Lady Danbury nos mira mientras tomamos té. Tía Diana nos ha dado una charla una y otra vez de camino a la casa de la señora Danbury de nuestro comportamiento y contestaciones. Debíamos dar buena imagen.
Miro a Peter que está poniendo los ojos vizcos para hacer reír a Sam y subo mis cejas en un reproche silencioso.
-No puedo negar que ha sido una sorpresa cuando me dijeron que la familia Coleman había venido a visitarme.
-Agradecemos que nos haya invitado a tomar té Lady Danbury.-Habla esta vez mi tía soltando la taza de té en una mesa.
-Señor Coleman, ha encontrado una futura esposa preciosa y con unos modales exquisitos.
-Gracias Lady Danbury, he tenido mucha suerte de encontrar a Julieth.-Mi hermano agarra la mano de su prometida y le sonríe a lo que ella sonríe.
-Y señorita Anne, ¿usted se ha presentado en Francia para conocer a alguien con el que poder desposarse?
Miro a mi tía, que abre los ojos, sabe lo que pienso sobre el matrimonio pero me contengo, es lo menos que puedo hacer por ella después de todo su sacrificio por cuidar de 5 hijos que no son suyos.
-Aún no, no hay fiestas de ese tipo en Francia, se puede decir que no he conocido a mi futuro esposo todavía.
-Oh, qué gran noticia.-La miro y vuelvo a mirar nerviosa a mi tía.-No me malinterpretes, nada más verte, cuando has entrado a la estancia he podido ver que tienes muchas cualidades para presentarte esta temporada.
Recuerdo la última temporada a la que fui solo por acompañar a mi hermano y padres. Eloise y yo no parábamos de escondernos e irnos fuera del salón. Qué horror. Presentaban a las mujeres como ganado, cual caballo que regalan y miran los dientes, la crin y el color.
-Eso sería un gran honor Lady Danbury, sería un honor para mi sobrina.-Ante mi parálisis verbal interviene mi tía, a la cual miro pero me contengo, tengo ganas de gritar.
-Estupendo, la reina estoy segura que podría considerarla el diamante.
Mi hermano Christopher gira la cabeza pero puedo verle aguantar la risa.
-Disculpen mi desconocimiento, pero ¿de qué trata ser el diamante y eso de la temporada?-La idiota de Julieth interviene mirando a Lady Danbury.
-No hay por qué disculparse, procedes de otro país, querida Julieth, el diamante lo escoge la reina Charlotte durante la fiesta en la que se presentan las chicas que están interesadas en encontrar esposo y los jóvenes quieren encontrar a esa mujer que le provea de amor e hijos en su vida.
-Oh, debe ser muy interesante este año vivirlo en primera persona.-Me mira y sé que lo dice con doble sentido, esa estúpida a la que todo le parece que huele a mierda.
-Sí, va a ser una gran temporada.-Hablo esta vez mirando desafiante a Julieth y luego sonreír a Lady Danbury.
Cuando llegamos a casa me voy a la habitación y me tumbo boca abajo en mi cama.
Me gustaba estar en Londres de nuevo, volver a casa y poder volver ver personas a las que siempre he querido.
Sam y Peter entrar en la habitación y se tiran encima de mí.
-Enanos, ¿no es hora de que estéis en la cama ya?
-Sí, pero no tenemos sueño.-Dice Sam mientras giro mi cabeza para mirarles.
-Las galletas que habéis comido en casa de Lady Danbury os han hecho estar activos ahora por la noche.
-Queremos jugar fuera.
-Es tarde Peter, no es posible. Tenéis que ir a dormir, como os pille tía Diana vais a querer llorar. Ella no va a ser tan comprensible.
Ambos niños me miran tristes pero me levanto con ellos a regañadientes y cierro la puerta de cada una de sus habitaciones cuando están dentro.
Mañana vamos a hacer algunas visitas, entre ellas a una de las modistas de la ciudad para renovar vestuario tanto de nuestra tía como el mío y desgraciadamente vendría Julieth.
Entramos en la tienda, una señorita con acento francés nos atiende y se emociona cuando ve que Julieth es de allí y que nosotros hemos vivido estos años allí. Mi tía la conoce, sabe que es buena modista pero yo no me he interesado en la moda nunca.
Me pruebo un par de muestras y termino eligiendo una tela que me gusta, es del color del champagne, y en la parte de arriba del corte tiene una pedrería preciosa y la falda tan larga llevará una tela doble, una del color del vestido y otra encima transparente de organza que le dará un volumen bonito.
Julieth nos hace perder muchísimo tiempo, se prueba y duda con mil colores, es horrible.
La campanita indica que alguien ha entrado, estoy sentada en un sillón viendo cómo Julieth vuelve a quejarse de que el color lila no realza su color azul de ojos cuando miro para ver quién ha entrado.
-Penelope...-Digo en tono medio y hago que la chica me mire abriendo la boca por la sorpresa. Viene acompañada de su madre.
-Anne...
Ella me reconoce y me levanto rápido para correr a abrazarla. La abrazó con tanta fuerza que creo que le cuesta respirar cuando me aleja un poco.
-¿Cómo es posible? ¡Has vuelto!
Damos saltos y alguien se aclara la garganta. La señora Featherington aleja un poco a su hija y me mira algo altiva.
-Señorita Coleman, no le hacíamos por Londres de nuevo.
Tía Diana se acerca sonriente antes de que le conteste.
-Lady Portia Featherington, es todo un placer volver a verla.
Portia la mira y se sorprende ver a mi tía, seguramente esperaría a mi madre.
-Lo mismo digo. ¿Cómo es posible que hayáis vuelto a Londres? Después de la tragedia que ocurrió y de cómo fueron los.... acontecimientos posteriores.-Hace una pausa, estoy segura de que iba a decir algo de la locura de madre.
-Hemos creído que era buen momento de que vuelvan a su origen. -Las sonrisas se fuerzan aún más entre las dos mujeres más mayores.
-Es algo extraño, usted vivía en Francia, decidió llevarse a todos los Coleman a su país, y ahora, sin motivo alguno vuelven a Londres. Disculpe que me haya entrometido, pero es simple curiosidad.
-No se preocupe, no lo tomo como un comentario negativo, simplemente es porque los chicos vuelvan, mi sobrino va a casarse, volverá a Francia, pero Anne, Peter o Sam creo que es buen momento para que vivan aquí.
La señora Featherington no parece convencida, estoy a punto de contestar a esa mujer, siempre era así y parecía que no había cambiado.
Penélope y yo los agarramos con fuerza las manos y reímos y damos un grito.
-Penelope debes saber comportarte, no eres una chiquilla con 12 años, eres una mujer.
Penélope suelta mis manos y se encoge de hombros para pedirme disculpas.
-Me alegra tanto volver a verte.-Digo esta vez yo mientras me contengo en abrazarla.
-Cuando se entere Eloise no se lo va a poder creer.
-Por favor no le digas nada, vamos a casa de los Bridgerton esta tarde, solamente su madre ha recibido nuestra carta y nos prometió que no diría nada.
-No te preocupes, no le diré nada.
Volvemos a sonreírnos y Julieth después de una breve presentación con las Featherington nos vamos a casa ya que es la hora de la comida.
Se acercaba el momento de volver a reencontrarme con los Bridgerton.
ESTÁS LEYENDO
Back to you \\ Anthony Bridgerton // \\ Benedict Bridgerton //
أدب الهواةAnne Coleman había vivido en Londres hasta la temprana edad de 14 años. Había cambiado, mucho, ya no era la niña que se había ido de allí después de que su padre perdiese la vida en un accidente de caza y su madre quedara como todos decían "loca". ...