LÍA LILY POTTER #Wattpad Quality

Vacaciones en Grimmauld Place número 12

Cuenta Lía.

Empezaban las vacaciones de verano y Harry debía irse con los Dursley.
Hermione se fue con sus padres y Ron lo mismo.
Yo en cambio fui a casa de Remus, dónde estaban Lunático y Canuto.

Aparecí allí. Y me fui acercando a la casa.
-¿Quién está ahí? ¡Como seas un asqueroso mortífago no tendré piedad contigo!
-Soy yo Lía. No hace falta que me hagas nada Canuto. Tú deberías estar dentro de la casa por si viene alguien del ministerio y te encuentra.
-Lo haría pero es que estos días es luna llena y ya sabes... he tenido que quedarme a cargo de la casa.
-Vaya. No había pensado que era luna llena. Bueno, lo importante es que estas bien.
-Claro. Pero tu ¿estás bien? Oí que te habías quedado en el cementerio luchando contra Voldemort y los mortifagos para que Harry pudiese escapar, pero después de todo casi lo matan en el castillo. Fue Barty Crouch Junior. Como sabes fue mortífago aunque se creía que estaba muerto. Me dijo Harry que estabas protegiéndolo para que pudiese estar a salvo y después de hablar un poco debí venir a casa de Lunático sin saber cómo estabas...
-Canuto. Creo que ha entendido perfectamente que estuviste preocupado al igual que yo.- dijo una voz muy conocida detrás mío. -¿Qué tal la vida Lía?
-Muy bien. Gracias por preguntar Lunático. Pero creo que deberíamos seguir hablando dentro. No estamos seguros aquí fuera.
-Tienes toda la razón. Vamos para dentro y preparo algo para comer.

Fuimos a la casa y después de un rato estábamos en la mesa de su comedor hablando de lo que pasó en el cementerio.
-... Harry también me contó que habías salvado a Cedric Diggory de una muerte segura.
-Realmente no fue eso, pues lo único que hice fue aparecerme en Hogwarts dejandole seguro y volver al cementerio para ayudar a Harry en el preciso momento en el que Colagusano quiso matarle. Ya está. No fue nada más.
-¡Qué no fue nada más, dices! ¡Salvaste la vida a un compañero! ¡Eso ya es mucho!- saltó Sirius un poco alterado.
-Tranquilo Canuto. Sabes que a Lía no le gusta llamar la atención.- me defendió Remus.
-Tienes razón Lunático. Perdón Lía pero es que...- pero no acabó porque sonaron unos golpes en la puerta.
Nos pusimos a alerta y apuntamos hacia la entrada con las varitas mientras que Sirius se transformaba en perro y se ponía delante mío.
-Shhhh.- me fui acercando a la puerta, puse la mano en el pomo.
Respiré hondo y abrí la puerta. Allí estaba una figura enorme y otra alta con una barba larga y un sombrero puntiagudo.
-¡Hagrid! ¡Profesor Dumbledore!- un placer que de decidiesen venir. Pasad estábamos almorzando.- dije muy cordial recuperando la velocidad normal de pulso.
-Gracias Lía. Pero ahora debemos hablar de otra cosa.- dijo Dumbledore muy serio y se sentó en una de las sillas de la mesa.
-Bienvenidos. ¿A qué se debe vuestra visita?
-Hemos venido para preguntaros si queréis entrar nuevamente en la Orden del Fénix.
-Claro profesor. Para mí sería un honor volver a la Orden.-dijo Lunático.
-Creo lo mismo que mi gran amigo. Es un gran honor poder volver a luchar contra las fuerzas oscuras todos juntos.
-Bien pues ahora usted señorita. ¿Quieres entrar a formar parte de la Orden del Fénix?- me preguntó Dumbledore con una sonrisa.
-Claro profesor. Haré cualquier cosa por ayudar a derrotar a los que destruyeron tantas familias.
-Bien Lía. Ese es el espíritu que se necesita. Ahora debo pedir al señor Black que deje a la Orden su casa de Grimmauld Place como cuartel general. ¿Podríamos disponer de la casa?
-Claro profesor. Cualquier cosa. Después de todo gracias a usted no estoy ahora vagando por el mundo sin alma.-dijo estremecidose al recordar esos momentos.

Habían pasado varios días y en el cuartel ya estaban muchas personas.
Entre ellas estaban Alastor Moddy, Nymphadora Tonks (me puse a gritar cuando la vi de emoción) y también Shacklebort Kingsley. A parte de tener a los profesores de Hogwarts, Sirius, Remus, los Weasley y yo misma.
Hermione, Ron, Ginny y Fred y George (aunque ya eran mayores mayores de edad) estaban allí también, pero no sabían que hacía la Orden.