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“Nunca sabrás el valor de las cosas hasta que lo hayas perdido todo”.











YoonGi pov.

Decir que estaba decepcionado de la actitud de SeokJin era poco comparado con la esperanza que tenía para hablar con él. Si aquella noche no me daba la oportunidad, entonces dejaría que las cosas se calmaran otro debido tiempo. Insistir no era parte de mis planes.

Dejé a JiMin en esa habitación y caminé por toda la casa buscando por encima de las personas a SeokJin. No pasaron cerca de diez minutos hasta que mi busqueda dio frutos, lo encontré en el jardín trasero fumando como si no le importara nada. Me acerqué sigilosamente para no perturbar su paz y ni mucho menos su humor, pues sabía que verme no le sería de gran agrado. Apagó la colilla del cigarro contra el suelo y sacó otro, le escuché renegar cuando no encontró un encendedor. Sin que lo hubiera previsto, saqué el mío de mi chaqueta y lo prendí. Dudó un segundo, pero después lo prendió sin molestarse en verme.

Decidí fumar uno aunque sea para acompañarlo.

–Nunca te había visto fumar –fueron sus primeras palabras. Yo asenti por mera cortesía. Él me miró seriamente–. Va, que importa ahora.

Se encogió de hombros concentrado en seguir fumando, como si no estuviera ahí presente.

–¿Puedo hablar contigo civilizadamente? –inquirí.

No estaba dispuesto a tener otra disputa ni muchos menos una discusión que jamás tendría fin. Chasqueo la lengua y dejó salir el humo por la naríz.

–Habla antes de que me arrepienta –dijo escuetamente.

–¿Sabes? En otras instancias no le hubiera pedido a HoSeok que me convirtiera, pero debes de saber que lo hice por él y por ustedes –sus ojos café caramelo me miraron como si pudiera verme hasta el alma.

Se rió entre dientes y exhaló sacudiendo su cigarro para quitarle las cenizas.

–Dime algo que no sepa, YoonGi. Pero una cosa es HoSeok y otra muy diferente somos nosotros. ¿Crees que hubiera tenido una reacción negativa hacia ti se me hubieras contado todo desde el inicio y con la verdad? –espero una respuesta, pero nunca le contesté–. Sea cual sea tu respuesta, la mía sería un sincero apoyo, te seguiría dando mi confianza y no dudo que los demás chicos harían lo mismo.

Se levantó de repente y tiró el cigarro ya consumido con hartazgo. Negó varias veces, aquello me hizo mirarlo a profundidad.

–¿Y porqué no mostraste tu apoyo ese día? Con JiMin o sin él, estoy seguro que nada de esto estaría pasando. Tomaste una decisión que terminó por jodernos –dije molesto.

–Por si no lo recuerdas casi matas a NamJoon, y sé que lo que hizo estuvo mal, pero ese no era el camino viable. ¿Cómo crees que te miraría después de eso? ¿Acaso creíste que iría corriendo a tus brazos diciéndote que me importaba un comino lo que fueras y que tus amigos siempre estaríamos ahí? –contestó igual de molesto que yo.

Su entrecejo fruncido y su mandíbula apretada era un claro signo de enojo.

–¡Claro que sí! ¡Joder! ¡Eso era lo que yo esperaba de ustedes, SeokJin! ¡JiMin estuvo a nada de morir! ¿Él para ustedes no era un amigo según decían? Entonces si es así, ¿porqué no muestras empatía a alguien que sí lo necesita y no a alguien que solo quiso hacer daño? –me miró iracundo, como si le hubiera dado en su punto débil. Hacer entrar en razón a SeokJin era todo un desafío–. Aquí todos nos debemos disculpas con los otros. Nadie es inocente.

Guardamos silencio por lo que fueron varios minutos, ambos estábamos debatiendo mentalmente muestras siguientes palabras. Conocía bastante a SeokJin para decir que le costaba discutir con cada uno de sus amigos, pues éramos lo más valioso que tenía cuando se fue de su natal Anyang en la provincia de Gyeonggi, ciudad que lo llevó a mudarse para poder estudiar. Si no lo hubiera conocido, tal vez el destino mismo se encargaría de hacerme saber que me hacía falta alguien para no sentirme vacío, y aunque JiMin era mi más grande tesoro, mis amigos formaban ese círculo que para mí era igual de importante. Era esa misma razón por la cual quería reparar las rencillas entre SeokJin y mis amigos.

–Eres una de las personas más importantes en mi vida, ver que no confiaste en mí me dolió como no tienes idea –volvió a sentarse ahora más relajado–. Hubo un momento donde pensé lo mismo que Nam, pensé que JiMin estaba metiéndose donde no debía, pero ahora que sé la verdad no es algo que tome a la ligera.

Asentí dándole la razón. Acabé el cigarro y lo tiré por ahí ahora dirigiendo la mirada a otro lugar, dándome cuenta la falta que me hacía la compañía de JiMin sujetando mi mano para darme paz y claridad.

–Seré paciente, no te preocupes –dije cruzándome de brazos.

–Lo sé, pero hay algo que no logró comprender del todo –conectamos miradas, le musité con un sonido de mi boca que continuara–. ¿Ibas a decirnos la verdad algún día?

Dentro de mi mente no sonaba para nada mal el hecho de callarlo para siempre y así darles protección para que no supieran nada y no comenzaran a investigar sobre los vampiros, pero sabía a la perfección que SeokJin no eran de esas personas que se callaban las cosas y querían saber todo. ¿Qué tanto estaba dispuesto a arriesgar para que ellos no salieran lastimados al igual que lo hacía con JiMin?

–Siendo sincero no lo iba a hacer –vi decepción en su rostro, pero cambió a uno de empatía–. Saber que estaban más protegidos sin saberlo habría sido diferente y más llevadero para mí.

–¿Protegernos de ti?

–No, protegerlos del peligro de allá afuera.

Abrió sus ojos cuando comprendió el transfondo de mis palabras. Estaba siendo consciente de mi venganza a pesar del caótico incidente de hace semanas, pues aunque no lo quisiera o no llegara a comprenderlo del todo, no daría un pasó atrás por nadie. Se levantó abruptamente como queriendo ahuyentar el mar de emociones que se estaban resguardando recelosamente en su interior. Aunque no me dijo nada supe que se le estaba ablandando el corazón con el enojo que había hecho por ese tiempo.

–YoonGi, ¿estás tan dispuesto a dar tu vida para buscar venganza? –preguntó temeroso.

–Lo estoy. HoSeok era nuestro hermano. Las promesas nunca se rompían con él y estoy dispuesto a cumplirlo –dije.

Vi una disimulada sonrisa en su rostro, pero terminó por rascarse la nuca dando a entender que ya no había nada de lo cual podríamos seguir discutiendo y peleando.

–Perdón, Yoon. Fui una persona muy egoísta, pero quiero que sepas que aún así no dejaré que las cosas sigan igual que antes. Vuelve a romper nuestra confianza y no habrá vuelta atrás –dijo mirándome de soslayo yéndose de ahí.

Dejé que se marchara y no lo seguí, eso sería estar buscando problemas donde no los había. Dejé que su perdón apaciguara las cosas pues su ultimátum no era de broma. No pensé que las cosas hubieran salido mejor, pero con todo aclarado y algo resuelto me sentí satisfecho.

No volví a verlo por un par de días, sinceramente esperaba que no todo siguiera como antes, pero era mejor darle su espacio a él y a los chicos.

Salí de esa fiesta junto con JiMin esperando que las cosas en el futuro no fueran más problemas graves. Sin embargo, en un mundo como el mío no tenía porque esperar cosas buenas.

Las desgracias suelen vagar alrededor de una persona que busca venganza y sangre en ellas y lo peor de todo estaba por venir.

Incluso llevándose entre las garras a mis mejores amigos.




















Al parecer las cosas están cambiando ;-;
Prroooo
Nos leemos pronto.
Bye.




















LJP❤️

B I T E  ||YoonMin|| +18 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora