BLEEDING OUT | Daryl Dixon ²

[28] CHICO DESAPARECIDO

Lara durmió el dolor por el resto del día y Daryl no se apartó de su lado. Mientras se sentaba junto a su esposa dormida, sosteniendo su mano en la suya, dejó caer la cabeza y apoyó la frente en sus manos entrelazadas.

—Debería haber estado allí —dijo Daryl—. No solo hoy, sino todos los días desde lo de Rick. Lamento haberte lastimado y defraudado. Nunca quise hacerte daño. Quiero recuperar a nuestra familia, Lara. No solo Ro, tú y yo, sino todos los que perdimos y los que siguen aquí. Solo los quiero de vuelta. Lo siento. Voy a ser mejor para ti.

—No tienes que ser mejor —murmuró Lara mientras sus ojos se abrían lentamente—. Ya eres lo mejor de mi vida.

Daryl miró a su esposa al escuchar su voz—. ¿Cómo te sientes?

—Como si me hubieran disparado —respondió Lara—. Pero aparte de eso, me siento mejor. ¿Enid me cosió bien?

—Sí —dijo Daryl—. Uh... ¿cuánto de eso escuchaste?

—Casi todo —respondió Lara—. Recuerdo claramente cómo me rogabas. "Por favor Lara. No me dejes Lara. Te necesito más de lo que necesito aire para respirar, Lara".

Daryl la miró—. Yo no ruego.

—Eso es lo que escuché —dijo Lara, encogiéndose ligeramente de hombros—. Mi hombro se siente bien. Debería estar de pie en poco tiempo.

—Absolutamente no —respondió Daryl—. Vas a descansar.

—Absolutamente no —dijo Lara, igualando el tono de Daryl—. Volveré a ponerme de pie lo antes posible. Todavía tengo un buen brazo.

—Enid dijo que tuviste suerte de no haber causado daños más graves —dijo Daryl—. Sacar la bala no fue algo inteligente.

—Mejor eso que ser parte cyborg —dijo Lara—. Y yo sabía lo que estaba haciendo.

—Podrías haber dañado los nervios —dijo Daryl—. ¿Puedes mover los dedos?

Lara movió las manos, ignorando el dolor—. Sí, puedo.

—Está bien —dijo Daryl—. Tómalo con calma.

Un golpe en la puerta señaló la entrada de Addy, una chica que vivía en Hilltop—. ¿Daryl?

—¿Sí? —preguntó Daryl.

—Encontré esto en la habitación de Henry —dijo Addy, tendiéndole un papel.

Daryl lo tomó y Lara se incorporó para mirar el papel—. ¿Qué dice?

—Diablos —susurró Daryl—. Me tengo que ir.

—¿Qué dice? —preguntó Lara nuevamente.

Le arrebató el papel a Daryl y leyó lo que estaba escrito: "No puedo vivir con esto. Fui a buscar a Lydia". Lara suspiró. Era la escritura de Henry. Desde que fue secuestrada por los Susurradores, Lara había perdido el hecho de que la chica se llamaba Lydia y que era víctima de abuso. Henry se había encariñado con ella, según Daryl, de ahí su partida para buscarla.

—Tengo que encontrarlo —dijo Daryl.

—Iré contigo —respondió Lara.

—No, absolutamente no.

—No tienes elección —espetó Lara—. Henry es como mi propio hijo.

Daryl suspiró—. Tienes diez minutos. Si no estás lista, me voy sin ti.

Mientras Daryl fue a hablar con Tara, Lara se vistió con un conjunto de ropa limpio que le había dejado Enid. Se ató el brazo en un cabestrillo como precaución adicional y salió de la sala médica. No se encontró con nadie en el camino a la casa, solo pasó junto a Connie, que estaba sentada sola en un banco, garabateando en un bloc de notas.

Lara vio a Tara de pie en los escalones con Daryl, sosteniendo las armas de Lara. Dirigiéndose hacia ella, Lara tomó la espada y el resto de sus armas, preparándose para la expedición.

—¿Estás segura de que estás bien para hacer esto? —preguntó Tara.

Lara asintió—. Estaré bien. Todavía tengo un buen brazo.

—Estás pidiendo meterte en problemas —dijo Tara—. Pero bueno, ten cuidado, ¿de acuerdo?

Lara sonrió—. ¿Preocupada por mí?

Tara puso los ojos en blanco—. Sí, porque eres estúpida.

—Todo estará bien —dijo Lara, tendiéndole la mano para chocar el puño—. Volveré con Henry.

Tara correspondió el golpe de puño y sonrió levemente—. Sólo ten cuidado.

—¿Estás listo? —le preguntó Lara a Daryl.

Él asintió y juntos se dirigieron hacia las puertas. Al escuchar pasos corriendo detrás de ella, Lara se volvió y vio que Connie se detenía justo frente a ellos. Garabateó una nota apresuradamente en su cuaderno.

¿A dónde van?

Para responder, Daryl levantó la nota de Henry.

Connie escribió: Iré con ustedes.

—No —respondió Daryl. Empujó a Connie, pero ella lo agarró del brazo y Daryl preguntó—: ¿Por qué?

Lara hizo la pregunta en lenguaje de señas y Connie respondió: Yo tampoco puedo vivir con eso.

Daryl miró a Lara, quien alzó las cejas—. ¿Qué dijo?

—Dijo que tampoco puede vivir con eso —respondió Lara, antes de mirar a Connie y señalizar: Ven con nosotros. Tres es mejor que dos.

—¿Qué estás diciendo? —preguntó Daryl.

—Ella vendrá con nosotros —dijo Lara.

—¿Sabes lenguaje de señas? —preguntó Daryl.

—Sí —dijo Lara—. Había un niño en mi clase que perdió la audición cuando tenía seis años. Aprendí para que se sintiera incluido, y la mayoría de la clase también aprendió.

—Estás haciendo señas mientras hablas —dijo Daryl, señalando las manos de Lara.

Se dio cuenta de que inconscientemente había estado señalizando la oración que dijo mientras caminaban para que Connie pudiera entender. Ella sonrió—. Sí, pensé que lo había olvidado, pero eso es algo que no se olvida.

—Estoy de acuerdo —señalizó Connie—. Es bueno conocer a alguien que sabe hablar en lenguaje de señas.

—Bueno, me aseguraré de que los demás comiencen a aprender —dijo Lara, haciéndole señas a Connie.

Mientras emprendían su expedición, Lara comenzó a enseñarle a Daryl los conceptos básicos del lenguaje de señas. Pasaron el tiempo practicando hasta que finalmente amaneció y pudieron orientarse.

Al encontrar una serie de huellas en el barro, Connie hizo señas: Los alcanzó.

—Sí —dijo Daryl—. Hubo forcejeos.

Connie hizo un gesto hacia sus ojos y luego hacia los de Daryl, incitándolo a pronunciar la oración de nuevo, esta vez más despacio para permitir que Connie entendiera. Lara escuchó a Dog ladrar y lo vio olfateando un familiar bastón de madera.

—Eso es de Henry —dijo Lara, mientras le quitaba el palo a Daryl.

—Buen chico —le dijo Daryl a su perro—. Buen chico.

El gruñido de los caminantes hizo que Lara se volviera, y cuando vio a dos caminantes acercándose a ellos, Daryl le disparó a uno con su ballesta mientras Connie se ocupaba del otro.

Daryl le silbó a Dog, quien recuperó la flecha y se la devolvió a Daryl. Cuando trató de tomarla, Dog se movió y partió la flecha en dos. Daryl compartió una mirada con Lara antes de suspirar.

—Perro malo.