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"Los enemigos nunca darán la cara, siempre aguardaran el último minuto para atacar cuando menos se piensa".







Descansado y cero estrés. Así me había levantado este día en especifico después de haber pasado la noche en casa de YoonGi. Mi novio.

Aún no podía asimilar la gran significancia de esa relación que tenía con el pálido. Estaba perdidamente enamorado de él.

Ahora entre risas y muestras de cariños sutiles, comíamos el pan francés y fruta picada en su cocina. Me tenía sentado en su regazo mientras acariciaba mis piernas desnudas con su fría mano dando masajes. A veces metía su mano por el borde de su camisa que me había puesto ayer por la noche mientras dormía, tocaba mi cintura y me arrebataba uno que otro beso profundo saboreando el dulce del pan en sus labios. Recuerdo que ayer nos quedamos acostados en el sofá viendo las películas prometidas que en algún punto dejaron de tener importancia, ya que nos dedicamos a besarnos y acariciarnos sin segundas intenciones más que confesarnos tiernos te amos y lo tanto que nos hacíamos falta. Me quedé dormido entre sueños cálidos y haber despertado en su cama rodeandome con sus brazos fue la mejor de todas mis mañanas.

–¿Quieres más café? –preguntó besando todo mi cuello.

Encogi todas mis extremidades ante sus actos asintiendo tímido.

–Si no es mucha molestia –respondí sintiendo pequeñas cosquillas atravesar mis piernas y abdomen.

–Mmm, de hecho presenta una molestia. Date la vuelta.

Aunque su voz sonó suave, había algo oculto en sus intenciones. Iba a ponerme a la defensiva o siquiera preguntar el porqué, pero lo hice a regañadientes deshaciendome de la perfecta comodidad. Me ayudó a poner mis piernas a cada lado de sus caderas quedando frente a frente. Como YoonGi no llevaba una camisa puesta me permití una vez más apreciar lo que mostraba y los tatuajes que le pintaban hermosamente su cuello. Me mordí el labio inconscientemente.

–Mucho mejor –dijo cerca de mis labios para después besarme.

Unió nuestros labios en un beso suave, donde él disfrutaba de mi cercanía, de poder sentirme en lo absoluto. De tenerme sólo para él. Chasquidos diminutos y mi respiración apaciguante era lo único que escuchaba en toda la cocina. Tomé entre mis dedos los mechones de su nuca y lo atraje aún más para profundizar el beso. Cuando metió su lengua, un escalofrío me atacó la espina dorsal, haciéndome gemir cuando se acariciaba en la mía en un baile lento pero sin detenerse. Enredó sus brazos por mi espalda bajando sus manos peligrosamente hasta mi trasero, donde amasó mis nalgas. Mi incliné un poco teniéndolo todo para mí. Deshizo nuestro beso mirándome directo a la ojos. De repente no sabía qué hacer. Tanto que no previne lo que estaba por suceder. Tomó el borde de mis boxer y los comenzó a romper como si de papel se tratase, abrí en demasía los ojos, pero cuando lo quise detener ya era muy tarde. Estaba desnudo y no había vuelta atrás. Aquello me había puesto tan caliente de repente.

–¿Podemos hacerlo, cariño? –agarró mi miembro y comenzó a masturbarlo con una ligera velocidad.

No pude articular palabra alguna, estaba en mi límite de poca cordura queriendo lanzarme a su boca de nuevo sin dudarlo. Me estremecí de pies a cabeza cuando una de sus manos se acercó con dos de sus dedos a mi ya palpitante entrada.

Estaba tan decidido a que sucediera.

No iba a echarme atrás. No estando así de disponible y dócil ante él.

–S-Sabes que siempre será un sí para ti... Yoonie –dije melosamente.

Sonrío pícaro y volvió a besarme.

B I T E  ||YoonMin|| +18 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora