BLEEDING OUT | Daryl Dixon ²

[15] DECISIONES

—Otra vez, siento la necesidad de recordarles que lo que estamos haciendo es una violación directa de los protocolos de seguridad actuales —divagó Eugene mientras se acercaban a Alexandria.

—Sí, lo sabemos —respondió Rosita.

Quitando las bolsas de las cabezas de los recién llegados, Lara hizo un gesto hacia las puertas—. Vamos.

El grupo vaciló, y después de señalizarle algo a su hermana, Kelly miró a sus amigos—. No puede ser peor que Jones Springs.

—Al igual que Jones Springs no podría ser peor que Coalport —dijo Magna.

—Cielos —murmuró Luke—. Coalport era una ciudad fosilizada de mierda.

Judith se paró frente a Magna—. Estarán a salvo aquí. Lo prometo.

Luke miró a Lara—. ¿Está diciendo la verdad?

—¿Me creerías si dijera que sí? —preguntó Lara.

—Probablemente no —murmuró Magna.

—Exacto —dijo Lara—. Lo único que puedo prometerles por la tumba de mi hermano es que no comemos personas.

—Lamento lo de tu hermano —dijo Luke, suavizando los ojos ante la mención del hermano de Lara.

—Está bien —dijo ella—. Sucedió hace mucho tiempo, y no creo que esté muerto.

Las cejas de Luke se fruncieron en confusión. Acababa de jurar sobre la tumba de su hermano, así que ¿por qué no creía que estaba muerto? Casi hizo la pregunta, pero había una mirada atormentada en los ojos de Lara que le decía que él no estaba actualmente en la etapa de amistad como para saber esa información.

—Les prometemos que aquí estarán a salvo —dijo Judith, ofreciéndole la mano a Magna.

Magna tomó la mano de Judith y se dejó guiar a través de las puertas. Lara fue primero, dirigiéndose a través de las puertas con una mano en el cuchillo en su cinturón. Ella no conocía a estas personas, y por mucho que quisiera confiar en ellos por el bien de Judith, no podía bajar la guardia por una niña de diez años.

—Mierda —jadeó Luke cuando vio el interior de Alexandria.

—Esto es Alexandria —dijo Judith—. Este es mi hogar.

—También puede ser el suyo —dijo Lara—. Si no hacen nada estúpido.

—¡Mami! —gritó una voz emocionada, y Lara giró la cabeza para ver a Rosie corriendo hacia ella.

Ahora tenía casi ocho años y había crecido mucho en los últimos meses. Su pelo era largo, recogido en una cola de caballo que casi hacía juego con la de Lara, solo que el pelo de Rosie era del mismo castaño oscuro que el de Daryl. Se veía exactamente como su padre, pero mientras corría hacia Lara desde donde estaba con los otros niños, no era difícil pasar por alto que tenía la sonrisa de Lara.

Lara atrapó a Rosie en sus brazos cuando saltó hacia ella, haciéndola girar antes de volver a colocarla en el suelo—. Hola, cariño.

Gracie gritó—: ¡Hola, papi! —y comenzó a correr hacia ellos, pero el rostro de Aaron cambió a preocupación.

—Gracie, quédate donde estás —dijo Aaron.

Lara se encogió al darse cuenta de que Rosie todavía estaba de pie a su lado—. ¿Soy una mala madre por no decirle que se mantenga alejada?

Aaron se encogió de hombros.

Lara miró a su hija—. Oye, cariño, quédate cerca mío, ¿sí?

—Sí, mami —dijo Rosie, tomando su mano.

Un grupo de alexandrinos se les acercó y los ojos de Rosita se encontraron con los de Siddiq—. Hay otra más en la carreta. Una mujer con traumatismo de cráneo. Está consciente.

—Muy bien —dijo Siddiq, mirando en la parte trasera de la carreta—. Alex y las otras enfermeras están listos. La llevaré a la enfermería ahora mismo.

—Iré con ella —dijo Magna.

—Me temo que no podemos dejar que hagas eso —dijo Lara—. No hasta que sepamos que confiar en ustedes.

—¿Y cuándo será eso? —preguntó Magna.

Lara escuchó el relincho de un caballo fuera de las puertas y se encogió de hombros—. ¿Quizás dentro de cinco, seis minutos?

Michonne atravesó las puertas en su caballo y desmontó cuando vio a la gente reunida alrededor de los recién llegados. Tiró su bolso a un lado y se acercó a Lara. A pesar de tener el control, Lara tenía el poder que Michonne no podía. Ella era la hermana de Rick Grimes; estaba relacionada con la leyenda que derrotó a Negan. Se paró sobre el cuerpo de Negan mientras Rick ejercía misericordia sobre él y le salvaba la vida. Era la mujer de la que todo el mundo contaba historias.

—¿Quieren decirme qué es esto? —preguntó Michonne.

Lara se cruzó de brazos—. Cinco desconocidos, todos limpios, una va a la enfermería.

Michonne palmeó a Magna y se levantó—. ¿Todo limpios? ¿Están seguros de eso?

—Efectivamente —respondió Eugene—. Limpios. Entregaron sus armas voluntariamente y se sometieron a un cacheo estándar.

—¿Y por qué están aquí? —preguntó Michonne.

—Fue mi decisión —dijo Lara.

—No te corresponde —respondió Michonne.

—Me parece que sí me corresponde —respondió Lara.

Judith dio un paso adelante—. Yo lo hice. La tía Lara me está protegiendo. Necesitaban ayuda.

La expresión de Michonne se suavizó—. Judith, conoces las reglas. Todos ustedes las conocen.

—La cosa es que ahora están aquí —dijo Aaron—. Y una de ellos está muy herida. Siddiq la está revisando, pero... no te ofendas, pero quizás su destino sea algo que debemos decidir juntos.

—Pronto oscurecerá —dijo Gabriel—. Mañana a primera hora podemos llevarlos ante el consejo para una votación.

—Pudieron haber matado a Judith —dijo Lara—. Ella fue quien los encontró. Podrían haberla matado a ella y luego a nosotros, pero no lo hicieron. Así que hablaremos de esto mañana.

—Bien —dijo Michonne—. Pónganlos en confinamiento.

—Vamos —dijo DJ.

A la mañana siguiente el consejo votó por dejarlos quedarse, pero no sin enfrentar una serie de problemas. Michonne dedujo que Magna había sido arrestada y encarcelada antes del apocalipsis, y que estaba escondiendo armas en artículos ordinarios. A pesar de ello el consejo siguió firme con su voto para dejarlos quedarse, especialmente después de que Lara sacó a relucir el pasado de Michonne. Cuando la conocieron, también podrían haberla, pero en cambio la dejaron entrar y con el tiempo demostró ser uno de sus miembros más valiosos.

Después de eso, estaba decidido.