48.

184 40 1
                                    

“Decisión”

Desde el momento en que Todoroki no apareció en la escuela, Izuku y Katsuki supieron que algo andaba mal. Las horas pasaban y la preocupación aumentaba, ya que no respondía a los mensajes ni atendía las llamadas.

Finalmente, al ponerse en contacto con sus hermanos, descubrieron la razón: Todoroki había sido castigado. La noticia les cayó como un balde de agua fría. No sabían cómo reaccionar; si se mantenían cerca de él, corrían el riesgo de empeorar su situación. Pero si se alejaban, perderían esa conexión que tanto habían trabajado en crear.

El enojo los invadió a ambos, sintiendo la injusticia de la situación. ¡No estaban haciendo nada malo!

Estaban en la habitación de Midoriya, intentando concentrarse en sus tareas asignadas ese día, pero era tan difícil hacerlo cuando faltaba la presencia de alguien importante.

Midoriya soltó su lápiz de la nada y se sentó en su cama, apoyando la cabeza en la pared y mirando al rubio.

—Tal vez, deberíamos terminar con él.—Murmuró el peliverde, su voz apenas un susurro en el silencio cargado de la habitación.

El rubio lo miró, en sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y frustración.

—¿Pero qué mierda estás diciendo?

Midoriya soltó un suspiro pesado.

—Tal vez lo mejor sea que terminemos nuestra relación con él. Lo seguiríamos viendo entre las clases o tú en los entrenamientos y aunque no podamos estar con él de una manera íntima, él seguirá ahí.

—¿Estás escuchando lo que estás diciendo? —Preguntó incrédulo, incapaz de comprender cómo el de pecas podía rendirse tan fácilmente.

—Es lo más razonable. —Respondió el peliverde, su voz temblando ligeramente.—Y tal vez pienses que no me duele.—Se detuvo, tragando con fuerza mientras intentaba contener las lágrimas.—Pero me duele demasiado. Han sido muchos meses juntos, casi un año, como para que todo se termine de esta manera con él.

Bakugo le lanzó una mirada larga, intentando procesar todas las palabras dichas por su novio. La idea de que Shoto ya no sería su novio, sino solo un amigo, o peor aún, un conocido, le oprimía el pecho. El dolor era casi insoportable, una punzada constante que no parecía tener fin y no le gustaba sentirse de esa manera.

—¿Y si hablamos con su padre?—preguntó Bakugo, su voz quebrándose ligeramente.

El peliverde negó con la cabeza, sus ojos brillando con lágrimas no derramadas.

—No es tan sencillo, Katsuki. Solo vamos a empeorar todo.

El silencio volvió a caer entre ellos, pesado y sofocante. Ambos sabían que no había una solución fácil. Pero a veces, el acto más valiente es aceptar que algunos finales son inevitables.

El mejor acto de amor que podían hacer era dejar ir a Shoto Todoroki.

Deseo amado || TodoBakuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora