Boruto Y Shinki ~ BoruShin ~

Amor Prohibido III ⛓️

Shinki despertó esa mañana con el sol iluminandolo todo, las imágenes de lo sucedido la noche anterior asaltaron su mente atormentándolo con intensidad.

La angustia por tener que vivir lejos de su dorado amor, quien está encerrado en la prisión por un crimen que no cometió lo desesperaba a más no poder. Ni siquiera tenía ánimos para dejar la cama. Tener un padre en exceso posesivo y obsecionado por no quedarse solo, lo estaba enloqueciendo.

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos con el timbrazo de su celular. Atendió y la voz de Boruto lo asombró al punto de despabilarlo al instante.

-Shinki ¿Dónde estás mi amor? - preguntó Boruto, notándose feliz en verdad - ¿Sigue en pie lo de ésta noche?
-¿Boruto? ¿Eres tú en serio?

- Claro ¿por qué lo preguntas?
- ¿Qué...qué día es hoy Boruto?
- ¿Eh? ¿A qué viene esa pregunta Shinki?
- Solo respóndeme por favor Boruto.

Cuando su dorado amor le dijo qué día era, el pelinegro entendió todo recién. Era el día en que la madre del rubio y la hermana serían asesinadas. Esa misma noche las matarían.

Shinki supo que su deseo fue concedido, pero ahora tenía que evitarles la muerte.
-Boruto ¿dónde estás ahora?

- En mi casa ¿Por qué?
- Iré a verte ahora mismo amor.
-¿Qué? ¿Hablas en serio amor?
- Absolutamente.

Luego colgó para ducharse y vestise. Así salió unos minutos más tarde hacia la mansión de los Hyuuga. Boruto lo recibió feliz. Shinki sabía como se sentía mientras llegaba a él.

Cuando lo vió, Boruto se lanzó a él abrazándolo con intensa fuerza. Shinki lo rodeó con sus brazos y lo besó con pasión. Hima aparecía en esos instantes sonriendo feliz. La saludo. Luego aprovechó que ambos hermanos estaban hablando en privado unos momentos para adentrarse a la mansión.

Así escuchó al abuelo de Boruto hablar con alguien por teléfono. Estaba muy ofuscado en verdad.

- Estoy harto de Hinata y sus bastardos. Ellos denigran al clan Hyuuga por dios. Pero me ocuparé de todos, esto tiene límites.

Shinki regresó por dónde vino hasta ver a los hermanos Hyuuga buscarlo con nerviosismo. Él empezaba a hacerse una idea de lo ocurrido y a decir verdad no le gustó nada.

Pero él los salvaría a los tres. No dejaría que ésta vez ese viejo loco se salga con la suya.

Tampoco le importaba la obseción de su padre. Shinki estaba dispuesto a salvar a Boruto cueste lo que le cueste.

Era conciente que si le decía algo, no le creería por lo tanto se ocupó de hacer las cosas solo.

Había empezado con invitarlos a los tres a su departamento lujoso, dónde él mismo planeaba pasar la noche. Ignorando al lunático de su padre.

Ni Boruto ni su hermana ni mucho menos su mamá entendían nada de nada. Pero aceptaron.

En esos momentos el abuelo de Boruto aparecía como si fuese una bestia, rojo de irá.

- Maldita - le espetó a Hinata - ¡Tus bastardos solo denigran al clan! ¡Deberías tenerlos escondidos!

Pero cuando quiso golpearla, Boruto se puso en el medio defendiendo a su mamá entre dolido y furioso. Hima retrocedió para acercarse a su madre sintiendo intensos miedos. Hinata la abrazó con instinto protector.

Neji había oído aquello, e intervino en favor de su hermana Hinata. Pero su padre le espetó:

- Si te empeñas en proteger a esa perra, significa que no estás preparado para ser el líder del clan. En ese caso tendré que darle el puesto a otro.

- Padre, nosotros siempre fuimos los líderes del clan. No puedes despreciarme así.

- Es mi clan, mi apellido, son mis empresas y mi dinero. Por lo tanto puedo hacer lo que quiera - le espetó con desprecio el viejo.

- No padre, no puedes y lo sabes - lo enfrentó Neji.
- ¡No te dejaré al frente mientras sigas protegiendo a esa perra y sus bastardos!

Luego se marchó dejando a Neji furioso y a los demás dolidos. Shinki contempló al padre de Hinata, y supo que él había sido el verdadero asesino.

Cerró sus manos en forma de puños con furia, ya que ese viejo maldito se había salido con la suya y por su culpa, Boruto se moría día a día en la cárcel.

No dejaré que vuelvas a causarles daño, maldito viejo. Está vez evitaré que las mates a ellas y lo culpes a él. A su vez no dejaré que mi padre siga ofuscandome así. Nada ni nadie me volverá a alejar de Boruto.

- Vengan a mi departamento lujoso los tres, no necesitan quedarse aquí - dijo Shinki.
- Vendrán conmigo mejor - dijo Neji, ya que eran su familia.

- No creo que sea una buena idea tío Neji - le comentó Boruto preocupado - Recuerda que debes ser el nuevo líder del clan y el viejo lunático ese no te cederá su puesto mientras te muestres tan acercando a nosotros.

Shinki veía la intensa cercanía que Neji tenía con su hermana y sus sobrinos.

Por eso no entendía cómo pudo dejarse convencer de que Boruto las mató, al punto de darle la espalda cuando su sobrino más lo necesitaba. A Shinki ese tío de Boruto no le caía nada bien por tal motivo.

- Claro Neji, sigue manteniendote alejado de quienes más te necesitan solo para poder escalar en rango dentro de ti clan - dijo Shinki sin poder contenerse.

Los allí presente le clavaron una asombrada mirada. Shinki apretaba los labios con furia intensa.

- Traigan sus ropas y vengan conmigo - prosiguió Shinki.
- Pero ¿qué hay de tu padre? A él no le gustará nada eso - Decía Boruto preocupado.

- No se preocupen por eso. Ya me ocuparé de él. Además ustedes, Hima, Boruto, les vendrá bien relacionarse con su padre Naruto.

Hinata sonrió y asintió pero a Neji no le gustó aquello. Cuando él y Shinki quedaron solos, ya que los demás fueron a empacar sus cosas, Neji le dijo:

- Shinki ¿Por qué haces esto?
- Y todavía lo preguntas Neji - Shinki estaba al borde de la desesperación total - Boruto es mi más grande amor, y no dejaré que ni mi padre ni el tuyo ni nadie me separe de él.

Neji sonrió al ver la devoción de Shinki hacia su sobrino y su familia. Lo consideraba una gran persona en verdad.

- Ahora comprendo que tú eres lo mejor que a mí sobrino le pudo suceder. Gracias Shinki.

Aquello lo descolocó en verdad pero nada dijo. Momentos después Shinki junto a Boruto, Hima y Hinata abandonaban la mansión de los Hyuuga definitivamente. Era mediodía.