Advertencia: El lenguaje de este capitulo puede llegar a ser muy cruel y violento.
Watford, enero 1892
Un buen fuego crepitaba en el hogar, la marquesa viuda contemplaba la habitación, y al hombre que la acompañaba con una sonrisa resplandeciente. Habían pasado muchos años, pero por fin podía salirse con la suya y asestar un golpe de gracia a las dos personas que más odiaba en la vida. De pronto, la mujer empezó a reír con grandes carcajadas que hicieron eco en la amplia sala. Ni la gran alfombra turca que cubría el suelo, ni las pesadas cortinas de terciopelo verde esmeralda, así como tampoco los pesados muebles de madera de caoba impedían el eco en la sala. El hombre que estaba a su lado la imitó pues sabía exactamente qué era lo que tanto alegraba a su compañera en aquella cálida noche invernal: una carta procedente de Boston donde se le informaba que su sobrina Piper llegaría a principios de marzo, según dicha carta el Tromby llegaría al puerto de Dover el 8 de Marzo con la sobrina a bordo. Tendrían que hacer un largo viaje en carruaje, pero sería el viaje más encantador que hubiese hecho en la vida.
Nuevamente la mujer volvió a reír.
Formaban una pareja extraña. La marquesa era una mujer menuda de cincuenta y ocho años que se conservaba muy bien pues apenas tenía unas pocas arrugas alrededor de los ojos y en los extremos de la boca. Su cabello seguía siendo tan negro como cuando era una jovencita, y sin una sola cana. Su cuerpo seguía siendo grácil sin duda alguna. El hecho de no haber tenido ningún hijo era un punto a su favor.
En cambio, el amante era unos veintiocho años más joven, treinta recién cumplidos. Era un hombre un poco más alto que la marquesa y robusto: el vientre lo tenía un poco rollizo por los excesos de comida y de alcohol. Pese a parecer que tenía un carácter afable, debajo de esa capa falsa con la que se vestía, era un ser que tenía una extraña y peculiar noción de la justicia. No siempre estaba de acuerdo con las maldades de su amante, pero siempre la había apoyado en todas sus maquinaciones. Solo una vez se alegró de que una de esas fracasara, aunque se abstuvo de revelarla.
La chica salió bastante traumatizada, si bien no dañada físicamente, al menos, no había sido violada como pretendía Anna, aunque la escena que presenció le heló la sangre. La muchachita había clavado un hacha en el cráneo de aquel repugnante soldado a quien había contratado para que la violara. Al final resultó que mientras el cabrón violaba a la niñera de la chica, esta se abalanzó sobre él hacha en mano, y de un solo y certero golpe, la enterró en la nuca provocándole la muerte instantánea. Anna jamás sabría nada por su boca. Hasta hace una semana, él no sabía que esa chica que casi fue violada en Boston hacía seis años por orden suya, era la sobrina de la mujer con quien él retozaba por las noches. Aquel descubrimiento le heló la sangre como se la heló, cuando después de pagar al viejo asqueroso, se enteró que era a una niña a quien iba dirigido el trabajito. Por suerte para su rara conciencia, la muchacha empleaba sus puños y las armas mejor que hombres adiestrados. Eso la salvó de la violación, pero no de los futuros trastornos mentales que la chica padecería ahora por ello.
De nuevo la risa de la mujer lo trajo al presente.
—No tienes de que preocuparte, hermanita —dijo como si en verdad su hermana estuviese presente—. ¡Oh, no! Alex se casará con tu trastornada hija, esa hija que tanto odia a los hombres. Hace seis años que aguardo mi pequeña victoria, Carol, lo que sí siento es haberme perdido el espectáculo de ese viejo seboso metiéndosela a mi pequeña y encantadora sobrina. Pobrecita, violada con solo doce años. Ojalá hubiera sido ya mujer y hubiese tenido un crío de ese apestoso —los ojos de la mujer brillaron con odio—. Debió haberle gustado desflorarla, y por eso no cobró el resto del dinero acordado —hablaba como para sí misma—. En fin, mejor para mis bolsillos.
La mujer se mostraba desquiciada. Nadie en su sano juicio podría ser tan retorcido como ella: vengarse de la hermana atacando a la hija.
El hombre se alegró de no haberle contado nunca la verdad, él incluso dudaba que la chica lo supiese, estuvo un mes conmocionada por lo ocurrido. Desde entonces, ningún hombre, salvo los de la familia, podían acercarse a ella. Carol había escrito a su hermana contándole lo sucedido en el pasado, y le pedía que la ayudara. Hacía tres meses que le había enviado una carta rogándole que encontrase una solución. La solución que Anna había encontrado le daban ganas de vomitar pues era lo mismo que arrojar a un cristiano al foso de los leones en la antigua Roma. Empujaba a su sobrina inocente a ser la esposa y amante de una mujer que tenía fama de cruel con las mujeres de buena familia, y pese a toda una libertina insaciable.
—Esa idiota de mi hermana creía que iba a salirse con la suya sin pagar un precio —repuso Anna—, pues estoy segura que ya se habrá lamentado lo suficiente. Cuánto me alegro. No solo me quitó la oportunidad de ser duquesa, sino que después se escapó con aquel teniente delgaducho que no tenía donde caerse muerto —siguió diciendo—. Sí también a él lo odio: fijarse en esa mosquita muerta cuando yo era cien veces más hermosa e inteligente —soltó una risotada—. Pero ahora será la hija de Bill quien sufrirá. Me gustaría estar en la alcoba nupcial la noche de bodas de esos dos. Ver a Alex humillada cuando descubra que su cándida esposa no es virgen, y ver la cara de esa condenada niña cuando ella la repudie y la eche a patadas de su lecho y de su alcoba...
La mujer se quedó unos instantes pensativa.
—Esa cabrona lo hizo conmigo, me despreció.
—¿Y si a pesar de todo lo que has planeado, Alex acaba enamorándose de tu sobrina? —le preguntó el hombre—, ¿qué piensas hacer?
Los ojos de la mujer relucieron peligrosos.
—Mataré a su primogénito, pero antes me aseguraré de que Alex esté dos metros bajo tierra. Deben pagar los dos. Cada humillación tiene su precio. Claro que siempre puedo hacerla dudar de la maternidad de la criatura. Eso sería como una muerte dulce y lenta para ella.
—Yo preferiría verla muerta —adujo el hombre.
—Eso querido, no es tan dulce —sonrió acercándose al amante.
—Pero es una forma de acabar con su miserable vida sin hacer mucho daño a la chica —respondió el hombre—. Ella no tiene la culpa de que esa tipa sea una vil mujeriega, aunque selectiva en sus conquistas, ni que tú guardes tanto rencor hacia tu hermana y la familia de los duques de Herby.
⚜️⚜️⚜️⚜️⚜️
Una disculpa por no haber actualizado esta semana, estaba en final de semestre 🥲Este capítulo si estuvo fuerte, es detestable ver como la tía de Piper le tenga tanto rencor a Carol, como para llegar a hacerle daño a su sobrina 🥲
No olviden dejar sus comentarios y su ⭐️, me encantaria leer, si a ustedes les emociona esta historias tanto como a mi.
Que tengan lindo día 😊
ESTÁS LEYENDO
🔱 MY LADY 🔱 G!P
FanfictionAlex Pearl Vause, es la libertina más perversamente posesiva y seductora de Londres, y es la heredera del ducado de Herby, pero su poderoso rango viene acompañado de una responsabilidad que ella no desea: la de contraer matrimonio con una extranjera...