Un Amor Prohibido I 🌹

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En la apacible y próspera aldea de Konoha, dos jóvenes ninjas de diferentes clanes y aldeas encontraron un amor inesperado. Boruto Uzumaki, hijo del Séptimo Hokage, Naruto Uzumaki, siempre había sentido la presión de vivir a la altura de las expectativas de su padre.

Rebelde y con un espíritu indomable, Boruto buscaba su propio camino, intentando escapar de la sombra de su padre. Shinki, por otro lado, era el hijo adoptivo del Quinto Kazekage, Gaara. Serio, disciplinado y con una apariencia fría, Shinki escondía un corazón sensible que rara vez dejaba ver.

Se conocieron durante una misión conjunta para proteger la frontera entre la Aldea de la Arena y la de la Hoja. Boruto, con su energía contagiosa y su habilidad innata para el combate, contrastaba con la calma y precisión de Shinki. Una noche, mientras acampaban en el desierto, Boruto se acercó a Shinki, que estaba en guardia.

-Nunca te relajas, ¿verdad? -bromeó Boruto, sentándose junto a él.

-La relajación es un lujo que no puedo permitirme -respondió Shinki, con su mirada fija en el horizonte.

Boruto lo observó en silencio por un momento antes de hablar de nuevo.

-¿Alguna vez has pensado en lo que harías si no tuvieras que ser un ninja?

Shinki dudó, sorprendido por la pregunta. Nadie le había preguntado eso antes.

-No sé -dijo finalmente - Ser un ninja es todo lo que conozco. Pero a veces... me pregunto cómo sería una vida más simple.

-Una vida donde podrías ser tú mismo, sin las expectativas de los demás -añadió Boruto, con una sonrisa comprensiva.

A partir de ese momento, comenzaron a pasar más tiempo juntos, compartiendo sus sueños y miedos. Shinki se permitió bajar la guardia y Boruto encontró en Shinki un confidente que lo entendía de una manera que pocos lo hacían. Su amistad se convirtió en algo más profundo, un amor que sabían que sería complicado y que tendrían que ocultar, ya que las relaciones entre personas del mismo no estaba permitido en ninguna de las dos aldeas.

Una tarde, durante una de sus citas secretas en un claro del bosque, Shinki reveló una parte de su pasado que nunca había contado a nadie.

-Cuando Gaara me adoptó, yo no sabía cómo recibir afecto -confesó Shinki, con la mirada perdida - Me sentía como una carga, un huérfano que no merecía su bondad.

Boruto lo escuchó atentamente, sintiendo un nudo en la garganta.

-Pero no eres una carga, Shinki. Eres increíblemente fuerte y valiente. Y mereces todo el amor del mundo.

Shinki lo miró, sus ojos normalmente fríos ahora llenos de una vulnerabilidad que Boruto nunca había visto.

-Gracias, Boruto. Tú... tú me haces sentir que puedo ser yo mismo.

Su momento de ternura fue interrumpido cuando un grupo de ninjas los atacó. Lucharon con todo lo que tenían, pero fueron superados en número. Boruto quedó inconsciente y cuando despertó, Shinki había desaparecido.

En su lugar, encontró una nota que decía:

"Shinki está conmigo. Si lo quieres de vuelta, ven solo. No avises a nadie o lo perderás para siempre".

El mensaje estaba firmado por un nombre que Boruto no reconocía, pero su contenido era claro. Boruto decidió seguir las instrucciones y partió solo en busca de su amado. En su camino, recordó todos los momentos compartidos con Shinki, sintiendo una mezcla de miedo y determinación.

Al llegar al lugar indicado, se encontró con Shura, un ninja de la Aldea del Sonido. Con una sonrisa retorcida, Shura le explicó su obsesión enfermiza por Shinki.

-Me llamo Shura, y Shinki será mío -dijo el chico - Nadie más puede tenerlo.

Shura había desarrollado una obsesión insana por Shinki tras haberlo visto en acción durante un torneo de chunin. Su deseo de poseerlo había crecido hasta el punto de planear su secuestro, sin importarle el dolor que causaría a los demás. Shura había usado técnicas prohibidas para mantener a Shinki prisionero, debilitándolo para que no pudiera escapar.

Boruto, sin perder tiempo, se lanzó al ataque. La lucha fue feroz y despiadada. Boruto no solo luchaba por liberar a Shinki, sino también por proteger su amor y su futuro juntos.

En medio del combate, Shura reveló una técnica que casi acaba con Boruto, pero en un momento de desesperación y amor puro, Boruto desbloqueó un nuevo nivel de poder, superando finalmente a su enemigo.

Con Shura derrotado, Boruto corrió hacia Shinki, quien estaba encadenado y visiblemente agotado. Con manos temblorosas, Boruto rompió las cadenas y tomó a Shinki en sus brazos.

-Lo siento mucho, Shinki. No debí haberte dejado solo. -Los ojos de Boruto se llenaron de lágrimas mientras abrazaba a Shinki con fuerza.

-No es tu culpa, Boruto -respondió Shinki, apenas susurrando, pero con una débil sonrisa en su rostro-. Sabía que vendrías por mí.

Regresaron a Konoha juntos, más unidos que nunca. La experiencia los había fortalecido y habían decidido enfrentar cualquier desafío que viniera. Aunque sabían que no sería fácil, estaban dispuestos a luchar por su amor.

Al llegar a Konoha, Boruto informó a su padre y a Gaara sobre lo sucedido. Ambos líderes, aunque preocupados, vieron la determinación y el amor en los ojos de sus hijos.

Decidieron apoyar su relación, entendiendo que su unión podría fortalecer los lazos entre las aldeas, anulando así la prohibición de las relaciones del mismo sexo.

El tiempo pasó, y Boruto y Shinki se convirtieron en un símbolo de esperanza y unidad entre las aldeas de la Hoja y la Arena. Su amor, probado por las adversidades, se volvió una leyenda, una historia que inspiraba a otros a seguir sus corazones y luchar por aquellos que amaban, sin importar las dificultades.

Boruto y Shinki demostraron que el verdadero amor puede superar cualquier obstáculo, y que, a veces, los lazos más fuertes se forjan en medio de la adversidad. Su historia quedó grabada en los anales de la historia ninja, un testimonio de que el amor y la valentía siempre prevalecen.

Pero Shura no se quedaría de brazos cruzados, su obseción lo llevaría a hacer los actos más ruines. Pero él sabía que para sus planes necesitaría más tiempo, por lo que les cedió un par de años de paz y calma. Además jugaba con el hecho de olvidar lo sucedido, otro punto a su favor.

Esa tarde mirando a Shinki desde lejos, reír feliz en los brazos de Boruto, Shura murmuró:

- Serás mío Shinki, solo es cuestión de tiempo. Tenlo por seguro.

FIN

Boruto Y Shinki ~ BoruShin ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora