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“Rewind”

Bakugo miraba con una mirada llena de cariño a los dos amores de su vida. Todoroki estaba enseñándole a jugar baloncesto a Midoriya. El peliverde no era precisamente un experto en la puntería, la pelota parecía tener una extraña atracción por cualquier lugar excepto la red. Sin embargo, Todoroki, con mucha paciencia, lo ayudaba a encestar, explicándole las reglas del juego mientras el de pecas prestaba mucha atención, como si su vida dependiera de ello.

Esa imagen hacía que Bakugo se sintiera lleno de felicidad. Ver a sus dos chicos siempre hacía que su corazón latiera de manera desenfrenada.

—Aún no entiendo cómo es que aceptaron ser tus novios.—Comentó Kirishima, sentándose a su lado y pasándole una botella de agua.—Esos dos son como terrones de azúcar y tú... Bueno, eres tú.

El rubio solo rodó los ojos y chasqueó la lengua.

—Tampoco me has contado quién tuvo la iniciativa de dar ese gran paso.

Bakugo se recostó contra las gradas, sus ojos todavía fijos en Midoriya y Todoroki. Suspiró, pensando en ese día.

—Fue una cosa de todos.—Dijo finalmente, su tono algo más suave de lo usual.—No fue exactamente un momento planeado. Estábamos en mi casa y en algún momento comenzamos a hablar sobre los sentimientos que nos tenemos y de alguna manera, las palabras simplemente salieron.

Kirishima levantó una ceja, interesado.

—¿Y qué dijiste?

—Admití que los quería, así que les pregunté si querían estar conmigo de esa manera, Todoroki fue el primero en responder, diciendo que sentía lo mismo, y luego Midoriya, con lágrimas en los ojos, dijo que también nos quería. Fue como si todo encajara en su lugar en ese momento.

Kirishima sonrió, asintiendo.

—Suena... algo que harían ustedes. Y sé que es real porque, aunque no lo admitas, se nota cuánto los quieres, si supieras la mirada de tonto que pones cuando los ves.

Bakugo le dio un golpe en el hombro a Kirishima, riendo suavemente.

—Cállate, pelos de mierda.

Mientras tanto, en la cancha, Todoroki finalmente logró que Midoriya encestara. El peliverde gritó de alegría, saltando en los brazos de Todoroki, quien lo recibió con una sonrisa tranquila. Bakugo los observó, una calidez llenando su pecho.

—Oye, ¿quieren unirse? —Gritó Midoriya, agitando una mano hacia ellos.

Kirishima se levantó de un salto, ya listo para unirse a la juego. Pero Bakugo se quedó quieto un momento más, observando la escena antes de levantarse y caminar hacia ellos.

Para Bakugo, no había nada mejor que estar con ellos, sus dos terrones de azúcar que, de alguna manera, habían encontrado un lugar en su corazón.

Deseo amado || TodoBakuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora