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La relación entre Todoroki y Bakugo era complicada. Todos sabían de su rivalidad académica impuesta por el rubio, aunque el bicolor no le daba mucha importancia.

Ellos conocían los sentimientos mutuos por Midorya y, a su manera, se cuidaban el uno al otro. A menudo pasaban tiempo juntos, ya fuera por trabajos escolares o por el equipo de baloncesto en el que, para su buena o mala suerte, coincidían.

Aunque nunca lo admitían en voz alta, disfrutaban de la sincronía que lograban durante los partidos.

Todoroki creía que Bakugo lo odiaba y solo toleraba su presencia; nunca imaginó que acabaría besándolo en secreto en un salón.

Después de pasar un rato besándose, terminaron en el suelo, mirando la pared frente a ellos. Tal vez habían hecho un drama innecesario cuando todo lo que tenían que hacer era besarse a escondidas.

—Entonces... ¿Nos gustamos? —preguntó el bicolor.

—Sí. —respondió el rubio.

—Y también nos gusta Midorya.

—Así es... maldita sea.

—¿Qué vamos a hacer entonces? Él debe estar sintiéndose muy mal por todo esto, y este asunto sigue siendo muy confuso.

—Hablaremos con él. Levántate.

Deseo amado || TodoBakuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora