros, un lugar conocido por su misticismo y secretos. Boruto Uzumaki se adentraba en ese bosque, su mente y corazón llenos de determinación.

Había pasado semanas sin noticias de Shinki, el joven shinobi de la Arena, su amado. Nadie sabía dónde estaba, pero Boruto sentía en su interior que algo estaba mal.

Una noche, mientras Boruto meditaba en silencio, una misteriosa anciana apareció ante él. Sus ojos brillaban con sabiduría y tristeza.

-Joven Uzumaki, sé lo que buscas -dijo ella-. Tu amado Shinki está prisionero en un espejo mágico, oculto en lo más profundo del Bosque de los Suspiros. Fue víctima de un conjuro lanzado por alguien que deseaba separarlo de ti.

Boruto sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero la noticia avivó aún más su determinación.

-¿Cómo puedo salvarlo? -preguntó.

-Debes encontrar el espejo y enfrentar el reflejo de tu propio corazón. Solo entonces podrás liberar a Shinki.

Con esas palabras en mente, Boruto se adentró en el bosque. Durante días, luchó contra criaturas mágicas y evitó trampas mortales, guiado únicamente por su amor y la esperanza de reencontrarse con Shinki.

Finalmente, llegó a un claro donde se erigía un antiguo santuario. En su interior, un gran espejo, adornado con inscripciones y runas, reflejaba no solo su apariencia, sino también sus miedos y deseos más profundos.

Boruto se acercó lentamente, sintiendo una mezcla de temor y esperanza. Al tocar el espejo, una voz resonó en su mente.

-Para liberar a Shinki, debes confrontar tus propios sentimientos y aceptar la verdad de tu corazón.

El espejo brilló intensamente y, de repente, Boruto se encontró en un mundo oscuro y sombrío. Allí, enfrentó versiones de sí mismo que representaban sus dudas, inseguridades y temores sobre su relación con Shinki. Cada reflejo le lanzaba preguntas dolorosas:

-¿Por qué crees que puedes salvarlo? ¿Eres suficiente para él?

Boruto, aunque asustado, recordó todos los momentos que había compartido con Shinki, todas las risas y promesas. Con cada recuerdo, sentía su corazón fortalecerse.

-Nuestro amor es verdadero. No importa lo que digan mis miedos, no dejaré que nos separen.

Con esa declaración, la oscuridad se desvaneció y Boruto se encontró de nuevo frente al espejo. Esta vez, el reflejo mostró a Shinki, atrapado y desvaneciéndose lentamente. Con lágrimas en los ojos, Boruto extendió la mano.

-Shinki, estoy aquí. Nunca te abandonaré.

El espejo comenzó a romperse, y de sus fragmentos surgió una luz brillante. Shinki apareció ante Boruto, débil pero vivo. Los dos se abrazaron con fuerza, sintiendo la calidez del otro.

-Sabía que vendrías por mí -susurró Shinki.

-Siempre, Shinki. No importa qué pase, siempre te encontraré.

El Bosque de los Suspiros quedó en silencio, como si celebrara la reunión de dos almas destinadas a estar juntas. Boruto y Shinki salieron del bosque, sabiendo que su amor había superado una prueba más, y que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que el destino les presentara.

El regreso de Boruto y Shinki a la aldea fue recibido con alegría y alivio por sus amigos y compañeros. Sin embargo, Boruto pronto notó que algo no estaba bien.

Shinki, aunque físicamente presente, parecía distante y perdido en sus propios pensamientos. Las noches eran especialmente difíciles; Shinki a menudo se despertaba gritando, susurrando sobre sombras y reflejos que lo acechaban.