Capítulo 23

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Mía y yo nos acercamos a la barra. Ella pide una cerveza fría y yo vodka con Coca-Cola, y luego nos sentamos en los taburetes.

Llevamos un rato bailando sin parar y ya nos estábamos cansando. No sé en que hora vivimos, supongo que en las cuatro o tres de la madrugada, pero parece que a la gente no le importa en lo absoluto.

– ¿Has visto a Lydia? Después de que anunciaran el Año Nuevo no la he vuelto a ver.

Mía me mira con una sonrisa cómplice.

– Tú estabas bailando cuando vino a avisarme de que salía un momento a tomar el aire – me explica sonriendo pícaramente –. Iba con Sam.

Estallamos en una carcajada a la vez. Lydia siempre consigue lo que quiere.

– ¿Y tú qué? – pregunta Mía tras darle un sorbo a su cerveza –. Isak y Mateo se han largado hace un rato, Lydia y Sam seguro que están al tema, y en cualquier momento me marcho con Axel. ¿Qué vas a hacer con Ethan?

Me quedo callada un momento. Aún no he pensado en ello.

– No sé...

– Pero, ¿se lo has dicho?

– Aún no...

– ¡Y a qué esperas! – suelta alzando la voz y las manos.

Busco a Ethan con la mirada. Está junto a Axel bailando y un par de chicas no paran de mirarlo.

– No creo que se lo diga – susurro, aunque Mía me oye.

– ¿Por qué? – pregunta confusa.

– Ethan es... como todos. Le gusta tener a chicas detrás de él para luego mandarlas a paseo – me explico sin apartar la vista de ese chico alto que se mueve al son de la música –. Es igual a James...

– ¡Ni lo nombres! – me reprocha mi amiga –. Ethan es mujeriego, vale, no te lo niego, pero no es como James. James fue un cabrón contigo e Ethan es buen chico. Tiene sus defectos, lo sé, pero te trata bien y nunca se ha pasado contigo. Deja de mirar para él y corre a decirle de una vez que te gusta, joder.

La miro alzando las cejas. Es raro escucharla decir las cosas de forma tan directa. Ella me imita alzando sus cejas también.

– Adelante, es el momento – susurra –. Año nuevo, vida nueva, ¿no?

Miro mi vaso de vodka durante unos segundos y luego asiento con la cabeza. Nos levantamos a la vez justo cuando dos tíos nos silban con descaro. Nuestra respuesta es un movimiento rápido del dedo corazón y un cariñoso comentario: gilipollas.

Caminamos hacia los chicos. Mía va delante ya que es más alta que yo y ve por donde anda. Yo hasta con tacones soy enana. Llegamos junto a Axel que besa a Mía en cuanto la ve. Ethan no está y de las chicas que tenía alrededor solo queda una, que baila con otro chico.

Suelto un suspiro sonoro y Mía me mira sin entender, hasta que no ve a Ethan y baja la vista haciendo una mueca.

Empezando el año con buen pie, bravo Eila.

Intento sacar de mi cabeza esos pensamientos de frustración y doy un trago al contenido del vaso antes de empezar a escuchar la música. R.I.P. de Sofía Reyes, Anitta y Rita Ora, suena de fondo. Intento bailar, aunque se nota que no estoy muy de humor. Mía baila conmigo hasta que Axel le habla al oído.

– Eila, ¿te molesta que me vaya con Axel? – pregunta seriamente preocupada por mí.

– Por dios, Mía, ¡lárgate tú que puedes! – le digo con una sonrisa un tanto forzada.

[1]Desde que te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora