Capítulo 37

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este capítulo tiene contenido +18 así que os recomiendo leerlo en la intimidad ;)

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Bajar de la noria tiene su chiste a pesar de todo. Por una parte nos llevamos una reprimenda por parte del encargado de la atracción, que nos repite casi gritando las innumerables normas de la noria y que nunca, en lo que lleva trabajando, le ha pasado algo parecido.

Ethan se excusa varias veces, pero el hombre no lo deja hablar hasta que termina de gritarnos y al final acabamos yéndonos tras recibir su regaño.

Nuestros amigos forman un coro a un lado de la noria y cuando nos ven llegar, después de sortear a toda la gente que nos mira y nos señala, empiezan a reírse.

– ¿Ethan pero cómo se te ocurre ponerte de pie en la noria? – inquiere Sam negando con la cabeza.

– Bueno por lo menos no se cayó – dice Lydia encogiéndose de hombros a lo que Ethan le sonríe.

– Ahora toda la feria sabe que estáis juntos, felicidades – suelta Mía dirigiéndome una sonrisita y entonces caigo en la cuenta de que esa es su sonrisa de disculpas.

– Espera... ¿Vosotros sabíais algo de esto? – pregunto al final mirándolos a todos y frunzo el ceño de golpe al ver a un chico que no he visto en mi vida al lado de Isak –. ¿Y tú quién eres?

Lydia y Mía cruzan una mirada significativa antes de mirarme a mí con una sonrisa de angelito.

– En nuestra defensa diré que necesitabais hablar de una vez por todas – dice Lydia y Mía asiente con la cabeza.

– Nos lo dijeron los chicos antes de subir a la noria y tampoco queríamos fastidiarles el plan.

Axel rodea a Mía con el brazo y le tapa la boca con una sonrisa.

– Tampoco hace falta que nos delates, amor.

Sam y Lydia se ríen de la pareja y yo miro ahora a Isak, que levanta las manos en son de paz.

– A mi me asaltó Ethan cuando estaba a punto de subirme y... bueno también pensaba que era hora de que hablaseis – se disculpa y luego mira al moreno a su derecha –. Y este es Tomas, me he subido a la noria con él, es muy majo.

El tal Tomas me saluda con una sonrisa y me tiende la mano. Toda esta situación me parece tan surrealista que me quedo unos segundo en shock antes de abrir la boca sin saber qué decir.

Acabo mirando a Ethan que me sonríe ampliamente y se encoge de hombros.

– Lo siento, he involucrado a mucha gente en nuestra reconciliación. Incluso a gente que ni conozco – dice riendo y luego mira a Tomas –. No te ofendas tío.

Tomas ríe y le resta importancia con un gesto de la mano. Luego veo como se despide de Isak después de apuntarle algo en el móvil a mi amigo.

Vuelvo mi atención a Ethan y suspiro negando con la cabeza. Ese gesto lo hace sonreír de nuevo. La verdad es que no ha dejado de sonreír desde que nos bajamos de la noria. Incluso cuando el encargado nos echaba la bronca, él sonreía, tal vez por eso se enfadó aún más.

– Pero ha valido la pena, ¿no? – susurra alzando las ceja en espera de una respuesta.

Sonrío y doy un paso hacia él para abrazarlo. Ethan me rodea con los brazos con fuerza y apoya la barbilla en sobre mi cabeza mientras yo cierro los ojos.

No nos separamos hasta escuchar el "Aww" que sueltan nuestros amigos a la vez y que los hace reír.

Acabamos yendo juntos a dar otra vuelta por la feria y esas horas que pasamos juntos son diferentes a otras. Parece como si volviésemos al inicio de todo, cuando vinimos como un grupo de amigos cualquiera a pasar el día en el parque de atracciones.

[1]Desde que te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora