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Los recuerdos pueden hacer sufrir más a alguien que no tiene intenciones de vivir”.










NamJoon Pov.

Dolor, pero sobretodo soledad.

Han pasado los días y el oscuro de aquel pozo sin fondo se vuelve siniestro, absorbiendo lo poco que queda de mí. Si mi memoria no falla, ya han pasado 3 meses luctuosos de su partida. Y aunque en un principio creí haberlo perdido tan inesperadamente, ahora que sé la verdad, es incluso más doloroso, mil veces más insoportable, y mil veces más perturbador.

Cierro los ojos y veo su dulce sonrisa, pero pasa a transformarse a el ataúd de madera color negro el cual llevaba su cuerpo. Los tulipanes blancos y las margaritas eran depositados con cariño en su lecho de muerte. Y no fue el único, su demás familia yacía ahí, acompañándolo metros bajo tierra. Recuerdo no haber llorado, me sentía como un maniquí. Fue ese primer instante donde me sentí vacío, donde comprendí lo que la gente llama ser un cascarón sin vida. Incluso parecía irónico. En las películas, en los libros o en los teatros siempre había lluvía o estaba completamente nublado cuando había una sepultura, pero en esta ocasión, los rayos del sol me pegaban en la cara, como burlándose de mí, diciendo que HoSeok estaba ahí acompañándome. A pesar de todas las cosas amargas él siempre era simbolizado por mí como mi sol y ese día sentía que se despedía para siempre.

Inhalo de una lo que queda del cigarro que porto en mis dedos. La nicotina me hace sentir enfermo, y he pensado en los posibles escenarios para poder quitarme la vida, pero es como si la vida misma me castigara, recordándome cada día lo miserable y lo tan cansado que estoy de mi destino.

Dejo que la colilla del cigarro se consuma y la presiono contra al cenicero. Miro la hora de mi celular, éste marcando las 3:40 am, suspiro fastidiado y me ahogo en mi llanto con la almohada encima de mi rostro.

Justo la hora en la que encontraron el cuerpo de HoSeok. Justo la hora cuando mi mundo se vino abajo a pedazos.

Aferrarse a recuerdos era sentirse minúsculamente vivo.

“–Por favor, quédate un poco más.

Le dejo varios besos cortos en su cuello, pero se remueve ante las sensaciones placenteras que le recorren su cuerpo. Me regala una sonrisa brillante con sus hoyuelos y se zafa de mi agarre.

–Sabes que no puedo. Le prometí a mi madre que iría, no puedo faltar.

Dice parándose para tomar su ropa que está en el suelo y yo admiro de mientras su delgado y perfecto cuerpo.

–¿Tan importante es que vayas de campamento con tu familia? –pregunto y me lanza mi camisa a la cara.

–Recuerda que las promesas...

–Son como tu religión, lo sé –completé su frase y él me regaló otra sonrisa que me hizo distraerme de todo acto. Se acercó para darme un beso en la frente y abrazarme con todo ese amor que tenía hacia mí–. Entonces prométeme que llegarás a mis brazos de nuevo y haremos el amor otras mil veces más.

Suelta una carcajada y me besa de pico repetidas veces. Mi corazón se vuelve inestable.

–Voy a extrañarte –dice con un pequeño puchero en los labios–. Pero tengo que irme ya. Estoy atrasado.

Nos separamos y le beso por última vez —sí, esa fue la última vez que lo vi, la última vez que le hice el amor y la última vez que lo besé— sintiendo como una sensación amarga se instalaba en mi pecho. HoSeok se percata de mi seriedad repentina.

–¿Estás bien? –pregunta pero asiento.

No quisiera preocuparle en su viaje y se quede sin disfrutar, porque si me hace hablar no podría explicarlo con las palabras exactas y porqué de la nada llegó esa pesadez. Le sonrío para borrar cualquier indicio y le abrazo como si mi vida dependiera de ello.

–Sólo cuídate y mándeme mensajes para saber que estás bien.

Su preocupación se desvanece y me da una ligera caricia en la mejilla.

–Te amo, NamJoon.

Oh, Dios. ¿Qué haré con mi pobre corazón?

–No sabes cuánto te amo yo.

Se aparta de mis brazos, y ese mismo momento me maldigo por no haberlo detenido, por al menos no haberlo obligado a quedarse, siendo algo muy poco probable en mí pues él siempre me tenía comiendo de sus manos. Veo que sale de mi departamento, mi pequeño departamento que muy pronto cambiaré y voy directo a la cocina a hacerme de desayunar.

Los planes a futuro junto a él se ven cada vez más lejanos, no puedo evitar pensar que algo malo le sucederá, pero a la vez no quisiera interrumpir su viaje por algo que ni siquiera ha ocurrido. Me obligo a relajarme yendo a casa de Jin para pasar el rato con los demás chicos, al menos aquello me distraerá de todo esa maraña de pensamientos sombríos sobre HoSeok y una noche de campamento en el bosque.

Pero que equivocado estaba. El instinto nos da señales de alerta para actuar, pero mi sensatez me pudo más.

Dos días más tarde en la madrugada, la policía marcaba para hacerme saber de la matanza de la familia de HoSeok y de su propia desaparición.

Con las lágrimas corriendo mi rostro, miré a cada uno de mis amigos que sólo pasábamos amena una madrugada entre juegos, bromas y risas. Las palabras salieron tan ahogadas que no fui capaz de controlar el temblor repentino que me atacó.

–M-Mataron a la familia de Ho-HoSeok y él... está de-desaparecido.

Incluso sus rostros estupefactos siguen tan frescos en mi memoria, al igual que el grito aterrado de Jin, la niebla de incredulidad en el rostro de YoonGi, y los lamentos y maldiciones de JungKook y TaeHyung.

Después de varios interrogatorios, después de los análisis de los cuerpos, de las pocas pistas encontradas en la escena del crimen, de la exhaustiva búsqueda del paradero de HoSeok, la poca estabilidad mental que mantenía se fue debilitando. Cada parte que sostenía lo que quedaba de mí se fueron con las ganas de seguir adelante. No encontraba ningún motivo en meses para siquiera seguir respirando. Tampoco frecuentaba a mis amigos, los cuales, tampoco nos llamábamos para saber si estábamos bien.

Que tontería. Fue como si cada uno de nosotros hubiéramos desaparecido”.

Y al final ahí estaba. Recuperando las pocas piezas destruidas de mi ser que murió hace meses, pero que hoy se levantaron para acabar con una venganza. Para matar a todos aquellos que me quitaron lo más preciado.

Iban a pagar, y si moría en el intento, no me arrepentiría de absolutamente nada.

Ya no vivo por mí, vivo por él y su recuerdo.

















Otro capítulo un poco más corto.
Vimos un poco de lo que pasa con NamJoon (como me gusta lo sad hdp jajaja).
Por cierto, me inscribí en un concurso aquí en wattpad. Luego les doy más detalles.















LJP❤️

B I T E  ||YoonMin|| +18 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora