El carruaje iba de un lado para otro por aquellos caminos empedrados. Piper se aferraba al brazo de su esposa, mientras una gran tormenta rugía fuera haciendo que los truenos retumbaran el interior de sus cabezas y los rayos iluminaran el interior del coche, dejando ver la cara de la joven asustada y cada vez más pálida. Alex la rodeó con sus brazos y ella sintió su cálido aliento en el cuello, se aferraba con desesperación.
Aquella mujer la reconfortaba con cualquier gesto, con una simple mirada. La amaba, tanto y de tal forma, que esa noche la haría suya por más que protestara. Lo había decidido cuando habló con su hermano y después del breve cambio de palabras en el comedor, aún la deseaba más. Le demostraría que ella era una mujer en el más pleno sentido de la palabra.
Miró hacia su derecha y vio la bajada de la pendiente que constituía el camino a la casa que compartieron su noche de bodas, y Piper recordó. Un sentimiento de culpa y pesadumbre la embargó hasta el mismo centro de su ser. Se sentía un fraude, pero ese sentimiento iba a cambiarlo esa misma noche: iba a tomar las riendas de su vida y la de sus sentimientos.
Aquella noche fue toda una revelación para ella y ésta noche lo sería para Alex. Su esposa se había portado muy bien con ella... hasta ese día. Se indignó cuando vio que Daniel y no Caleb la acompañaba al altar. Pensó, como en otra ocasión, que ese otro gigante rubio era otra cosa que su hermano aunque no dijese nada. Tras la ceremonia la había arrinconado en una sala de la casa de sus padres para decirle que ahora ella no podría verse a escondidas con nadie más que no fuera la pelinegra. No la alarmó el tono furioso que empleó, ni que la acusara de veleidosa, cosa que ya había sucedido en otra ocasión, sino que la acusación llegase a oídos de su hermano Daniel quien se enojó hasta el punto de pedir la cabeza de Alex en bandeja de plata. O peor aún, que fuese el mismo Daniel quien se la cortara.
El que la rueda del carruaje tropezara con una piedra hizo que el coche se sacudiera y con él los recuerdos de la joven. Pero algo no iba bien. Lo sentía en los huesos. De repente, el coche comenzó a bambolear de un lado a otro. Un crujido sonó como un estallido y el coche comenzaba a caer.
—Maldita sea —rechinó Alex—. Hemos partido una rueda. Agárrate, creo que vamos a volcar.
Por unos intensos segundos el coche recobró la estabilidad para luego caer hacia su costado derecho, justo del lado que estaba la bajada de la ladera. Un rugido clamó el aire. En un intento de proteger a su mujer, Alex enterró la cabeza de Piper en su pecho y la protegió con el brazo al tiempo que encerraba su cuerpo todo lo posible con el suyo propio. Al principio el coche se deslizó por la cuesta pero al final bajó dando tumbos hasta que quedó al pie de la ladera con un sonido sordo. El cochero murió en el acto. Los caballos quedaron atrapados bajo el carruaje y uno de ellos también murió quedándose el otro malherido. Dentro, las dos ocupantes estaban inconscientes pero aún respiraban. Los brazos de la pelinegra estaban llenos de arañazos y cortes superficiales. Ella, aunque sin conocimiento, estaba ilesa. Alex se movió con cuidado. Llevó los dedos hacia la orta de su mujer y comprobó que ésta vivía. Un sonido de alivio escapó de su garganta al comprobar que ambas estaban vivas. Se incorporó y rompió la puerta que estaba sobre sus cabezas y salió de aquella trampa. Miró a su alrededor y reconoció la zona donde habían caído. Nada más ver al cochero comprendió que estaba muerto. Y los caballos también. Uno ya lo estaba, el otro no tardaría en morir.
Volvió a entrar e intentó despertar a su mujer. Estaba muy conmocionada pero entre quejidos abrió los ojos. —Hemos volcado a pocos metros de una cabaña de leñadores dentro de nuestra propiedad —informó a su mujer—. ¿Puedes andar? Ella asintió.
—¿Cómo está Fernando? —preguntó refiriéndose al cochero. Alex negó con la cabeza y ella suspiró resignada. —Lo siento tanto —sollozó.
—Ahora tenemos que preocuparnos por nosotros. Salgamos de aquí. Te llevaré hasta la cabaña y luego volveré a por nuestras cosas.
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🔱 MY LADY 🔱 G!P
FanficAlex Pearl Vause, es la libertina más perversamente posesiva y seductora de Londres, y es la heredera del ducado de Herby, pero su poderoso rango viene acompañado de una responsabilidad que ella no desea: la de contraer matrimonio con una extranjera...