“¡Uh oh!”
Shoto sabía que en algún momento podría pasar esto, pero no esperaba que fuera de esa manera.
Su padre le mandó un mensaje temprano diciendo que ya estaba de vuelta en la ciudad y que quería cenar con todos sus hijos esa noche, aprovechando que era viernes.
Todo bien hasta ahí.
Pero no esperaba que su padre estuviera afuera del gimnasio después de sus prácticas.
No se había percatado, ya que estaba en su burbuja de amor con sus novios, entrelazando sus manos con cada uno y conversando sobre cosas triviales. A veces, Izuku solía ir a ver los entrenamientos, y ese fue uno de esos días ya que probablemente no vería al bicolor todo el fin de semana y quería estar con él todo el tiempo que pudiera.
Sin embargo, Shoto se dio cuenta de su presencia primero y se detuvo en seco, observando con sus ojos heterocromáticos a su padre. Los otros dos lo miraron con confusión hasta que dirigieron su mirada hacia donde estaba viendo su novio, viendo al hombre. Era inconfundible, ese hombre que aparecía en titulares, periódicos o revistas y a quien todos sus hijos se parecían físicamente.
El primer instinto de Shoto fue querer soltar las manos de Bakugo y Midoriya, pero si lo hacía, ellos tal vez pensarían que los estaba negando ante su progenitor. Solo soltó un pesado suspiro, miró a su padre por unos largos segundos que parecieron horas y después los jaló para que se dirigieran a los dormitorios.
El rubio y el peliverde no sabían cómo reaccionar ni si debían preocuparse por su novio.
Shoto besó fugazmente los labios de ambos y se dirigió a su habitación para asearse y empacar algunas cosas para el fin de semana que estaría en su casa.
Cuando estaba a punto de terminar de empacar, escuchó unos golpes en la puerta y luego fue abierta.
—¿Shoto?—La voz de Midoriya se escuchó suave y preocupada mientras entraba en la habitación, seguido de Bakugo.
Shoto levantó la vista de su mochila, viendo a sus dos novios con expresiones de preocupación.
—Se les va arrugar la frente si siguen poniendo esas expresiones.—Hizo una pequeña pausa antes de continuar.—Estoy bien, de verdad.—Dijo el bicolor, aunque sabía que no era del todo cierto. Ver a su padre fuera del gimnasio demasiado fue inesperado, todos sus hermanos suelen ocultarle cosas al hombre y él no era la excepción, sabía que en algún momento tenía que decirle pero no quería que fuera de esa manera.
Bakugo se acercó, colocando una mano en el hombro de Shoto. —Sabemos que esto no es fácil para ti. Si necesitas hablar o cualquier cosa, estamos aquí.
Midoriya asintió, acercándose también y tomando la otra mano de Shoto. —No tienes que enfrentar esto solo.
Shoto sintió una oleada de gratitud. Sus manos, ahora entrelazadas nuevamente con las de sus novios, le recordaban que no estaba solo. Aún así, la presencia de su padre seguían sobre sus hombros.
—Gracias, chicos.—Shoto apretó suavemente las manos de sus novios antes de soltarlas. —Tengo que irme ahora, pero estaré bien. Les mandaré mensajes.
Bakugo y Midoriya asintieron, aunque a regañadientes. Sabían que no podían acompañarlo, pero esperaban poder darle el apoyo que necesitara a la distancia.
Shoto terminó de empacar y tras un último beso a cada uno, se dirigió a la puerta. Respiró hondo antes de salir, preparándose mentalmente para la noche que le esperaba. Aunque no sabía qué esperar, estaba decidido a enfrentarlo, sabiendo que, al final del día, volvería a los brazos de quienes lo amaban incondicionalmente.

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Deseo amado || TodoBakuDeku
Fanfiction。.゚+→¿Crees que los deseos se hacen realidad? Estos tres chicos pidieron un deseo a las 11:11, con la esperanza de que se hiciera realidad, sin saber que realmente ocurriría. Pero, ¿reconocerán cuando su deseo se haya cumplido? +| Capítulos cortos...