｡.ﾟ+→¿Crees que los deseos se hacen realidad?
Estos tres chicos pidieron un deseo a las 11:11, con la esperanza de que se hiciera realidad, sin saber que realmente ocurriría.
Pero, ¿reconocerán cuando su deseo se haya cumplido?
+| Capítulos cortos...
Realmente no esperó que su mejor amiga lo fuera a traicionar de esa manera. Estaba desayunando con ella en una de las varias áreas verdes de la escuela, cuando de la nada, se excusó para ir a comprar dos cajas de leche. No le vio lo extraño, ya que solían hacerse ese tipo de gestos. Sin embargo, estaba tan concentrado en sus pensamientos que no vio a dos figuras acercarse hacia él. Se dio cuenta demasiado tarde cuando ya los tenía enfrente.
Observó con una mezcla de sentimientos aquellos ojos color carmín y esmeralda que tanto le maravillaban. Se resignó a huir como lo había estado haciendo desde hace casi dos meses y los invitó a sentarse con él. Al principio, hubo un silencio incómodo. Él solo se concentraba en seguir comiendo, ignorando los nervios crecientes en su interior.
—Lo sentimos.—Soltó al fin Midoriya—. No debimos terminar contigo y mucho menos de esa manera. Pensamos que era lo mejor, no queríamos que tuvieras problemas con tu padre... Y no, no estamos justificando nuestros actos. Sabemos que te lastimamos y lo sentimos mucho.—En sus mejillas pecosas, resbalaban lágrimas cargadas de arrepentimiento.
—Igual perdónenme.—Murmuró.
—¿Por qué te disculpas? Nosotros fuimos los idiotas contigo.—Dijo Bakugo, frunciendo levemente el ceño.
—Después de que leí los mensajes, no insistí en mantener lo que teníamos. Solo los dejé ir sin más.—Se detuvo unos momentos para pensar exactamente cómo decir las cosas, había tanto que decir que no sabía cómo empezar—. Unos días antes hablé con mi padre y con ayuda de mis hermanos, logramos que aceptara mi relación con ustedes.—Sonrió al recordar cómo sus hermanos lo apoyaron, sintiendo una breve calidez que rápidamente se reemplazó por tristeza—. Supongo que es un sentimiento que he cargado conmigo desde hace un tiempo, el de ser una carga para ustedes en todo sentido. Y yo a veces siento que no tengo esa conexión que ustedes tienen; es decir, se llevan desde que son niños y yo... bueno. —Soltó una risa nerviosa.—Pensé que estarían mejor sin mí, simplemente creo que no me sentí suficiente para estar con ustedes.
Sintió cómo fue acunado por las dos personas que más amaba en el mundo al mismo tiempo, sintiendo unas inmensas ganas de llorar.
—¿Por qué nunca nos dijiste? —Preguntó en un susurro el rubio, sin dejar de abrazar al bicolor. Extrañaba tanto tenerlo entre sus brazos.
—No le quería dar tanta importancia, pero supongo que todo eso logró derrumbarme.
Midoriya solo lo miró.—Queremos que sepas que, sin importar lo que haya pasado, siempre serás importante para nosotros. No queremos que te sientas solo ni insuficiente. Sabemos que cometimos errores, pero queremos arreglarlo, si nos dejas.
Bakugo asintió, su expresión suavizándose un poco, mientras que el bicolor sintió un nudo en la garganta mientras las lágrimas finalmente comenzaban a brotar. Se aferró a ellos, dejando salir todo lo que tenía acumulado.
—Te amamos y no queremos que te sientas así nunca más. Estamos aquí para ti, ahora y siempre.—Dijo Bakugo con una leve sonrisa.
—Gracias.—Susurró entre sollozos.—Yo también los amo y prometo no volver a alejarme.
Bakugo sonrió, acercándose para besar suavemente los labios del bicolor, mientras que Midorya besaba su mejillas repetidas veces y entrelazaba su manos con las de él, creando un momento lleno de ternura y cariño.
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Si alguien le entiende a la referencia del título, le doy un beso.
