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Capítulo 31

Lady Whistledown se hizo eco de la marcha de Kate.

"Nuestro amado vizconde ha visto como su vizcondesa ha debido marcharse a su lugar de origen por la enfermedad de un familiar, deseamos que vuelva pronto para que le acompañe en los futuros bailes y sean las estrellas que más brillan con permiso de los demás".

Penélope debe sospechar algo, pero sabe que como deje en entredicho el motivo voy a ir a hablar con ella.

Mi recuperación ya deja de ser noticia pues vuelvo a la sociedad londinense pronto a dar caminatas junto a mi prometido todas las mañanas. Lo que en un principio era ir saludando a todo conocido, ya dejamos de ser tan protagonistas y salimos sin reparo.

Volvemos a casa de los Bridgerton, esta vez hemos salido de noche, las noches de verano son muy agradables para pasear. Su familia va a comenzar a cenar y me invitan a hacerlo con ellos.

Anthony tiene mal aspecto, le veo siempre de mal humor, peor de lo que solía estar, ojeras, color pálido de piel.

En mitad de la cena después de hablar de las novedades de la próxima boda de Ben y mía que cada día está más cerca la matriarca de los Bridgerton mira a Anthony que apenas ha cenado.

-Anthony, ¿Has recibido correspondencia de Kate?

El nombrado apenas mira un segundo a su madre para volver a mirar su plato de sopa casi sin probar. Niega con la cabeza.

Se produce un silencio incómodo. Todos deben sospechar que algo ocurre cuando Kate no se ha puesto en contacto con él por carta. Eso sumado al aspecto de Anthony es lo que preocupa a todos.

-Solo quedan dos semanas para la boda..-Benedict ante ese silencio sale al rescate y todos comenzamos a hablar de ello.

-Anne cariño, debes ir a Madame Delacroix para hacer los últimos arreglos ¿Verdad?

-Así es, el vestido está quedando precioso. Esa mujer es la mejor con las telas.-Sonrío.

-No puedo esperar para verte vestida de novia yendo al altar hacia mí.

Miro a los ojos de Ben, me derrito por él y por su palabrería. Sonrío y unos segundos después se escucha la silla de Anthony arrastrarse para incorporarse.

-Lo siento, me marcho a mi habitación, no me encuentro bien.

-¿Necesitas que llamemos al médico?

-No es necesario madre. Gracias. Sigan disfrutando de la cena.

Anthony se marcha. Me quedo observando como se va de la estancia y me preocupa. En este tiempo no he cruzado palabra con él desde nuestra conversación en el salón de casa.

Cuando acabamos la cena Ben me acompaña a casa y nos despedimos con un casto beso, pues hay gente pasando por allí. Todos parecen estar dormidos y el servicio se retira a descansar.

Me cambio y me meto en la cama pensando en lo que se acontece. La boda, nuestra boda, de Ben y mía. Y pensar que cuando llegué mi pensamiento era que nunca me casaría. ¿Cómo ha ocurrido esto tan rápido? Ben era la respuesta, su atención, su amor, su carácter, lo tenía todo. Y yo había bajado mis defensas casamenteras con él.

No puedo dormir, estoy nerviosa por lo que enciendo una vela y me siento al lado de la ventana abierta a leer un poco. La lluvia de verano se escucha de fondo y me relaja.

Siento que el sueño no quiere acompañarme y salgo al pasillo con esa misma vela. Me dirijo a la habitación de Peter y le veo en una pose imposible, intento alejarlo del borde de la cama para que no se caiga y pienso en padre. Nuestro padre perdió la vida aquí por una herida de bala cuando fueron de caza y yo por cosas del destino casi le acompaño allá donde esté por el mismo motivo.