6º Curso. El Misterio del Príncipe. La verdad.

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Cuenta Lía.

Hoy debo explicarles a los seis el porque sigo aquí viva. Draco, Theo y todos los Slytherin que son hijos de mortífagos también están extrañados, pero a ellos no les puedo decir nada al estar al lado de Voldemort aunque algunos sean mis amigos, es una manera de protegerlos y que el Señor Tenebroso no les torture por saber cosas que no deberían.

Te espero en la Sala de los Menesteres para hablar después de comer. Ven tú solo/a.
Fue la carta que les envié a Harry, Ron, Hermy, Neville, Luna y Ginny.
Decidí hablar con el profesor Dumbledore antes de desayunar.
-Profesor Dumbledore, quería decirle que he decidido decirles a los seis que estuvieron en la Sala de Profecías la verdad. Creo que se lo merecen por ayudar a mi hermano.
-Me parece bien Lía. Pero recuerda que solo deben saberlo ellos. No se debe enterar gente no deseada. De todos modos Voldemort deberá saberlo cuándo tú quieras. Porque sabe que te llevas muy bien con Severus y él es una persona de confianza por mi parte.
-Lo sé.
-Muy bien. Creo que debemos ir a desayunar. Después tienes que ir a hablar con Severus para mirar haber que harás en sus clases.

Nos dirigimos al Comedor, donde saludé a mi hermano, a Hermione, a Neville y a Ron que me saludó de una manera totalmente suya.
-Buefos díaf, ¿e tas haf dofmifo hoy?
-Muy bien Ron. Pero debes empezar a dejar de hablar con la boca llena porque se hace muy difícil entenderte.
-Vafe. Lo fieno mufo.
-¡Ron, qué te acabo de decir!
-Perdón.- dijo tragando lo que tenía en la boca.
-Debo irme para desayunar.- me despedí y me dirigí a la mesa de los profesores.

El desayuno terminó y yo me fui al despacho de Severus.
-Adelante.
-Buenos días Sev.
-Veo que ya has decidido que te vean.
-Sí, y la próxima vez que el Señor Tenebroso te llame debes decirle el porque sigo viva.
-Pues bien. Estoy frustrado. No puedo ayudar al señor Malfoy porque no me deja. A lo mejor tú puedes decirle la verdad sobre lo que ha pasado y así el Señor Tenebroso sabrá que confías plenamente en él.
-Estaría bien. Pero Albus me dijo que viniese a hablar de otras cosas.
-Es verdad. Debo decirte que en las clases lo que estamos dando son los hechizos no verbales y no me parece mala idea que practiques con la señorita Granger, porque aunque me cueste admitirlo está bastante adelantada, y con el señor Longbottom, porque no le sale ni por asomo. El señor Potter lo intenta y le ha salido lo que todos hacemos antes de que podamos hacer los hechizos verbales, susurrarlos de una forma inaudible que con el tiempo ya se consigue no decirlo.
-Veo que el cargo de profesor de defensa contra las artes oscuras no se te está dando nada mal, aunque yo siempre te tendré en mi mente como el profesor de pociones y gran amigo de madre.
-Lía. Creo que podríamos ir a dar una paseo.
-Me parece bien. Vamos al Lago Negro.- cogí el brazo de Severus y me aparecí en el lago.
-La aparición dentro de los terrenos del castillo es muy práctica.
-Lo sé Sev. Me gusta.- dije sonriendo.
Después de eso estuvimos en silencio sentados a la sombra de un árbol. Sev tenía una mirada nostálgica, no me extraña con todas las cosas que le pasaron en la sombra de este árbol, y yo me dediqué a ver a los alumnos que pasaban por delante.
-Sev. Debo ir a hablar con Draco.
-Esta bien mi pequeña. Es increíble que hayas crecido tan rápido.
-Severus se pone sentimental. Bueno debo irme. Hasta después.
-Adiós Lía. Recuerda que pase lo que pase siempre te he querido, te quiero y querré.
-Lo sé Severus. Pero recuerda que si Draco realiza su misión la próxima vez que nos veamos deberemos atacarnos. Pero no te preocupes, tú no me puedes dañar y siempre he sabido que sigues enamorado de mi madre.

Me fui de allí y me puse a buscar a los de Slytherin. Encontré a mis amigos en un patio específico para su casa.
-Buenos días chicos.
-Buenos días Lía.
-¿Qué tal las vacaciones?
-No me puedo quejar. Las pasó peor Draco.- dijo Dahpne abrazandome y Draco la fulminó con la mirada.
-Hablando de Draco. Ven conmigo. Debo hablar contigo.
-Esta bien. Vamos. Después nos vemos chicos.
Le guié hasta una sala vacía y puse hechizos silenciadores en toda la habitación.
-Quería hablar contigo de algo que seguro te tiene extrañado.
-¿Qué es lo que me quieres contar?
-Cómo bien sabes Bellatrix me mató a finales del curso pasado en el ministerio.
-Pues sí. Ayer cuando te vi entrar me sorprendí notablemente. No me esperaba volver a verte.
-Tengo que explicarte. Tengo varios poderes extraordinarios que nadie, o casi nadie, tiene. Los estoy descubriendo todavía, pero lo que te he venido a contar es algo que tal vez tu amo quiera saber. Puedo protegerme y proteger también a los demás de la maldición asesina de una manera muy eficaz que trata de disipar la maldición, aunque la primera vez que lo hice lo hice inconscientemente y esta última lo hice mal. También tenía que decirte que no te mandaré a Azkaban hagas lo que hagas este curso o los siguientes. Sólo quiero que sepas que desde que no me insultas me siento muy unida a ti y espero que cuando esto acabe podamos ser buenos amigos.
-Vaya. Debo empezar a almacenar cosas en mi mente. Es demasiada información para un solo día.
-No te quejes tanto anda. Y no te preocupes si se lo cuentas a Voldemort. Me da igual. Pero ahora debo irme.- me dí la vuelta. -Que tengas suerte con lo que tengas entre manos. Recuerda que puedes contar conmigo y yo todo lo que quieras que no se sepa me lo llevaré a la tumba.- dije sin mirarle me fui dejándolo con la palabra en la boca.
Me encaminé a la sala común de Hogwarts y en el recorrido me encontré al profesor Slughorn.
-Que bien verla señorita Potter. Me gustaría que se uniese a mí club de Eminencias, al cual pertenece su hermano, su amigo el señor Longbottom y sus amigas la señorita Weasley y la señorita Granger.
-Profesor Slughorn. Sabe que yo no pertenezco al alumnado ¿verdad?
-Usted no pertenece al alumnado. Entonces ¿qué es usted?
-Soy ayudante del profesor Snape en defensa contra las artes oscuras.
-Pero aún así está invitada a las fiestas señorita Potter. Hasta la próxima tengo prisa.
-Hasta luego profesor. Pero soy Potter Evans, señor.
Me encaminé al retrato de la sirena.
-Hogwarts.
-Lía. Que alegría verte. Esta casa todavía no tiene a nadie y me siento inservible.
-Tranquila. En cuanto alguien sea seleccionado para esta casa podrás hacer más cosas.
-Gracias por reconfortarme Lía.
-No hay de que. Voy a limpiar un poco.
Me metí a la sala común y empecé a limpiar todo con magia y a la hora de comer ya había terminado.
Me dirigí al Gran Comedor y después del almuerzo aparecí a la entrada de la Sala de los Menesteres.
Esperé a que todos estuviesen allí y entramos en la Sala mientras ellos estaban callados.
Aparecieron unos sillones y todos tomamos asiento. Cerré la puerta y la silencié.
-Ahora que estamos todos empezaré con la historia.
'El primer año que estuvisteis en Hogwarts, excepto Ginny y Luna, descubrí que podía disipar la maldición asesina, pero pensé que había sido coincidencia. Pero el otro día al ver la maldición pensé en conseguir volver a hacer lo que había hecho hace años, cosa que conseguí, pero no lo hice del todo bien y por eso me desmayé y desaparecí.'
-Vaya. Es increíble.- comentó Luna.
-No puedo creer que estuvieses viva todo este tiempo y no dijiste nada.- me reclamó Harry.
-Lo sé. Lo siento, pero debía hacerlo. Conseguí ayudar al director en unas cosas y cuando me dejaron pude volver a dejarme ver. Todos los miembros de la Órden ya lo sabían desde que me desaparecí, porque aparecí en el Cuartel, pero Dumbledore pidió que no se dijese nada, y este verano he vivido con Severus.
-O Lía. Me alegro tanto de verte.- dijo Neville acercándose demasiado.
-Yo también me alegro mucho. ¿Nos podríais dejar solos?- pregunté lo último mirando a los demás.
-Esta bien Lía.- dijo Hermy mirándome con una mirada de 'después me lo cuentas todo' -Disfrutad de vuestro tiempo juntos.- me dijo Ginny con la misma mirada de Hermione.
-Pasaoslo bien.- añadió Luna.
-Esta bien. Pero no quiero ser tan pronto tío.- dijo Ron, por lo que se ganó un sonrojo de Neville, dos golpes de Hermy y Ginny, y dos miradas fulminantes, una de Harry y otra mía.
-¡Ron! No habrá sobrinos porque no os voy a dejar. No quiero que toques a mí hermanita.- dijo remarcando la palabra MÍ.
-Harry venga vámonos.- dijo Ginny mirándolo con cara suplicante y a la vez preocupada por cual podría ser mi reacción.
-Harry James Potter. Cuántas veces te he dicho que se cuidarme sola. Neville es mi novio, y tengo derecho a estar con él.- le dije enfadada. -O quieres que le diga a Ron que miras a su hermana con algo más que amistad.- le dije mentalmente para que nadie oyera.
-Esta bien.- pero veo una sola lágrima de su parte por ti y considerate hombre muerto por mí y por Sirius.- y dicho eso abrió la puerta y todos se fueron dejándonos solos.
-Neville. Te he echado de menos.- le dije y lo besé apasionadamente. Lo necesitaba desde hacía tiempo.
-Debemos hablar de varias cosas, Lía.

LÍA LILY POTTER  #Wattpad Quality Donde viven las historias. Descúbrelo ahora