[05] SALVADORES, SÁLVENNOS

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Regresaron al Santuario justo después del anochecer, y cuando cruzaron las puertas, toda la habitación se quedó en silencio cuando alguien dijo entre la multitud—: Rick Grimes está aquí.

—Es el hombre que puso fin a la guerra —dijo un hombre llamado Potter—. ¿Negan está sufriendo? Espero que sí.

—Hola —dijo Eugene, dirigiéndose hacia ellos a través de la multitud que se estaba formando—. Todo estuvo bien en tu ausencia, salvo por una cierta camarilla de Salvadores que me miraron mal, pero redacté una lista de temas que requieren tu atención inmediata.

—Ahora no —respondió Daryl.

—Revisé las provisiones —dijo Laura—. Es una buena cantidad. Deberías anunciárselos a todos.

—No me subiré a un escenario para dar un maldito discurso como hacía él —dijo Daryl—. Es un mal momento. Acabamos de perder a alguien.

—Daryl —dijo Lara, mientras se detenía.

Daryl se unió a ella y siguió los ojos de Lara hasta la pared, donde alguien había pintado con aerosol las palabras "SALVADORES, SÁLVENNOS" y debajo de eso se leía "TODAVÍA SOMOS NEGAN".

—¿Esto es frecuente? —preguntó Michonne.

—Cada vez más desde que las cosechas murieron —respondió Daryl—. Eugene, Jerry, ¿saben quién hizo eso?

—No lo sé —respondió Jerry.

—Negativo —agregó Eugene.

—Justin, borra eso —instruyó Daryl.

Justin no era la persona favorita de Lara; se negaba a dejar que las viejas costumbres murieran y se aferraba a la esperanza de que Negan regresaría para "salvarlos". Era cruel, el tipo de persona que luchaba para salir de algo con los puños. Y tampoco le gustaba que le dijeran qué hacer.

—¿Cómo? —preguntó Justin, mirando a Daryl con una expresión crítica en su rostro.

—¿Qué quieres decir con "como"? —espetó Daryl—. Con pintura.

—Usamos toda la pintura —respondió Justin.

—Que coincidencia —murmuró Lara.

—Bueno, resuélvelo —dijo Daryl.

Justin suspiró y se puso de pie, dirigiéndose a buscar una solución. Lara se volvió hacia Daryl—. Voy a buscar a Ro. Kayla la tuvo todo el día.

—Bien —dijo Daryl—. Búscame cuando la tengas.

—Lo haré —respondió Lara.

Al subir las escaleras, Lara estaba agradecida de estar sola y lejos de los residentes del Santuario. Aunque no lo admitiría, las palabras en la pared la asustaron, porque se preguntaba qué pasaría si Negan volvía a asumir el poder. ¿Qué sería de ella y su familia después de lo que le habían hecho? Sabía que probablemente todos terminarían muertos, y, sin importar cómo la actitud de Negan parecía haber cambiado, sabía que probablemente solo era una actuación y que él estaba esperando el momento adecuado.

Llamando a la puerta de Kayla, Connor respondió con una sonrisa en su rostro—. ¡Mami, Lara está aquí!

—¡Dile que entre, Con!

—Adelante —dijo Connor, retrocediendo para dejar entrar a Lara en la habitación.

Kayla no se había mudado de la misma habitación en la que había vivido durante el tiempo de Negan en el poder, y Lara sabía que debía ser difícil para ella considerar mudarse. Su esposo había sido un buen hombre, y en las pocas semanas que Lara lo había conocido, había actuado como si hubieran sido amigos durante años. Desafortunadamente, el cáncer era una mierda, y poco después de que Lara lo conociera, él falleció, dejando a Kayla sola para criar a un niño de cinco años y un bebé.

BLEEDING OUT | Daryl Dixon ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora