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"Hay cosas que no cambian"

Era un sábado tranquilo y soleado, la brisa fresca les removía ligeramente sus cabellos. Izuku y Katsuki caminaban hacia un supermercado ya que sus madres les encargaron comprar algunas cosas para hacer el almuerzo. El peliverde llevaba una camiseta verde con el logo de All Might y Bakugo, una camiseta negra simple.

—Aún hay algo de tiempo, ¿quieres ir por un helado?—Preguntó Bakugo, mirando de reojo a Izuku.

—Sí, por favor.—Respondió Izuku con una sonrisa amplia.

Llegaron a una pequeña heladería local, donde Bakugo pidió un helado de vainilla y Izuku uno de chocolate. Cuándo les dieron sus helados, decidieron sentarse en un banco cercano, disfrutando de sus postres en silencio por un momento.

—Recuerdo cuando éramos niños y veníamos aquí.—Dijo Izuku de repente, rompiendo el silencio.—Siempre te gustaba el helado de vainilla.

Bakugo sonrió levemente.—Sí, y tú siempre pedías chocolate con chispas de chocolate. No podía ser mas empalagoso ese helado.

El peliverde rió mientras le daba un leve empujón.—No he cambiado mucho, ¿verdad?

—Aún eres ese niño llorón y caprichoso.—Comentó mientras le daba un beso en la frente.—Pero así te amo.—Regresó su vista a su helado mientras sonreía.—Aunque ni yo he cambiado.—Respondió Bakugo, tomando otro bocado de su helado.—Pero eso está bien. No cambiaría nada de esto.

Izuku miró al rubio, sus ojos brillando con cariño.—Y tú aún sigues siendo ese niño gruñón egocéntrico pero tampoco cambiaría nada, Kacchan.

El rubio lo miró ofendido pero después, los dos se sonrieron, Katsuki sostuvo el mentón de Izuku y lo levantó ligeramente para darle un beso en los labios, tras esa muestra de afecto, decidieron seguir disfrutando de su helado, conversando sobre cosas triviales riéndose de recuerdos compartidos y disfrutando de la compañía del otro, era un día perfecto hasta que recibieron llamadas de sus madres preguntando dónde estaban.

Deseo amado || TodoBakuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora