Vacaciones. (2°- 3°)

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Cuenta Lía.

Este verano iba a estar con los Weasley al principio, después con los Longbottom y finalmente con Remus, esto último me entusiasmaba mucho porque ya podía ver tardes entretenidas escuchando historias de cuando mis padres estudiaban en Hogwarts. Las travesuras y todas las cosas que habían pasado en su estancia en el colegio. Estaba deseosa.

Pero antes iba a ver a Sirius Black. Por fin sabría que pasó en realidad. Era obvio que los crímenes no eran ciertos. Recordaba perfectamente el amor fraternal que sentía por mi padre. Era imposible que les hubiese traicionado y más por una persona que siempre había odiado.

Cogi mi varita y me despedí de los Weasley, y me fui hacia el Ministerio de Magia.

Al llegar me encontré con Kingsley

-Buenos días Kingsley. Cuanto tiempo hacia que no te veía. Me alegro de verte.

-Lo mismo digo señorita Weasley. Pero ahora debemos ir a mi despacho. Allí hablaremos tranquilamente.- dijo y le seguí.

Al llegar se sentó en la silla y yo le imite sentándome en otra.

-Bien. Dumbledore me ha dicho que quieres ir a Azkaban. Te dijo que Remus iría, pero ha tenido problemas de fase y todavía no ha vuelto por lo que iras sola. ¿No te importa verdad?

-Claro que no señor. Yo quiero ir a verlo. Cuanto antes mejor.

-Por supuesto señorita Weasley. Como eres auror no te pueden decir nada al entrar así que buena suerte.- se despidió y me desaparecí.

Cuando llegué a Azkaban me cambié a una persona más adulta, de unos veinte años.

-Señorita, no puede venir sin la presencia de un auror.

-Soy auror.

Le enseñe mi acreditación para que me creyese mientras rodaba los ojos. Su expresión había dejado ver perfectamente que no me creía.

-Eso aligera las cosas. Lo siento mucho. ¿A quién quiere ver?- me preguntó el guardia.

-A Sirius Black por favor.

-Claro pero debe tener cuidado.

Me empezó a guiar por la prisión. Él iba por delante abriendo las diversas puertas.

Llegamos a una parte en la que las puertas estaban mucho más fortificadas y había un guardia o dos en cada lado de las celdas. Encima de cada una ponía el nombre de la persona que estaba en cada celda. Pasamos por delante de la de Bellatrix Lestrage y me estremecí notablemente. Esa mujer estaba loca y después de enterarme de lo que le había hecho a los padres de Neville la odiaba pero también daba mucho miedo su demencia.

Al final del pasillo por fin llegamos a una en la que ponía Sirius Black.

El guardia me abrió la puerta y pasé, este me siguió

-¿Podría entrar sola?

-Claro. Pero debe entrar un dementor, es una norma. Es muy peligroso estar solo con ese asesino.- me dijo mirando a Sirius con desprecio, quien estaba en el suelo sin haberse percatado de nuestra presencia. Seguramente durmiendo.

-Cuando quiera salir lo dice.

-Por supuesto. No se preocupe.

Entré seguida por un dementor, y
segundos después se cerró la puerta de la celda.

Era momento de actuar. Me transforme en mi verdadera persona y dejé inservible al dementor al conjurar mi patronum.

-Aguamenti.- conjuré al comprobar que estaba dormido.

Él abrió lo ojos desorientado por la luz que irradiaba mi patronum, pero también por su calor, muy diferente a lo que debía estar acostumbrado a sentir después de tantos años encerrado.

-Canuto, tenía ganas de volver a verte.- dije aparentando felicidad.

Aunque no creyese las acusaciones no debía dejarme llevar por los sentimientos hasta no estar segura.

-¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi apodo del colegio? Cornamenta murió, Lunático no cree la verdad y Colagusano nunca vendrá aquí porque sabe que le mataré. Aunque es idéntica a la Pelirroja.- reflexionó Sirius algo asustado, seguramente a reflexionar en voz alta.

-Es lógico que no me reconozcas. He cambiado mucho desde la última vez que me viste. Soy Lía.- le sonreí Sirius.

Al oír me tuvo la misma reacción que Remus.

-¡Lía! ¡Estas viva! Pensé que habías muerto. Y de todos modos no pensé que quisieses venir a verme después de lo que dicen que hice a tus padres.- dijo algo apenado, pero también se le notaba furioso.

-He venido a escuchar tu versión de la historia.- le comunique.

Sirius se extrañó al principio pero le convencí y respiró hondo.

-Cuando tus padres estaban cerca del día en el que serían asesinados me dijeron que fuese su guardián secreto, pero yo me negué al darme cuenta de que Voldemort lo que quería era encontrar a los Potter y yo sería demasiado obvio. Así que les di la idea de que Peter fuese su guardián y ellos después de pensarlo un poco accedieron. Siempre me he arrepentido de hacerles cambiar de idea, porque la noche en que Voldemort mató a mi mejor amigo yo estaba siguiendo a Peter, ya que sospechaba de él. Nunca volví a casa ese día realmente. Pero al volver a veros para comentar con tus padres mis sospechas me dí cuenta de lo que había hecho y decidí perseguirle y matarlo. Lo busqué y cuando lo encontré fingió su muerte cortándose un dedo. Segundos después se transformó en rata y desapareció. No he vuelto a saber de él. Pero cuando lo encuentre, en la portada del Profeta verás que Sirius Black se ha escapado para matar a quién traicionó a sus amigos y se unió al peor mago de todos los tiempos. Ahora podrás juzgarme como quieras pues yo ya he contado la verdad.

Cuando terminó me puse a pensar. Había sido muy convincente, pero antes de creerle le haría una prueba que nunca fallaba.

-Sirius. Si yo te diese Veritaserum ¿dirías lo que has dicho?

-Por supuesto que sí. Me puedes hacer la prueba que...

Pero no le dejé terminar porque lo abracé. Necesitaba saber la verdad y ya la sabía. Conocía demasiado bien a mi padrino como para saber cuando mentía. Estaba muy feliz de poder confiar en otra persona que sabía que nunca me fallaria y que daría su vida por proteger a los que quiere.

-Yo, Lía Lily Potter Evans prometo ayudarte, apoyarte y quererte como una familia. Ahora puedes contar conmigo para todo lo que quieras Canuto.- dije solemne.

Sirius me abrazó mientras alguna lagrimilla se le escaba deslazándose por su sucio rostro.

-Siempre esperé que alguien me creyese. Me alegra de que seas tú.- me dijo Sirius.

-Sabes que todo lo que necesites me lo puedes pedir. 

Estuvimos hablando y poniéndonos un poco al día hasta que tuve que irme porque ya me echaban de Azkaban.

Ls días fueron pasando y los Weasley se irían a Egipto por lo que me fui a casa de los Longbottom.

Allí pasé mucho tiempo en la biblioteca, leyendo. Estaba investigando como ayudar este año en el colegio, al profesor nuevo de Defensa Contra las Arates Oscuras. Siempre que podía también estaba ayudando a Neville con los deberes, y con los hechizos que no entendía.

El verano estaba terminando, y yo debía ir a Hogwarts para conocer al nuevo profesor. Al llegar estuve muy feliz de volver. El colegio se había convertido en un hogar para mí como lo habría sido para muchos anteriormente.

Al llegar al despacho de Dumbledore me encontré con un sonriente Remus.

-Lía, creo que ya conoces al nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Editado.

LÍA LILY POTTER  #Wattpad Quality Donde viven las historias. Descúbrelo ahora