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"El inicio de otro problema"

Las siguientes semanas habían sido demasiado extenuantes para los tres chicos. La idea de que lo habían dejado “por su bien” le sonaba absurda, casi como una burla. ¿Cómo podían haberlo abandonado tan fácilmente, después de todo lo que había sacrificado? Había enfrentado a su propio padre, desafiando su autoridad, todo por estar con ellos, por formar parte de algo más grande que él mismo.

Pero ahora, mientras intentaba entender sus razones, el sentimiento de abandono lo perseguía como una sombra. Se repetía que tal vez ellos estarían mejor sin él, que siempre había sido un extraño en su mundo, un intruso que había irrumpido en su amistad de años. Tal vez, al irse, les había hecho un favor, liberándolos de la carga de tener que cuidar de él, de protegerlo de sí mismo.

Al principio, se resistió a contarle la verdad a sus hermanos. Les había dicho que solo había sido una pelea, que eventualmente todo se resolvería. Pero con cada semana que pasaba, la mentira se volvía más insostenible, hasta que finalmente, en la cuarta semana, no pudo más, se quebró y les confesó todo. Sus hermanos sintieron confundidos y enfadados, soltando comentarios como: "¿Para esto todo el espectáculo que hicimos?" "Casi te desheredan y te sueltan así de fácil," "Hay más peces en el agua." Aunque trataron de animarlo, algo que él agradecía, no podía evitar sentirse miserable.

Ese día estaba en la habitación de su mejor amiga, Yaomomo. Desde que ocurrió todo, había comenzado a acercarse más a ella. Momo, conociendo su tendencia a reprimir sus emociones, aceptaba su presencia con cariño, aunque le dolía verlo tan abatido. Sabía que la fachada serena que mostraba en clase era solo eso, una fachada, y que en realidad estaba sufriendo. Ella fue la primera en enterarse, e incluso vio los mensajes que los dos chicos le mandaron.

Yaomomo observó al bicolor mientras éste miraba su cuaderno, perdido en sus pensamientos. Decidió que no podía seguir viendo a su amigo sufrir así y se acercó lentamente.

—¿Quieres hablar de ello?—Le preguntó suavemente, brindanole una leve sonrisa.

El bicolor suspiró y apartó la mirada de su cuaderno para encontrar los ojos comprensivos de su amiga.

—No hay mucho que decir. Me siento como si hubiera perdido todo por nada.

Yaomomo se sentó a su lado, tomando su mano con delicadeza.

—No estás solo, ¿sabes? —Le dijo—. Tienes a tus hermanos y a mí. Y te aseguro que encontraremos una manera de superar esto juntos.

Él le dedicó una pequeña sonrisa genuina, la primera en semanas.

—Gracias, Momo. Realmente no sé qué haría sin ti.

Ella le devolvió la sonrisa, apretando suavemente su mano.

—Para eso están los amigos, ¿no? —Respondió con ternura.

Ella sabía que no iba a hablar con ellos sobre el tema ya que los había estado evitando. Ni siquiera asistía a sus entrenamientos para no encontrarse con Bakugo. La situación se había salido de control, pero Shoto no tenía intención de hacer algo al respecto para repararlo.

Deseo amado || TodoBakuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora