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Los tres estaban sentados en círculo en la habitación de Midorya. El ambiente era tenso: el peliverde jugueteaba nerviosamente con sus manos, ansioso por lo que sus dos amigos tenían que decirle, mientras los otros dos parecían debatirse internamente sobre cómo empezar la conversación.

—Realmente no entiendo qué están haciendo aquí.—finalmente rompió el silencio.—Más bien, no sé qué tengo que ver en este tema. ¿Es sobre ustedes dos?

—Es algo así.—dijo Todoroki con una mueca incierta, buscando las palabras adecuadas.

—Si ustedes dos están saliendo, no necesitan darme una explicación profunda sobre eso.—admitió con pesar en su corazón.—Sé que son mis amigos cercanos, pero no me deben una explicación. Como dije antes, son mis amigos y los apoyaré sin importar qué. —Aunque su rostro mostraba una sonrisa sincera, en su interior sentía un nudo que le hacía querer llorar.

—Estás confundiendo las cosas, Deku —intervino finalmente Bakugo.—. No estamos saliendo, y entre el maldito mitad mitad y yo... bueno, eso aún no está claro. Es bastante complicado, de hecho.

—No entiendo.—murmuró Midorya, girando ligeramente la cabeza por la confusión que sentía.

—En otras palabras.—intervino el bicolor.—Tanto Bakugo como yo nos gustas, y entre él y yo también hay sentimientos. Demonios, la situación es realmente extraña.

Las mejillas de Midorya se tiñeron de carmesí por la confesión que acababa de escuchar.

—Y ustedes también me gustan a mí.

Deseo amado || TodoBakuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora